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Porsche Panamericana
Panamericana

Porsche 911 Panamericana, un diseño pensado para inspirar el coche del futuro

La Carrera Panamericana se celebró en México en el año 1950 por primera vez. Utilizaba, y sigue utilizando a día de hoy, el tramo mexicano de la carretera Panamericana, una vía que cruza todo el continente y que tiene más de 3.000 kilómetros de longitud. Según el director de la prueba es una mezcla de las 24 horas de Le Mans, Nordschleife, el Gran Premio de Tripoli y la Mille Miglia. Una de las pruebas de conducción más complicadas y exigentes del mundo.

Esta mítica carrera de resistencia fue el lugar donde el Porsche 550 RS Spyder marcó un récord ya en los años 50, concretamente en 1954, año en que logró superar los 200 km/h en una época en la que esta velocidad era algo inalcanzable.

Esta famosa carrera fue el punto de inspiración para uno de los prototipos de automóviles más curiosos de Porsche, el Porsche 911 Panamericana Concept. Diseñado por Steve Murkett y Harm Lagaay en el año 1989, y con la colaboración técnica de Ulrich Bez, fue pensado y construido con dos objetivos: convertirse en la siguiente generación del 911, el que se llamaría 993, y ser el regalo de cumpleaños de Ferry Porsche.

Aunque se trató finalmente de un coche conceptual presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1989 y que nunca llegó a producirse en serie, sí sentó las bases del Porsche 911 Targa (993) y Boxster. Y posteriormente hasta sirvió de inspiración para el Porsche Panamera, que nació en el año 2010.

El Porsche 911 Panamericana fue un coche que se alejaba mucho de los estándares convencionales de los vehículos de la época. Su diseño, fabricado sobre el chasis de un 911 Carrera 4 Cabriolet, también llamado 964, se basaba en la ligereza de un deportivo que podría transformarse en un automóvil todoterreno tan solo cambiando las ruedas del coche.

La carrocería del prototipo se construyó en fibra de carbono y paneles de plástico, y estuvo inspirada en las líneas del Carrera 4 pero con una caída más diagonal de su techo y una particularidad muy interesante: las cubiertas de sus llantas. Mucho más anchas que cualquier otro modelo de Porsche, la marca alemana buscaba que los neumáticos y las llantas pudieran cambiarse por otros de más calibre y transformarse, como decíamos, en un todoterreno.

El techo se podía quitar completamente y convertir el Porsche Panamericana en un coche descapotable biplaza, lo que le convertía en un híbrido de cuatro vehículos diferentes. Un targa, un descapotable, un coupé y un todoterreno, todo en uno. 

Bajo esta carrocería, un motor bóxer de seis cilindros y 3,6 litros que alcanzaba los 250 CV de potencia. Contaba con tracción total electrónica, pensada para que pudiera cumplir con su objetivo de ser un todoterreno sin perder un ápice de seguridad, y tardaba 5.7 segundos en alcanzar los 100 km/h. El Porsche 911 Panamericana Concept llegaría a una velocidad punta de 260 km/h y apenas pesaría 1414 kilos de peso, gracias a los materiales que conformaban su carrocería. 

Aunque la idea real era construirlo en una edición limitada en serie, la historia quiso que el único ejemplar de este coche que se fabricó, fuera el merecido regalo a Ferry Porsche por toda su carrera en la que fue y siempre será su marca. 

Un coche que celebraba los ochenta años de uno de los nombres más históricos para Porsche, el primer hijo de Ferdinand Porsche y creador de la primera semilla de nuestro coche más mítico, el 911.