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Cumpliendo sueños, coleccionando Porsche. Parte II.

No hay dos colecciones iguales, cada una cuenta su propia historia. Cada deportivo tiene una historia que contar y cada colección refleja una personalidad única.

El coleccionismo es más que acumular, es un reflejo de nuestras pasiones, de nuestra historia, de nuestra identidad. Una práctica tan variada y personal como los individuos que la llevan a cabo. Coleccionar implica reunir sistemáticamente objetos específicos que, por una razón u otra, tienen un valor particular para el coleccionista. 

Cuando además, el protagonista de esta colección es Porsche se vuelve aún más única debido al propio carácter exclusivo de nuestros deportivos. El proceso de fabricación de Porsche y la historia de sus modelos, hace que cada vehículo de nuestra fábrica sea un objeto de valor extraordinario.

No hay dos colecciones iguales, cada una cuenta su propia historia. Cada deportivo tiene una historia que contar y cada colección refleja una personalidad única. Tampoco hay un solo propietario que pueda decir que la idea o la estructura de su colección, en su forma actual, había sido proyectada de tal manera desde el inicio, pues la búsqueda o caza de sus piezas moldea este carácter a medida que se van encontrando y añadiendo.

 

80 Porsche a los 80

Al añadir a su colección su Porsche número 80, un  Boxster Spyder en azul Miami, a la edad de 80 años, Ottocar J. ha cumplido su sueño, aunque pretende seguir coleccionando. Él mismo fue a recoger su deportivo nuevo a la fábrica de Porsche en Zuffenhausen, ya que, siempre que puede va a buscarlos en persona desde que en 1977 fuera por primera vez a por un 911 Carrera 3.0. Para celebrar su adquisición y cumpleaños, al coleccionista austríaco se le permitió colocar a él mismo el escudo de Porsche en el capó, convirtiéndose así en uno de los primeros clientes en hacerlo.

Ottocar era un piloto aficionado cuya ambición por la victoria le llevó a adquirir su primer Porsche tal y como él mismo contaba en una entrevista:  "Los Porsche simplemente me adelantaban por todos los lados". Así que empezó a ahorrar y se compró un 911 E amarillo Speed, elconocido como "modelo del tapón de aceite". Comenzaba de esta forma su historia de pasión por Porsche.

El piloto aficionado nunca dejó de amar el motorsport. Posee un 917, un 910 con un raro motor de ocho cilindros, un 956, un 904 con su motor original Fuhrmann y un 964 Cup. Todos ellos en condiciones de funcionamiento y participa regularmente en pruebas clásicas con el 917. 

El coleccionista ha tenido 80 Porsche diferentes a lo largo de su vida, incluyendo nueve versiones del Carrera RS. Hoy en día, su colección comprende alrededor de 38 coches. Como el propio Ottocar dice: "Puedo conducir uno diferente cada día durante un mes y dos los fines de semana".

Semejante colección merece un lugar a su altura para guardarse. Ottocar ha construido en Viena un edificio separado para su colección de Porsche al que llama su "sala de estar". Los visitantes pueden pasear frente a entradas de talleres, escaparates y carteles publicitarios. Pasan por la juguetería de Ottocar, por una tienda de antigüedades y por un cine que proyecta, por supuesto, la película épica de Steve McQueen "Le Mans". La sala también está decorada con numerosas copas, carteles, artículos, trofeos y recuerdos de carreras, eventos y encuentros del Club Porsche. 

Los vehículos están alineados a ambos lados: a la izquierda, los de carreras en orden ascendente hasta un 911 Turbo S 993 y un 911 GT2 RS 997. Los coches de la derecha empiezan con un vehículo militar Jagdwagen, un antiguo 356 Coupé con el parabrisas curvo y varios 911 antiguos: 911 RS 2.7 y una fila de 930 Turbo y Turbo-look en las variantes Coupé, Targa y Cabriolet, así como un Speedster de la serie G.

