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911 Carrera 3.2 Speedster

Porsche 911 Carrera 3.2 Speedster, el deportivo de culto que no olvidó sus raíces

El Porsche 911 fue, es y será, la punta de lanza de Porsche. Su coche más icónico nació para hacer historia y convertirse en el mejor reflejo de lo que la marca alemana persigue con sus deportivos: elegancia, fiabilidad y confort sin perder un ápice de velocidad y garra.

La historia del modelo más reconocible de Porsche comenzó el 12 de septiembre de 1963 en el Salón del Automóvil de Fráncfort, donde fue presentada la primera generación del mito. Pensado como el sustituto del Porsche 356, consiguió convertirse en el modelo más emblemático de la marca y después de más de cincuenta años, sigue siendo el coche soñado para muchos. 

En ese período de tiempo muchos modelos del 911 han circulado por las calles del mundo, pero hay uno cuya exclusividad va más allá y que 30 años después de presentarse por primera vez, es considerado un deportivo de culto: el Porsche 911 Carrera 3.2 Speedster. Pero para entender este modelo tenemos que remontarnos atrás en el tiempo, al momento en que nace el primer speedster de Porsche.

Max Hoffmann, importador de Porsche en Estados Unidos, fue quien convenció a Ferry Porsche para diseñar un coche ideal para vender en el mercado americano. Debía ser descapotable, con poco peso y con un precio menor de 3.000 dólares de la época. Así nació el primer speedster de la marca en el otoño de 1954, el 356 1500 Speedster con un precio de 2.995 dólares.

Combinaba los paneles de acero de la carrocería del cabriolet con un parabrisas inclinado y pequeño, una capota para proteger de la lluvia y un interior mucho más sencillo y simple que abarataba los costes de producción. 

Fue un éxito en Hollywood. James Dean fue una de las estrellas que cayó rendida a los encantos de este primer modelo tipo speedster, ligero y purista. El modelo alcanzó su máxima en 1957, cuando el 356 A 1500 GS Carrera GT Speedster, se convirtió en el primer Porsche en superar los 200 km/h. A pesar de tener solo 110 CV de potencia en un motor bóxer de 1.5 litros, empezó a cosechar triunfos en las carreras y a superar a coches que a priori, le ganaban en potencia.

Después de que se presentara el primer speedster de la marca, treinta y cinco años hicieron falta para que un nuevo modelo se reinventase fusionando dos modelos tan icónicos como el 356 y el 911. En 1989, y como el último Porsche 911 de la serie G, se presentaba el Porsche 911 Carrera 3.2 Speedster.

A día de hoy este modelo, del que solo se fabricaron 2.104 unidades, es uno de los deportivos más exclusivos y especiales de la historia de Porsche. Inspirado en el diseño que el presidente de Porsche Peter Schutz hizo en 1986, el 911 Speedster se presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 1987. 

Las líneas del 356 y un diseño similar 911 Carrera 3.2 Turbo Look pero con dos modificaciones vitales que marcaban su peculiar diseño: un parabrisas con un marco más fino y mucho más pequeño e inclinado que podía quitarse para competir, y una abultada tapa trasera que escondía la capota. 

Entre enero de 1989 y julio de 1989 se produjo este modelo que cierra la generación G del 911. De todos los fabricados, 823 de ellos fueron a parar a los Estados Unidos, y solo 139 ejemplos se produjeron en el formato que llevaba el volante a la derecha. 

El Porsche 911 Carrera 3.2 Speedster recuerda aún a día de hoy las raíces de la marca y para muchos, es un coche de culto. Tras este modelo surgiría uno único en su especie, el speedster en color verde creado sobre una carrocería del 993 y que se fabricó en 1995 para Ferdinand Alexander Porsche. Solo existe uno más, fabricado exclusivamente para el cómico y actor estadounidense Jerry Seinfeld, que tiene en su poder un Speedster en color plata con transmisión manual y carrocería 4S pero con el aspecto ancho del Turbo.

No fue hasta dos generaciones después, con el 997, cuando en 2010 volvió a fabricarse una nueva versión Speedster del que solo se hicieron 356 unidades. Un homenaje al primero de los Porsches, el que comenzó la leyenda y que inspiró el Porsche 911 Carrera 3.2 Speedster, un modelo que no olvida sus raíces.