"Elegante Sportiva, Sportiva Elegante" las dos facetas de Porsche
La marca Porsche ha sido desde sus inicios un estandarte de deportividad, fiabilidad y elegancia. Los grandes momentos de gloria en las competiciones de motor (sus principales aliados a la hora de distribuir la imagen de marca) fueron aprovechados por la empresa como generadores de publicidad.
Además, en la época que comenzó a promocionarse la marca, la expansión del televisor todavía no estaba desarrollada del todo, por lo que se decidió invertir en una cartelería de calidad que ha pasado de adornar talleres mecánicos y habitaciones de jóvenes a convertirse en auténticos objetos de coleccionista.
El cartel de “Elegante Sportiva” es quizás una de las mejores reproducciones resume los valores de la marca en la época. Esta obra comunicativa data del año 1967, y fue realizada por el gran Erich Strenger. Para este hombre su gran pasión fue diseñar los carteles de carreras para Porsche entre 1951 y 1987.
Strenger mantuvo un estilo inconfundible y moderno, caracterizado por un diseño exquisito. Strenger dibujaba los motivos o fotografiaba el mismo los nuevos modelos de Porsche con su cámara. Como podemos ver en este caso, se tratan de carteles coloridos y con tipografías cuidadas y modernas, que han ido retratando los momentos de triunfo del motorsport en Porsche.
En el cartel de “Elegante Sportiva”, podemos apreciar una tipografía distinta para cada palabra, separadas por una fina línea. En el centro de la composición, vemos un Porsche 911 clásico de color rojo, dividido en dos zonas, la izquierda (elegante sportiva) ocupada por un hombre vestido como un ejecutivo y una bella mujer y la derecha (sportiva elegante) ocupada por un hombre vestido como un piloto de carreras laureado.
Estas dos zonas representan “las dos caras de Porsche”: elegancia y competición. La parte inferior del diseño lo ocupa la tipografía de Porsche cerrando la composición a la perfección.
El cartel fusiona a la perfección lo que se buscaba desde Stuttgart. Pasar de ser considerados como una marca exclusiva de carreras, para posicionarse frente a un público objetivo más amplio. Es decir, conseguir producir un vehículo Porsche con el que poder realizar todas las actividades diarias, pero que siguiera siendo un potente vehículo. En resumen, un vehículo de lunes a viernes para el trabajo y la familia y el fin de semana que fuese válido para volar sobre la pista de carreras.
El vehículo elegido, el Porsche 911 se comenzó a fabricar en 1964, pero fue precisamente en el año 1967 cuando se comenzó a fabricar además de la versión coupé ya existente, la versión cabriolet con barra de seguridad Targa y la versión 911 S. Esta última, supuso la primera variante del motor, que incorporaba modificaciones que permitían al vehículo alcanzar los 190 CV. Además, incluía un mejor equipamiento y las características llantas Fuchs de cinco radios. Este modelo fue el escogido por la marca para competir en las 24 Horas de Le Mans.
En estos años, Porsche ya había salido victorioso de distintas competiciones como la Targa Florio, el Campeonato Europeo de Montaña o la Carrera Panamericana. Pero la década de los 60, es recordada en Porsche por ser los años en los que se ganan Las 24 Horas de Le Mans, por primera vez en su historia en la categoría 2.0 gracias al 911 S, además de los primeros triunfos en el Rally de Montecarlo en 1969 y 1970.