El Porsche 928: el Porsche hizo temblar al 911
Aunque hoy en día tenemos la certeza de que el 911 nunca será desbancado como buque insignia de Porsche, hubo un modelo que llegó a ser conocido como el sustituto del nueveonce, el Porsche 928, el primer Gran Turismo de Porsche y el precursor del eje Weissach.
Cuando en los años 70, en el mercado estadounidense, donde más ventas hacía Porsche en ese momento, comenzó a ser más exigente en sus normas ambientales, el 911 comenzó a considerarse en vías de extinción debido a sus características tecnológicas. Sin embargo, Porsche siempre ha sabido combatir el cambio con la innovación y el progreso tecnológico, casi como si de una tradición se tratase.
La década de 1970 fue una década de cambios y evolución. Las familias Porsche y Piëch acababan de retirarse de la dirección ejecutiva y Ernst Fuhrmann, nombrado Presidente del Consejo de Dirección, decidió impulsar un nuevo concepto que rompió la implantación tradicional de motor trasero. Esto supuso un cambio radical y el inicio del desarrollo, en 1972, de un nuevo modelo con motor delantero, caja de cambios detrás y, en medio el eje transaxle: el Porsche 928.
El nuevo modelo contaría con el motor V8 de elevado cubicaje y el complejo chasis ya permitía intuir, desde la concepción sobre el papel, una dinámica excepcional. Pero el 928 resultó ser mucho mejor de lo esperado. En 1977, el Porsche 928 fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra. Para la versión de producción del primer 928, se decidió finalmente una cilindrada de 4,5 litros que ofrecía una potencia de 240 CV a 5.500 rpm. El novedoso deportivo contaba también con cuatro plazas, si bien es cierto que las dos traseras no resultan propicias para realizar recorridos largos, además de un habitáculo amplio y un maletero de considerable tamaño y se consideraba un coche grande para la época. La distribución de peso prácticamente ideal de 50:50 entre el eje delantero y el trasero, el motor V8 de elevado cubicaje y el complejo chasis ya permiten intuir, desde la concepción sobre el papel, una dinámica excepcional.
Además, para el chasis se diseñó una suspensión trasera completamente nueva, que evitaba que las ruedas posteriores cojan convergencia en los apoyos: el eje Weissach. La carrocería es una mezcla de acero, aluminio y plástico. Y los parachoques de poliuretano están completamente integrados en el contorno del coche, lo que también supone algo absolutamente nuevo.
El “Eje Weissac”’, permitió resolver un problema tan urgente como fundamental de seguridad. La creciente deportividad de las prestaciones de conducción y la mayor velocidad en curvas que permitían los nuevos neumáticos incitaban a los conductores a ir cada vez más al límite, y algunas veces hasta sobrepasarlo. Incluso autos familiares aparentemente respetables recibían de pronto el apodo de “enviudadores”. Los conductores que entraban en una curva a gran velocidad y levantan el pie del acelerador tienen que corregir el volante en décimas de segundo para evitar que la zaga pegue un bandazo. Con el “eje Weissach” el 928 tuvo unas propiedades de autoalineación mucho más seguras, pues el auto dejó de sobrevirar
De esta forma, desde un principio quedó claro que el 928 es un modelo más avanzado: había nacido el primer Gran Turismo de Porsche. Según afirmaba la prensa alemana de la época respecto al modelo, ningún otro vehículo había resultado tan decisivo para el crecimiento de Porsche como el 928. En otras palabras: este modernísimo deportivo de desarrollo totalmente nuevo y elegancia atemporal reunía todos los requisitos para convertirse en el digno sucesor del 911.
En cuanto a las prestaciones de su interior, el sistema de aire acondicionado incluía la refrigeración de la guantera y, además, el volante y el asiento del conductor se podían regular en altura. También tenía otros detalles diferenciadores, como el sistema limpiaparabrisas, que contaba con un depósito independiente con una bomba adicional capaz de rociar esporádicamente un detergente especial sobre el cristal para que no quedaran marcas. Para el 928 se desarrolla, además, un equipo de audio radiocasete con excelentes propiedades de sonido, un manejo claro y sencillo.
La primera evolución del motor del Porsche 928 llegó solo 3 años después, en 1980, año en el que se lanzó el Porsche 928 S, con una cilindrada de 4,7 litros y 300 CV, que posteriormente se aumentaría a 310 CV, a 5.900 rpm. Más tarde, en 1986, lanzó una actualización de 928 S que dio origen al Porsche 928 4S, también presentado en 1986, que aumentaba su cilindrada hasta los 5,0 litros y que contaba con un sistema de distribución de cuatro válvulas por cilindro accionado por dos árboles de levas por bancada y una potencia de 320 CV, aumentada hasta los 350 CV en el modelo GT de 1989. La última etapa del modelo llegó a principios de los 90, en 1991, con la versión GTS. El deportivo tenía una cilindrada máxima de 5,4 litros. Este aumento, necesario para compensar la reducción de la potencia debida a la introducción del catalizador, permitió incluso elevarla a 350 CV a solo 5.700 revoluciones, mientras que el par motor pasó de los 430 Nm del GT a unos impresionantes 500 Nm a poco más de 4.000 revoluciones.
Sintetizando, con el paso de los años el Porsche 928 fue sometido a un proceso continuo de optimización y mejora, y aumentó su potencia de los 240 CV iniciales a los 350 de la última fase evolutiva, con el 928 GTS de 1991.
El fin llegó en 1995, cuando se interrumpió la producción tras haberse fabricado algo un total de 61.059 ejemplares. Hoy sabemos que en realidad no reemplazó al mítico nueveonce, pero lo cierto es que el 928 tuvo su momento de gloria. Suyo es el mérito de haber sido el primer y único deportivo galardonado, hasta hoy, con el premio de “Coche del Año en Europa”.
Con la presentación del 928 en 1977, que en realidad tenía la intención de reemplazar al 911 después de más de 14 años en el mercado, comenzó también un nuevo capítulo en la búsqueda de un modelo de berlina deportiva con espacio para cuatro adultos. Aunque no fue hasta finales de la década de 1990, cuando volvió a salir del cajón la idea del Porsche para toda la familia, que se pudo alcanzar este objetivo. Primero fue el lanzamiento de Cayenne en 2002 y, finalmente, en el verano de 2009 llegó la materialización de un largo sueño: el Panamera. Por lo tanto, podríamos decir que el Porsche 928 también fue el germen del sueño del Porsche Panamera.