Porsche 356. Modelos que mantienen la leyenda viva. Parte II.
Cuando en 1948 se fabricó el primer Porsche 356 "nº 1" Roadster y se convirtió en el primer automóvil con denominación Porsche en recibir su permiso de circulación, comenzó la historia de Porsche como creador de sueños y fabricante de deportivos.
Desde entonces, el tipo 356 Nº 1 Roadster constituye la piedra angular de nuestros más de 75 años de historia en la fabricación de automóviles deportivos y, por supuesto, también fue el precursor de legendarios iconos de competición y de carretera.
Este primer 356 fue creado en Gmünd, Austria. El “Gmünd Roadster” contaba con un motor bóxer de cuatro cilindros y 1.1 litros refrigerado por aire de la marca Volkswagen. En el Porsche 356, la potencia se aumentó hasta 35CV. Así, con un peso de tan solo 585kg, el Roadster alcanzaba velocidades de hasta 135 km/h. Las primeras pruebas en carretera del chasis sin carrocería se realizaron en marzo de 1948 en la carretera 331 a escasos 20 kilómetros al norte de Gmünd por el propio Ferry Porsche.
A pesar de que en 1965 se dejase de fabricar el modelo, el Porsche 356 es uno de los deportivos más representativos de la historia del automóvil y cuenta con una legión de seguidores en todo el mundo. Además, de los ejemplares que han sido conservados y/o restaurados, hay algunos que además de un icono siguen manteniendo sus motores en pleno funcionamiento y preservan tan vivas como el primer día la emoción, la eficiencia y la pasión de Porsche por la deportividad.
El Porsche 356A más salvaje
Renée Brinkerhoff consiguió su 356A en 2011. Esta madre estadounidense de cuatro hijos decidió un día perseguir su sueño de competir y difundir así sus diferentes objetivos solidarios.
Cuando vio el Porsche 356A que su cuñado había adquirido para restaurar, se enamoró en el acto del clásico y supo sin ninguna duda que ese sería su compañero de carreras. Empezó a preparar su Porsche para obtener todo el potencial posible y cumplir con las regulaciones impuestas por las organizaciones de los certámenes más importantes. Primero llegaron un motor y un sistema de suspensión personalizados, luego lo hicieron la jaula antivuelco y el depósito de combustible. Y, finalmente, se sumó una eficaz caja de cambios de cinco velocidades que permitía afrontar los tramos disputados a mayor altitud con mejores prestaciones.
Aunque su pasión era innegable, Renée no sabía pilotar, por lo que asistió a las clases de la escuela Porsche Track Experience para desarrollar sus habilidades. Además, tuvo el lujo de contar en el asiento derecho a un gran instructor: Hurley Haywood, el piloto de resistencia más laureado de Estados Unidos. Así, Brinkerhoff se convirtió en una piloto digna del coche ganador que conduciría en cada prueba.
En 2013, a la edad de 57 años, Brinkerhoff llegó a la Carrera Panamericana con su 356. Sin apenas haber probado su coche, que había estado en desarrollo hasta pocos días antes, Brinkerhoff se embarcó en este particular viaje de 3.200 kilómetros para, después de siete días a fondo, terminar ganando en su categoría, convirtiéndose así en la primera mujer en hacerlo. Al año siguiente volvió y finalizó en segunda posición de su clase, y en un impresionante 14º puesto en la general.
En 2015 nació el equipo Valkyrie Racing. Esto marcó un punto de inflexión en su carrera, ya que de esta idea inicial surgieron dos proyectos. Por una parte, el equipo de carreras creó una nueva rama denominada Valkyrie Gives para ayudar a mujeres y niños en situación de riesgo; por otra, comenzó a perfilarse el “Proyecto 356 World Rally Tour”.
En 2017 volvió a disputar la Carrera Panamericana y, de nuevo, Renée y su Porsche 356 volvieron a ganar su categoría. En 2018, Brinkerhoff disputó la Targa Tasmania en Oceanía y luego viajó hasta la Cordillera de los Andes en Sudamérica para correr el Rallye Caminos del Inca. Al año siguiente, el Rallye de Pekín a París fue el elegido para desplegar toda la potencia del primer Porsche. Finalmente, coronó su hoja de ruta de competiciones con el Rallye Safari de vehículos clásicos en África Oriental en su temporada más lluviosa de los últimos 40 años. Valkyrie Racing cruzó la línea de meta en África como el único equipo conducido por mujeres.
Sudáfrica a bordo de un Porsche 356
La Porsche Klassik Magazine publicaba en su número 20 un cuaderno de abordo muy especial, en el que sus protagonistas cumplieron el sueño de recorrer el territorio sudafricano a bordo, ni más ni menos, de un Porsche 356 B Super 90 Coupé.
Los fotógrafos Nic Grobler y Desmond Louw se embarcaron en un viaje por zonas desconocidas para disfrutar de la combinación perfecta entre aventura y tranquilidad, llevando a su forma más exclusiva la expresión, tan de moda ahora, de “para encontrarse, primero hay que perderse”.
Cuando apenas tenía diez años, el padre de Nic compró este 356. Grobler asegura que aún recuerda los diferentes viajes que hicieron con el clásico deportivo. Treinta años y un proyecto de restauración después, su relación con el icono es cada día más estrecha. Nic tiene una costumbre muy arraigada, que no es otra que, cada pocos meses ponerse al volante de su 356, despertar su motor bóxer y hacer alguna ruta o viaje especial de, en ocasiones de más de 1.000 kilómetros.
En esta ocasión los dos hombres, junto a su Porsche, ponen rumbo hacia El Karoo, una amplia superficie semidesértica situada en las altas llanuras de Sudáfrica a 500 kilómetros al noreste de la capital.
Desde la óptica artística de Desmond, fotógrafo especializado en automóviles, afirma que el viaje en el 356 con su motor bóxer de cuatro cilindros, se siente diferente y te hace sentir más cerca de la carretera. Asegura que el Porsche 356 es una auténtica obra de arte sobre ruedas que no deja indiferente a nadie simplemente con verlo. Prueba de ello es el ejemplo de cuando tuvieron dificultades para acampar y el clásico llamó la atención de un niño que, cuando pasaron por su granja, pidió a su padre que parase su pick-up para sugerirles un lugar donde poder hacerlo.
Estos son solo dos ejemplos claros de cómo el espíritu deportivo y la esencia aventurera de Porsche son tan atemporales como lo es un icono de la Historia de la automoción como es el Porsche 356.