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El Cayenne que quiso ser descapotable

Conoce al Porsche Cayenne descapotable que llegó a imaginarse Porsche y que se habría convertido en el primer todoterreno descapotable del mercado.

Cuando el Cayenne se presentó, Porsche asumió un riesgo. La marca se lanzó a producir su primer SUV sin renunciar a su alma deportiva y la jugada le salió tan bien, que el modelo ya tiene más de veinte años. En su larga historia hubo un sueño que pocos imaginaban y que se quedó solo en eso, un sueño. Hablamos del Porsche Cayenne Cabrio que imaginaba Porsche y que se hubiera convertido en el primer SUV descapotable del mercado.

En 1998 Porsche puso en marcha uno de sus proyectos más ambiciosos y arriesgados. El Cayenne comenzaba su andadura en Leipzig, y en 2002 comenzaba la fabricación del modelo que muchos pensaron que traicionaría el alma deportiva de Porsche. Hasta que lo vieron. Un todoterreno deportivo era posible y su triunfo es ahora historia. 

Tras el lanzamiento de su primera generación en diciembre de 2002, otras variantes fueron consideradas. La primera fue un coupé, que tardaría años en ver la luz, concretamente en 2019. La segunda, una versión más larga, con 20 centímetros extra y una tercera fila de asientos que nunca llegó a materializarse. Y la tercera, un modelo descapotable, el Porsche Cayenne Cabrio.

El Cayenne que soñaba con convertirse en descapotable era un concepto de convertible basado en el SUV, con aproximadamente 4,8 metros de largo, y del que se llegó a fabricar una unidad que se convirtió en una rara avis. 

Esa única pieza aún se conserva en el Museo Porsche y no es un prototipo de carretera. Se fabricó como modelo de función de paquete (PFM). Como si de un boceto se tratase, el equipo de diseño quitó el techo del Cayenne, prescindiendo de las medidas de rigidez de la carrocería necesarias para un convertible. No podía conducirse así que se trasladaría a su destino sin hacerlo, como una enorme maqueta. Y es que el PFM convertible solo fue construido para evaluar cuatro criterios y en ningún momento se planificaron pruebas de conducción.

La intención de Porsche era comprobar varios aspectos. El primero de ellos es si realmente los asientos de todo el vehículo serían cómodos si el techo se rebajase. La forma de coupé era imprescindible en un descapotable, que tendría además el parabrisas y los pilares A más cortos. 

La segunda duda a resolver es si un Cayenne podría funcionar como un modelo de dos puertas, teniendo en cuenta que estas serían 20 centímetros más largas de lo que un cabrio suele tener de longitud. Eso significaría más peso y en según qué lugares, más dificultades a la hora de abrir esas puertas.

La tercera cuestión que surgía era si existía la posibilidad de que la capota podía plegarse rápidamente en un coche de estas características. En ese momento fue concebido un mecanismo de techo blando que ahora se usa de una manera similar con el Porsche 911 Targa. La tapa del maletero del Cayenne PFM tiene bisagras en la parte delantera y trasera que facilitaban su apertura en ambas direcciones. 

Aunque el mecanismo nunca se diseñó por completo y solo se utilizó un simulador en un ordenador, el movimiento del techo debía ser hacia atrás y sobre la barra antivuelco fija. Allí, la capota se plegaría en Z debajo de la tapa del maletero, que se abriría en la dirección opuesta. Existe el techo de tela, si, pero no el mecanismo, y si se quiere colocar en el único modelo que se fabricó, debe hacerse a mano.

Porsche también quería responder a la pregunta de cómo debería diseñarse la parte trasera del Cayenne si este fuese descapotable. Por eso en la maqueta había dos opciones posibles. En una de las secciones traseras la luz trasera fue colocada en la parte baja de la trasera del automóvil. En la sección derecha, la luz estaba situada mucho más alta.

Para Michael Mauer, jefe de diseño de Porsche, "un SUV como descapotable es un desafío en términos de estética y forma". El alemán no estaba en el cargo en 2002, cuando el concepto del SUV descapotable se evaluaba, pero lo cierto es que a día de hoy el problema sigue siendo el mismo. Un SUV siempre tiene una carrocería grande y pesada. es parte de su esencia. Combina ese gran peso y volumen con una mitad superior más pequeña y sin techo, daría como resultado un vehículo con “volúmenes extraños en términos de forma”, tal y como explica el experto.

Pero para saberlo había que probarlo y gracias a eso, el Museo Porsche tiene ahora en su colección al Cayenne que quiso ser descapotable. Quién sabe, lo mismo en el futuro se retoma el proyecto y podemos ver en las calles un Cabrio con las formas del Cayenne, porque lo que es seguro es que Porsche encontraría la solución para que ese diseño fuera factible y tan elegante como cualquier otro modelo de la marca.