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El vuelo del Porsche 956 en Nürburgring

En 1983 el Porsche 956 lograba el récord de la vuelta más rápida en el Infierno Verde con Stefan Bellof al volante.

Grüne Hölle en alemán. El Infierno Verde. Así se conoce al circuito más difícil y agotador del mundo. Porsche tiene una estrecha relación con él, no solo por sus numerosas victorias en las 24 Horas de Nürburgring y en otras carreras de resistencia, sino porque este circuito ha sido escenario de numerosos récords firmados por nuestros deportivos. Uno de los más importantes es el récord de velocidad que un Porsche 956 conseguía al completar el trazado en unos impresionantes 6 minutos y 11 segundos.

Diseñado por Otto Creutz e inaugurado el 18 de junio de 1927, el circuito de Nürburgring tenía en sus inicios una longitud de 28 kilómetros y más de 170 curvas. La pista original es la conocida como Nordschleife, pero existe un trazado más moderno en Nürburgring llamado GP-Strecke y que fue construido en 1984.

Nürburgring se ganó rápidamente la reputación de ser un desafío extremo para los pilotos. Cambios de rasante, curvas, y un complicado trazado que durante años ha puesto a prueba la potencia, el rendimiento y la resistencia de los coches que se han atrevido a recorrerlo. 

En el legendario Nordschleife de Nürburgring, el llamado tramo norte, se han escrito muchísimas historias de las carreras y sigue siendo el escenario a día de hoy de récords históricos, pruebas y competiciones en las que participa Porsche. Hoy recordamos uno de los récords más emocionantes que se vivieron al volante de un Porsche 956.

En el año 1982 Porsche desarrolló un prototipo de carreras nuevo para adaptarse a la nueva normativa de FIA. Ese año, inscribió a tres de ellos en las 24 Horas de Le Mans y el resultado fue un primer, segundo y tercer puesto. Un éxito sin precedentes. Con solo 820 kilos de peso y un motor bóxer biturbo de aluminio capaz de desarrollar 640 CV de potencia, el Porsche 956 estaba destinado a hacer historia.

Un año más tarde, Nürburgring viviría la última carrera de 1.000 kilómetros en el antiguo trazado, ya que ese año se estaba construyendo el nuevo circuito. Con el tramo acortado, los pilotos salen de la Döttinger Höhe y en lugar de 22,832 kilómetros, la vuelta tiene 20,832 kilómetros.

El 28 de mayo de 1983, los pilotos se entrenaban en la pista. Stefan Bellof se levantó sin saber que ese día, su talento daría la vuelta al mundo. Tenía 25 años y muchos hablaban al referirse a él del “niño prodigio”. Con el rugido del motor del Porsche 956 resonando entre las montañas de Eifel, Bellof agarraba el volante, decidido a sacarle el máximo partido a la pista y a aprenderse más aún cada una de las curvas de Nürburgring. 

Con el sol asomando por el horizonte, el Porsche 956 se situó en la línea de salida con un calmado Belloj pilotando. Pocos imaginaban que ese joven con aspecto infantil volaría como lo hizo en el Infierno Verde. Con el casco puesto y los guantes apretados, Stefan Bellof se dispone a acelerar. El rugido del motor llena el aire.

El Porsche 956 arranca y se desliza por la pista, devorando cada curva. Es la clasificación de los 1.000 km de Nürburgring Nordschleife del Campeonato Mundial de Resistencia, y el Porsche 956 C que pilota Bellof va a hacer historia. Apenas roza el asfalto, parece volar sobre él. Termina la vuelta y todos miran el tiempo. 6:11,13 minutos. El Porsche 956 había obtenido un tiempo de ciencia ficción en el Nordschleife de Nürburgring. Una velocidad media superior a los 200 kilómetros por hora. Pole-position para la carrera del día siguiente y récord histórico.

El tiempo no fue considerado oficial porque no se registró en carrera, pero la historia sí lo reconoció como la vuelta más rápida en el Infierno Verde. Al día siguiente,ya en la carrera, Stefan Bellof marcó el segundo tiempo más rápido del circuito, 6:25,91 minutos, pero en la zona de Pflanzgarten, el Porsche 956 se alza tras un viraje del viento, gira y termina chocando con la parte trasera en el borde de la pista. Bellof sale ileso, pero la victoria es para Jochen Mass y Jacky Ickx, también con un Porsche cuya velocidad media es de 165 km/h.

El nombre de Porsche y el récord de velocidad en Nürburgring quedaron escritos en piedra, y el 956 y su hazaña histórica en Nürburgring demostró una vez más que es uno de los mejores coches de la historia. Aquel día, la pista de Nordschleife se convirtió en el escenario de un momento único. Un récord que parecía imposible pero que la destreza de Bellof unida a la excelencia del Porsche 956, consiguieron.