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René Mäkelä
Mäkelismos
Instagram

Así ha hecho René Mäkelä del 911 su lienzo favorito

Entrevistamos al artista mallorquín acerca de sus mäkelísmos para Porsche, su relación con Instagram y el embrujo de la cultura pop.

Minutos antes de entrevistar a René Mäkelä, me avisan de lo peor que te pueden decir cuando te dispones a entrevistar a alguien: René es muy tímido. Lo que nadie sabe es que a mí me da pudor hacer entrevistas -algo curioso siendo periodista, pero en el mundo también habrá algún pastelero diabético, ¿no?-, por lo sostengo con miedo la grabadora mientras pienso que quizás nos vayamos a enfrentar a diez minutos de incómodos silencios en los que ambos miremos a la mesa evitando el contacto visual de cualquier modo mientras recibo monosílabos como respuesta a mis cautas preguntas. Sin embargo, a los dos segundos de hablar con él sin haber sido capaces siquiera de habernos dado cuenta de cuál es el color de la mesa, me sorprende que su personalidad es tan ácida y colorida como su obra. Acaba de ser fotografiado junto al 911 Carrera 4S sobre el que ahora sus inconfundibles salpicaduras dan una nueva vida a un clásico que precisamente es el modelo que de niño le hizo hablar de los automóviles de Porsche como de “obras de arte en movimiento”. Quizás la emoción de ver el impresionante resultado es la responsable de que el mallorquín se sumerja en la conversación sin tapujos, reparos ni silencios. La velocidad con la que responde y la riqueza de sus frases no son las de un artista tímido, sino las de un guionista televisivo acostumbrado a saborear la jugosidad de las palabras. Ese es el caso de René, que trabajó junto a Andreu Buenafuente y Eva Hache antes de que sus “mäkelismos”, como se conoce a sus pinturas, hicieran que la pintura le tomara el relevo a la palabra. “Estábamos en plena crisis cuando terminé mi trabajo junto a Buenafuente, por lo que tenía mucho tiempo para pintar. Subía mis cuadros a Twitter, donde tenía unos 2.000 seguidores, hasta que un día Buenafuente retuiteó uno de Salvador Dalí en colores flúor. Jorge Lorenzo lo vió, me lo pidió, me hizo tres encargos más y…”. “Y el resto es ya historia”, le interrumpimos. Al final no va a haber silencios.

Instagram como mecenas

Fue otra red social la que hizo que su vida diera un giro de 180 grados y otro nombre conocido mucho más internacional que el de Buenafuente el que propulsó definitivamente su carrera. Hablamos de Instagram y de la modelo Cara Delevigne, que subió a su perfil, donde tenía unos 30 millones de seguidores, un retrato suyo que Mäkelä había pintado. El artista reconoce que la repercusión fue una locura y que en tan solo unas horas consiguió 6.000 seguidores nuevos, así como el interés de los medios y de diversas celebridades. “El otro día Chris Brown utilizó uno de mis cuadros para mostrar su apoyo a Michael Jackson, en otra ocasión un jugador de la NBA me pidió un cuadro de Mohamed Ali​ que terminó saliendo en ‘News Today’ y así, de repente, te metes en una dinámica en la que un día te escribe Madonna”. No exagera: la mismísima Madonna, tras ver la obra de cien artistas diferentes, quiso que fuera el mallorquín el que pintara dos murales para su fundación en Malawi.

Amante de los iconos populares, tras trabajar con la reina del pop se enfrentó a la labor de plasmar su obra en el icono automovilístico por excelencia. Al principio su colaboración con Porsche se iba a limitar a hacer un par de cuadros en Palma de Mallorca, pero el proyecto final ha terminado consistiendo en cuatro obras y en plasmar sus mäkelísmos sobre dos Carrera. “Porsche tiene un aspecto ajeno a las modas, consiguiendo perpetuar una de las siluetas más icónicas, que es en cierto modo, lo que pretendo conseguir con mi obra”, explica René. Con su colección ha querido conseguir el mismo efecto que el que logra un Porsche cuando pasa por la calle: que todo el mundo gire la cabeza para verlo pasar. Spoiler: lo ha conseguido.