 

Colección de Porsche y trofeos

Karim Al Azhari es coleccionista, piloto de carreras y Presidente del Club Porsche de Emiratos Árabes Unidos, el embajador perfecto de Porsche en su país de origen. Su pasión por Porsche radica en su admiración por la tecnología perfecta, la armonía entre la belleza y su sentido. Porsche refleja todo eso en su máxima expresión y, como él mismo afirma, todavía no me ha encontrado un solo coche que fuera mejor que un Porsche. 

En 1998 se creó el Club Porsche de Emiratos Árabes Unidos, uno de los clubes de automóviles más antiguos del país y del que Karim Al Azhari es su Presidente. “No se trata simplemente de tener un Porsche, sino de vivir y entender la marca.“

Al Azhari compró su primer Porsche con solo 16 años, un 944,  en sus tiempos de estudiante en Estados Unidos y a partir de entonces, fue llegando un Porsche tras otro. Entre las piezas de su colección hay un Porsche 911 (991) GT2 RS, un Carrera GT, un 911 (930) Turbo de morro plano (Flachbau), un 911 (964) Turbo. Todo ellos perfectamente ordenados colgados del techo sobre elegantes plataformas elevadoras. Además, al aire libre, Karim guarda un 911 Carrera RS America azul oscuro, un 993 Turbo blanco con interior en cuero rojo y su modelo favorito: el 944 Turbo que sigue conduciendo a diario.

Además, su pasión por Porsche también comparte su naturaleza competitiva. Al Azhari guarda cientos de trofeos de su afición por las carreras. Empezó con los karts y, desde 2006, participa en diferentes competiciones, desde el Campeonato de Turismos hasta la Porsche Carrera Cup, pasando por eventos de resistencia. Además, también conoce bastante bien el trazado Nordschleife de Nürburgring.

 

El agricultor y el Turbo

Harry Metcalfe es agricultor, periodista del motor, coleccionista de deportivos, youtuber y, su mayor orgullo, propietario de un 911 Turbo S en color Rojo Guardia.

A sus 63 años, es considerado un prestigioso experto en automóviles y además trabaja un campo de 122 hectáreas al sur de Inglaterra. Además, tiene su propio canal de YouTube con más de medio millón de suscriptores dedicado a su amplia colección de deportivos: el Harry’s Garage. 

A principios de los años 90, Metcalfe empezó con la producción agrícola y, a mediados de la década, ya contaba con más de 800 hectáreas. Las ganancias que no reinvertía en su explotación las destinaba a su pasión: los coches. En poco tiempo, acumuló toda una serie de deportivos, algunos tan exclusivos que hasta la prensa especializada se interesó por ellos. En 1998, fue cofundador de la revista Evo. Esta publicación logró entusiasmar rápidamente a una comunidad internacional de aficionados a los vehículos de altas prestaciones.

Fue por aquel entonces cuando compró su primer Porsche: un 911 Turbo tipo 993 de color negro. La combinación entre potencia y funcionalidad para la vida cotidiana explica su interés permanente por el 911. Esta atracción se remonta a 1975, con el primer 911 Turbo de todos, el 930. 

Cuando dejó la revista pudo cumplir su sueño, se compró un 911 Turbo tipo 930, el coche de sus sueños de juventud, y un Turbo tipo 993 reconvertido a GT2 y empezó con Harry’s Garage, donde hablaba sobre coches nuevos y sobre su propia colección. En ella, los 911 conviven con exóticos vehículos antiguos y modernos, superdeportivos británicos e italianos. 

Metcalfe completaba su colección en 2022 con un Porsche 911 Turbo S de 1989 personalizado dentro del programa de peticiones especiales de Porsche, el programa Sonderwunsch. El deportivo en color Rojo Guardia presentaba un spoiler frontal inspirado en el Grupo 4, con un radiador de aceite mayor, cuatro salidas de escape y el volante de un 959. A esto se añadieron llantas de aluminio de 17 pulgadas y un motor de 3.4 litros que, con más de 400 caballos, ofrecía una potencia un 30 % superior a la versión de serie. 


 

El proceso de fabricación de Porsche y la historia de sus modelos, hace que cada vehículo de nuestra fábrica sea un objeto de valor extraordinario.