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Porsche 968
Transaxle

Porsche 968: el fin de una era

Llega la hora del Porsche 968, fabricado entre 1992 y 1995, que escribe el último capítulo de los de su especie Transaxle, en la que fue la primera historia de introducción de los motores delanteros en Stuttgart. Posteriormente, fueron llegando al mercado otros modelos con motor delantero como el Porsche Cayenne o el Porsche Panamera, pero esa es otra exitosa historia.

El Porsche 968 es el sucesor natural del 944, un modelo que había resultado económicamente favorable para la marca y había dejado el pabellón alto, pero que vio cómo sus ventas se reducían a finales de los años 80.

Para que el proyecto del 944 tuviera continuidad en los mercados había que seguir mejorando su rendimiento o, por lo menos diseñar nuevas versiones más exclusivas. Para ello se barajaron distintas opciones desde Stuttgart: un Speedster; un descapotable con capota dura o ensamblar el motor V8 de 5 litros del 928 a la carrocería.

Finalmente se decidió desmarcarse de la imagen del 944, tomando una serie de decisiones que afectaron a la evolución del modelo en el 968.

La primera medida que toma Porsche para este nuevo modelo es trasladar la producción de la planta de Neckarsulm a la fábrica propia de Zuffenhausen. Esto ya hizo que los pocos puristas y locos de la tracción trasera que permanecían renegando de los Porsche con motor frontal, lo vieran finalmente como un vehículo verdaderamente de ADN Porsche.

Técnicamente el 968 es una evolución del 944 S2, por lo que guarda bastantes similitudes con su antecesor, con el que comparte gran parte de las piezas de la carrocería, aunque se modificó notablemente para mostrarse más aerodinámica y moderna.

Esta carrocería, en su parte delantera, nos muestra un adelanto de cómo iba a ser en la siguiente generación del Porsche 911. En el diseño exterior se añaden otros cambios como los faros delanteros escamoteables, que se vuelven redondos y se añade un spoiler trasero similar al del 928.

Este modelo se fabricó tanto en versión coupé como en la versión cabriolet, siempre concebido de la misma manera que el Cayman, como una alternativa al 911 de precio más reducido, es decir como un modelo de entrada.  Esto se podía observar por ejemplo en su interior más sobrio y sencillo, pero cómodo y elegante.

El motor refrigerado por agua que se fabrica para este vehículo es el de 4 cilindros y 3 litros derivado del 944 S2, solo que ahora entregaba 240 CV de potencia y era mucho más completo: nuevas válvulas de admisión, tubos de escape más eficaces y más anchos, un catalizador más eficaz, pistones más ligeros y bielas forjadas. Todo ello le permitía alcanzar los 100 km/h en 6,5 segundos, un buen galgo de carreras.

Fue el primer Porsche en incluir el sistema VarioCam, un ajuste de los árboles de levas que actúa sobre las válvulas haciendo más lento su movimiento, mejorando el par y la flexibilidad del motor.  

Otra novedad del 968 era la caja de cambios manual de 6 marchas, una por encima de las que ofrecía el 911. Lo curioso de esta última marcha, es que no se trataba de una marcha que economizase el combustible, sino que mantenía constante la fuerza y propulsión para alcanzar la velocidad máxima de  250 km/h. También se daba la opción de un cambio automático de cuatro velocidades, para adaptar la conducción al tráfico por ciudad.

Tanto es así que al Porsche 911 le salió un competidor directo, que con tan sólo 10 CV de potencia menos, ofrecía otros aspectos que le favorecían como el reparto de pesos, que hacen de él un coche equilibrado y rápido, un maletero más amplio y detalles más modernos como los faros y la carrocería.

En definitiva, el Porsche 968 continuó expandiendo el horizonte de Porsche hacia nuevos mercados de igual manera que finalizó una etapa de transición y cambios enriquecedora para la marca.