La inmersión de Mäkelä en el universo Porsche

“Creo que le he dado al proyecto el factor del impacto, porque no te imaginas ver un coche así como con manchas de grafiti. Los colores flúor combinan a la perfección con la potencia del vehículo”, dice con entusiasmo. René no había visto los dos Carrera “mäkeleidados” hasta el día de la presentación y su mirada refleja en todo momento la emoción del resultado. Mientras hablamos, mira con casi incredulidad los 911, admirando la perfecta unión resultante entre Porsche y sus mäkelísmos. Al comienzo confiesa que su idea era realizar un collage, pero finalmente quiso aprovechar las formas de Porsche, que asegura son auténticas esculturas, para utilizar algunos de los elementos más reconocibles de su obra, entre los que destacan salpicaduras, manchas y frases.

Este amante del pop art ha encontrado en el imaginario de Porsche una mina para crear cuatro obras que beben de su historia. Reconoce que su estilo aúna pop art, expresionismo, hiperrealismo y arte urbano y que quiere que su obra invite al que la ve a pensar. El escudo de Porsche, cuya visión sugiere elegancia, diseño y potencia, es el foco de uno de sus cuadros, en los que los colores flúor, las manchas y los trazos representan la fuerza, la velocidad y la potencia y que pretenden que el espectador sienta el vértigo y la energía que podría sentir al conducir un Porsche.

La primera vez que René lo hizo fue al grabar el vídeo que presenta la colección y fue, tal y como reconoce, una experiencia inolvidable. “Yo nunca he sido un fanático de los coches, y creo que ha sido mejor que así fuera porque ha sido la fórmula para que yo no estuviera contaminado. Al conducir un Porsche sientes que se clava al suelo. Notas la potencia cuando aceleras, pero al mismo tiempo, te sientes seguro”, explica.

“Yo siempre pinto iconos de la cultura popular del deporte, la música, Hollywood… Relaciono Porsche con mitos como Steve McQueen, James Dean y Janis Joplin, y he visto lo que ha significado la historia de la marca en la cultura popular, que ha sido increíble”, dice mientras observa sus mäkelísmos.

La obra ‘Old Rockers Never Die’ habla del 911 como del deportivo atemporal y eterno por antonomasia, un fabricante de emociones plasmado en la obra de forma hiperrealista que quiere que el espectador sienta el rugido de su motor con tan solo mirarla.

La pintura en la que aparece Steve McQueen coronado como el rey de lo cool plasma la imagen del actor con tatuajes procedentes del universo Porsche sobre un fondo con pintadas estilo grafiti, citas y elementos de la historia de Porsche. “He querido pintar a Steve como si estuviera vivo hoy. El contraste resultante entre el rollo urbano grafitero y el icono que es McQueen no es lo que esperas”.

Por último, el cuadro de Butzi Porsche, creador del Porsche 911, plasma la imagen en la que Butzi posó sobre el capó del primer 911, desconocedor entonces de que acababa de crear una auténtica leyenda automovilística. Se trata de un guiño a los grandes lienzos barrocos mediante un estilo realista con pinceladas urbanas.

Tras repasar su colección y hablar de su trayectoria, nos despedimos de René para volver a observar las sorprendentes versiones que el artista ha creado del 911. Tradición y vanguardia pasean de la mano en dos 911 que nos atreveríamos a recomendar al equipo de Porsche que no subieran a sus redes sociales si no quieren que Madonna termine siendo la que los conduzca. O Cara Delevingne. O Jorge Lorenzo. O el Papa. Sí: el Papa también tiene su “mäkelísmo”.

 

Entrevista por: Marita Alonso