Cuando se habla de la llegada de la tracción total a Porsche, el protagonismo recae muchas veces en modelos de producción como el 959 o el 911 Carrera 4 de la serie 964. Sin embargo, la verdadera historia empieza antes.
Cuando Porsche decidió presentar un nuevo contendiente para la temporada de 1974 del Campeonato del Mundo de Resistencia, lo hizo sin medias tintas.
La esencia de Porsche tiene una marcada obsesión: la precisión milimétrica. Esta filosofía de trabajar al más pequeño detalle, también a nivel tecnológico, llevan a Porsche a desarrollar modelos que se convierten en sueños fabricados y que otras veces se quedan en la fase de prototipo.
En Porsche, la personalización se eleva a un tipo de lujo que solo los más exigentes pueden entender.
La historia de Porsche siempre ha sido también una historia de arte y pasión por el diseño funcional. Cada trazo de diseño, cada línea funcional y cada proporción en equilibrio son el resultado de una búsqueda estética que trasciende lo técnico.
La colección de Marcel Cornelius es una de esas historias que encajan con la esencia Porsche: pasión, dedicación y la búsqueda de un estilo de vida donde los deportivos se convierten en parte de la identidad.