Porsche 989: La berlina que nunca llegó a ver la luz
El Porsche Panamera es uno de los modelos de la marca que no deja indiferente a nadie y que ha dado mucho que hablar, generando sentimientos de amor-odio por parte de los amantes del fabricante germano. Pero, para los que no lo sepan, ya se intentó fabricar, mucho antes, un modelo similar que no pudo salir al mercado debido a los altos costes que suponían en la época.
Nos encontramos a finales de los años 80. No corren los mejores momentos para Porsche, que se encuentra en una situación económica inestable, aunque las ventas del modelo 928 parecen indicar lo contrario. Es por eso que los altos cargos directivos deciden lanzarse al abordaje de un nuevo proyecto.
El Porsche 989 surge como un proyecto prototipo de vehículo sedán de cinco puertas y cuatro plazas. Porsche creyó que era el momento de considerar la fabricación en serie de una berlina que ofreciera grandes prestaciones, alto nivel de equipamiento y potencia. Desde Stuttgart querían encontrar una alternativa más práctica y funcional, pero que siguiera siendo igual de emocionante que conducir un 928.
Pasamos así, en el año 1988, al comienzo del proyecto que fue capitaneado por el ingeniero jefe de Porsche, Ulrich Bez. Este proyecto, tenía las directivas de conseguir un vehículo amplio, cómodo y lujoso, pero que por otra parte fuera capaz de dar una imagen deportiva emocionante y superior a los vehículos similares de la competencia. Hay que decir que en esta categoría de vehículos, Porsche era primerizo.
El trabajo de Bez consistió en crear un nuevo modelo en el que el motor estaba situado en la parte delantera del vehículo, a diferencia de la mayoría de los deportivos de Porsche. El motor es de 4,2 centímetros cúbicos V8 con la friolera de 350 CV. El motor, pese a estar situado en la parte delantera del vehículo, transmitía a tracción trasera y permitía alcanzar los 280 km/h. Para conseguir esto, los ingenieros colocaron una caja de cambios manual y se hablaba también de otra, la PDK de doble embrague, un sistema que ya había sido utilizado por Porsche en competiciones deportivas. La refrigeración del motor funcionaba por circuito de agua y se pensó en la colocación opcional de frenos cerámicos.
Respecto a las dimensiones del Porsche 989, hay que decir que de largo ocupaba 4'5 metros, dentro del estándar de la categoría de vehículo y, sus 1'6 metros de alto por 1'8 metros de ancho, hacían de este Porsche un vehículo dinámico, veloz y grácil. Hay que tener en cuenta también que era un coche bastante ligero, ya que solo pesaba aproximadamente 1500 kg.
El encargado de hacer que todo el conjunto fuera agradable y vistoso fue Harm Lagaay, que diseñó el exterior e interior del vehículo y que supuso una influencia para modelos posteriores. Estéticamente hablamos de un sedán muy parecido en carrocería al Porsche Panamera, quizás más estilizado. El interior estaba fabricado con el cuadro de mandos similar al 996, moderno y elegante, con acabados de lujo y clase, como se observa en los asientos deportivos de cuero. Todo ello rematado con un equipo de sonido y componentes eléctricos de la mayor calidad.
El prototipo fue acabado ese mismo año, pero el descenso en las ventas del 928 y de los vehículos Porsche en general implicaron que, sacar el modelo al mercado, supusiera un riesgo demasiado alto para la compañía, que decidió abandonarlo definitivamente en 1992 tras la marcha de Ulrich Bez.
Precisamente fue todo lo bueno que tenía este vehículo lo que sirvió para cavar su propia tumba. Todos los componentes, que hubieran hecho de esta berlina la más lujosa del mercado, hacían que el coste de fabricación del vehículo fuera demasiado alto, teniendo, a priori, unos objetivos de ventas no demasiado optimistas, ya que el precio de venta final se acercaba a los 90.000 dólares. Todo este conglomerado, sumado a que el marco alemán se encontraba en valores muy superiores al dólar americano y, por consiguiente, las ganancias en exportaciones a EEUU eran menores, la directiva de Porsche decidió recular y no arriesgarse.
El Porsche 989 fue el espíritu de la berlina que hoy vende Porsche con el Panamera. Actualmente se expone en el museo de la marca, que alberga siempre un lugar emblemático para todas las ideas Porsche, con o sin final feliz.