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El primer Porsche con tracción total, el 911 SC de San Remo

Antes del 959, antes del Carrera 4, existió un Porsche que se adelantó a todos. Nacido para competir, el 911 SC “San Remo” fue el primer 911 con tracción total. Su legado técnico aún resuena en cada giro de las cuatro ruedas de un 911 moderno.

Cuando se habla de la llegada de la tracción total a Porsche, el protagonismo recae muchas veces en modelos de producción como el 959 o el 911 Carrera 4 de la serie 964. Sin embargo, la verdadera historia empieza antes. A finales de los años setenta, un modelo poco conocido sirvió como base para probar una idea que, años después, transformaría el legado dinámico de Porsche: el Porsche 911 SC “San Remo” de 1978 como lo conocen los porschistas.

El nombre con el que los aficionados bautizaron este ejemplar hace referencia a su única participación en una competiciín, en el Rally de San Remo de ese mismo año, cuando Walter Röhrl, que acababa de proclamarse campeón del mundo de rallies, lo pilotó dentro de una estrategia de test encubierto. Lo que muchos no sabían entonces es que ese coche escondía algo que nunca había aparecido en un 911: tracción total. Este prototipo camuflado en forma de coche de rallies fue el primer ensayo real de Porsche con la tracción a las cuatro ruedas aplicada a su deportivo más emblemático.

El modelo de base era un 911 SC con carrocería ancha, pero modificado a nivel de chasis y transmisión para incorporar un sistema 4x4 experimental. El objetivo no era solo mejorar la tracción sobre superficies deslizantes, sino estudiar cómo podía comportarse un 911 con tracción total sin alterar su identidad dinámica. Las pruebas de San Remo sirvieron para recopilar información valiosa en condiciones reales de competición. Fue el primer paso hacia una idea revolucionaria: adaptar el clásico esquema de motor trasero a una arquitectura de tracción integral sin perder las sensaciones de un 911.

Este proyecto anticipó de forma directa el desarrollo de la tracción total que más adelante se implementó en el Porsche 953, el 911 modificado con el que la marca debutó en el Rally París-Dakar en 1984. Ese coche heredó muchas soluciones del prototipo de San Remo, incluyendo el diferencial central bloqueable mediante palanca desde el interior, y una configuración específica del reparto de potencia. En condiciones de desierto, arena y grava, la ligereza del 911 y el motor bóxer en la parte trasera aportaban una ventaja competitiva frente a los todoterrenos tradicionales. Pero fue la tracción total lo que permitió convertir al 953 en una máquina realmente eficaz. Con este modelo, Porsche ganó el Dakar de 1984 y demostró que una configuración tan poco ortodoxa podía superar a los gigantes del rally raid.

Ese éxito sirvió para justificar la llegada del sistema de tracción total a un superdeportivo de producción: el Porsche 959. Presentado oficialmente en 1985, este modelo fue una verdadera declaración de poder tecnológico. Dotado de un motor biturbo, suspensión activa y un sistema de tracción total controlado electrónicamente, el 959 se posicionó como el coche más avanzado de su época. Pero su herencia se encontraba precisamente en los ensayos iniciados con el 911 SC San Remo y en las exigencias del Dakar. La tracción total ya no era un lujo o una necesidad exclusiva de los todoterreno que se convertía en una herramienta de rendimiento, seguridad y velocidad.

A finales de los años ochenta, Porsche dio el paso definitivo: el lanzamiento del 911 Carrera 4 sobre la base del nuevo 964. Era 1989 y, por primera vez, un 911 de producción en serie incorporaba tracción total. El sistema era complejo y refinado, con reparto variable de par y un comportamiento muy diferente al de cualquier deportivo de la competencia. Esta versión sentó las bases para el desarrollo posterior de los modelos Carrera 4 y Turbo con tracción integral, y marcó una nueva época en la gama 911.

El 911 SC de San Remo, con su papel discreto pero fundamental, fue el catalizador de todo ese cambio. No era un showcar, ni un prototipo de salón. Fue un coche de pruebas real, pilotado por uno de los mejores conductores de rallies de todos los tiempos, en una competición oficial, y con un objetivo concreto: validar una idea que cambiaría la historia técnica de Porsche.

El ejemplar de San Remo está considerado una pieza de coleccionismo, parte de la historia interna de Weissach y uno de esos modelos clave que conectan la innovación con la competición. Su legado se mantiene vivo en cada Carrera 4 moderno, en cada Turbo con tracción total, y en la evolución técnica que permitió a Porsche trasladar el conocimiento de los rallies y el desierto al asfalto. Sin el 911 SC San Remo, la arquitectura del 959, y por extensión la de muchos modelos actuales, no habría existido.

La tracción total en Porsche nació con un coche que nunca se vendió, nunca se mostró como modelo de serie, pero que inspiró el futuro de una línea que hoy es sinónimo de rendimiento en cualquier condición. Esa historia empieza en 1978, en San Remo, con un 911 que quería ir más allá del asfalto.