"Nobody's Perfect"
Con un sarcástico “Nobody’s Perfect” (nadie es perfecto), Porsche consiguió dar con la clave que catapultaría a la fama a uno de sus póster publicitarios en los 80 consiguiendo convertirlo en uno de los más famoso de todos los tiempos. ¿Conoces la historia detrás de este slogan?
A inicio de la década de los 80, la FIA introdujo un nuevo reglamento que supuso la incorporación del Grupo C al Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), reemplazando al Grupo 5 y 6 que tantos éxitos le había regalado a los Porsche 935 y 936. A diferencia de las otras categorías, las limitaciones de este nuevo grupo se centraban en el tamaño y el consumo, dando vía libre a la cilindrada.
Así nació el 956, un coche que marcó una época dorada en la historia de Porsche en las 24 Horas de Le Mans. Norbert Singer, un ingeniero alemán, fue la persona encargada del diseño de este automóvil y fue una pieza clave en las victorias de Porsche en Le Mans desde principios de los 70 hasta finales de los 90.
Tras conocer los cambios en el reglamento de las carreras de resistencia, Singer ideó el 956. Su motor 6 cilindros bóxer turbo de 2.65 litros de gasolina desarrollaba una potencia de 630 CV a 8.200 rpm y un consumo muy bajo de combustible, 2,65 litros, como requería la categoría. Además, su chasis monocasco de aluminio y su carrocería de fibra de vidrio permitían rebajar considerablemente su peso hasta unos 840 kilogramos.
Prototipo del 956 testado en 1982
El 956 conseguía alcanzar los 400km/h en la famosa recta de Hunaudières en el circuito de La Sarthe. Aquí podéis ver un vídeo que lo demuestra:
Con la entrada en vigor del nuevo reglamento, en 1982 Porsche consiguió unos resultados inmejorables en la carrera de las 24 Horas de Le Mans con el 956. Ese año, tres de estos Porsche lograron los primeros puestos del podio. Eso hecho, animó a otros equipos privados a hacerse con ese mismo modelo para las próximas competiciones de resistencia. Y así fue.
En 1983, casi todas las parrillas de salida estaban ocupadas por Porsche 956. Así, con este modelo se ganaron las siete carreras del campeonato, unos resultados ya esperados dado el potente motor con el que contaba este nuevo Porsche. Además, el 956 en Le Mans, copó nueve de las diez primeras posiciones de esa carrera. Solo el Sauber C7 de BMW M88 pilotado por Diego Montoya, Tony García y Albert Naon, consiguió romper con el impresionante palmarés de ese año conseguido por los Porsche 956 con una novena plaza. El primer puesto fue para Holbert, Hurley Haywood y Vern Schuppan con el equipo Rothmans-Porsche.
Ickx 956 en 1982
Esa novena posición lograda por el Sauber C7 hizo posible el mítico poster “Nobody’s Perfect”. A él se le debe agradecer esta idea publicitaria, ya que si los Porsche hubieran dominado todas las posiciones, hoy en día no estaríamos hablando ni de esta carrera, ni de este anuncio.
Este “fallo” permitió a Porsche crear uno de los póster publicitarios más conocido hasta el momento. La publicidad de “Nobody’s perfect” contiene una ilustración con la lista de resultados de la carrera de Le Mans de 1983. Pero lo realmente impactante es el texto escrito en el pie del anuncio, en el que dice:
“No hay carrera de resistencia más dura que Le Mans. Más de 3.000 millas en 24 horas a velocidades que a menudo superan las 200 millas por hora. El pasado año, Porsche ocupó los cinco primeros puestos. Este año, los primeros ocho. El año que viene, ¿quién sabe? Siempre hay margen de mejora. Incluso para Porsche.”
Con estas palabras, Porsche quería mostrar al mundo, a través de la ironía, que son los mejores incluso cuando no son “perfectos” y cometen “fallos”. Además, aprovecharon para presumir de los últimos podios conseguidos en Le Mans por los 956.
Su simplicidad e ironía es lo que ha hecho que haya impactado en la audiencia, además de conseguir ser recordado durante décadas.
Tal es la popularidad del “Nobody’s Perfect” de Porsche que la propia marca tiene puesta a la venta en su web camisetas conmemorativas.