La palabra Porsche nos sugiere sobre todo coches deportivos. Pero no solo, porque Porsche Design nos ofrece numerosos artículos con el sello Porsche que representan de otro modo el espíritu deportivo y el estado de ánimo de sus deportivos.
Ferdinand Porsche
Sabemos que la historia de Porsche como marca de vehículos deportivos comienza en 1948 cuando el primer vehículo denominado con el apellido de su fundador fue construido. Sin embargo, para conocer más acerca de sus raíces es necesario que retrocedamos varios años más en el tiempo.
La historia de Porsche en las diferentes competiciones automovilísticas está marcada por el éxito, sumando más de 30.000 victorias en todo tipo de carreras, tales como resistencia, gran turismo, abiertas, rallyes, de larga d
En un primer momento, Porsche no consideró el modelo 911 para su inscripción en competiciones de carreras.
El Porsche 356 es historia viva de la compañía. Es el vehículo con el que soñaba Ferdinand Porsche, y que tuvo que construir no el mismo, sino su hijo Ferry. Es finalmente el primer modelo en serie que se fabricó en Zuffenhausen.
Era octubre de 1950 cuando, en la capital francesa, se produjo el que sería el encuentro decisivo para la expansión de Porsche hacia el mercado americano. Ferdinand Porsche y el principal importador de automóviles de la costa este de Estados Unidos, Maximilian E.
Una de las características más increíbles de Porsche y de sus fascinantes más de 70 años de historia, es que la marca alemana no solo ha sido la creadora de coches tan míticos como el maravilloso 911, sino también se ha convertido en inspiradora de muchos proyectos que se alejaban de la marca de
Ferdinand, Ferry y los hermanos Butzi y Wolfgang. Son la leyenda y el legado de Porsche. 70 años al frente de mucho más que una marca de coches. Tres generaciones de la familia más longeva de la historia del automovilismo y ya camino de la cuarta.
Los años setenta fueron una etapa de transición para Porsche, cuando la empresa pasó a ser sociedad anónima. Con el cambio, la nueva normativa obligó a Ferdinand Alexander Porsche, miembro del Consejo de Administración, a renunciar a su puesto de jefe de diseño.