Compartir 

La fotografía de Bart Kuykens y su forma de retratar un Porsche

Conocido por su estilo minimalista y su particular enfoque con el que aporta siempre una tranquilidad y serenidad a sus fotografías solo al alcance de un prodigio. Así es el arte de Bart Kuykens.

Dicen de Bart Kuykens que la oscuridad de sus imágenes es en realidad una búsqueda de la intensidad de una emoción. Hablan de que es un cazador de almas que retrata con el claroscuro la belleza más cruda. Para alguien que sabe de cámaras, el blanco y negro es la manera de captar lo que con el color se pierde, esa esencia cinematográfica que solo una cámara analógica y una película en blanco y negro consiguen atrapar. Si sumamos un Porsche a la ecuación, tenemos la demostración de amor más pura a una marca de la que Bart Kuykens ha hecho su sello de identidad.

Nacido en Amberes, Bélgica un frío 19 de febrero de 1975, Bart Kuykens es un fotógrafo conocido por su estilo minimalista con un particular enfoque que consigue aportar siempre una tranquilidad y serenidad a sus fotografías solo al alcance de un prodigio. Él mismo afirma que la fotografía es mucho más que un oficio: es un talento y un gran don, que él abrazó con fuerza y ahora es su forma de vida.

Encuentra su inspiración en la música, la arquitectura y el diseño de los años 70 y su trabajo es contar historias usando para ello en la mayoría de ocasiones una Hasselblad H1 y una Leica R7, ambas analógicas. Trabajando la composición y la luz, consigue crear imágenes con una atmósfera única que encuentran en esa genuina manera de fotografíar un aspecto más auténtico. 

Su gusto por la tradición se convierte en una conexión más con Porsche, modelo destacado en sus obras. Tan destacado que es el protagonista de su serie "A Flat 6 Love Affair", un proyecto que empezaba casi por casualidad en 2015, cuando empezó a fotografiar a algunos amigos con sus Porsche. Cuando reveló las fotografías vió esa esencia y no pudo parar de fotografiar a diferentes propietarios con sus Porsche hasta que decidió hacer una serie de libros con siete volúmenes, uno por cada letra de la marca, publicando un libro por año.

Cada una de las fotografías de esta serie es única y esconde esa búsqueda de lo efímero que tanto le caracteriza. Por ejemplo en la sesión que realizó con el diseñador Freeman Thomas, un caballo se acercó al coche y es justo ese momento lo que hace única a esta fotografía.

Ha fotografiado a Patrick Dempsey en Malibu Canyon Road con su Porsche o al 906 Vila Real de 1971 de Carlos Santos, porque lo que realmente le interesa a Kuykens no es el coche en sí, sino la interacción entre el propietario y el propio vehículo. Esa historia que se cuenta en sus fotografías es la verdaderamente interesante.

Como ocurre en muchas ocasiones, la pasión de Kuykens por Porsche se remonta años atrás. A los 20 años compró su primer clásico, un VW Karmann-Ghia que vendió porque no podía permitirse mantenerlo. Diez años después, un vecino le enseñó su Porsche 911 de 1971 y su amor comenzó. Terminó comprando un Carrera 3.2 de 1985 y continuó con su particular búsqueda del Porsche perfecto hasta que se dió cuenta de algo. No existe un único Porsche perfecto, cada uno esconde una historia y esta es perfecta en sí misma. 

Asocia la libertad, la facilidad de uso diario y la deportividad con la marca Porsche, tanto que ahora uno de sus bienes más preciados es un precioso Porsche 911 T de 1970 en color plata con el que continúa escribiendo su propia historia. Conduciéndolo, el belga confiesa que sus pensamientos se liberan y se siente uno con la carretera. 

Solo en formato analógico se puede capturar la verdadera belleza de un momento. Lo efímero de un instante. La magia de una situación concreta que no se repetirá nunca. El alma de un Porsche.