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Porsche 911S
Tour de Francia de automóviles
Gérard Larousse

Porsche en el Tour de Francia de 1970: el 911 más ligero de la historia

El Porsche 911 S pilotado por Gérard Larousse en el Tour de Francia de Automovilismo de 1970 pesaba la increíble cifra de 780 kilos. Es considerado oficialmente el 911 más ligero de todos los tiempos construido en Zuffenhausen. Fue uno de los únicos siete 911 ST que se fabricaron ese año.

Gérard Larousse era un piloto especializado en rallys que se convirtió, de la mano de Porsche, en un experto piloto también de coches deportivos de pruebas de resistencia. Un año antes, el galo logró alzarse con la victoria en la general, pero en 1970 tuvo que conformarse con el tercer puesto de una competición que gozaba de mucho prestigio en la década de los setenta.

Aunque el automóvil estaba calificado como ST, Porsche utilizó muchas piezas de su antecesor, el Porsche 911 R. Con este modelo, Porsche logró llevar a otro nivel el concepto del peso de sus coches. Perforaron bisagras, reposapiés, puntos de apoyo, tablas de pedales... básicamente todo lo que podían taladrar, incluso si no llegaba a respetar estrictamente todas las condiciones de seguridad. Aligeraron todas las superficies posibles del coche excepto la carrocería. Con ello, el peso final previsto fue de 780 kilogramos. 

Este 911 es una parte muy importante de la historia de las carreras de Porsche. Fue un prototipo único que sirvió como matriz de guía hacia los futuros éxitos del departamento especializado en motorsport de Porsche.

Una anécdota curiosa sobre la historia de este Porsche 911 ST fue que, una semana antes del comienzo del Tour de Francia de Automóviles, Gérard advirtió a los ingenieros que había que quitarle más peso todavía al coche porque no llegaba a ser tan ligero como habían calculado.

Esta noticia sorprendió mucho a los mecánicos que habían preparado el coche, pero al poco tiempo de recibirla, uno de ellos, el más veterano ya retirado, cayó en la cuenta de que se podían haber dejado unos cuantos litros de combustible en el depósito antes del último pesaje y que ese podía ser el motivo por el que la cifra se pudo ver aumentada 15 kilos más.

Después de  vaciar el depósito de combustible del todo, comprobaron que, efectivamente, el coche pesaba los 780 kilos garantizados. Como Larousse había prometido a los ingenieros unas botellas del mejor champagne como recompensa si lograban bajar hasta esa cifra, finalmente pudieron celebrarlo y brindar entre risas a pesar de aquel pequeño despiste.

El piloto francés tenía claras intenciones de revalidar el título del año anterior, por eso se tomaba muy en serio cada detalle. Por mucho que digan que a los alemanes no les apasiona el espumoso vino francés, la promesa funcionó a la perfección y establecieron un auténtico hito en este sentido. Este 911 ST de llamativos colores, un tanto psicodélicos en combinación, alcanzó una relación potencia/peso similar a la del 911 R moderno.

El 911 ST brilló durante toda la carrera; su versatilidad se impuso sin problemas a los prototipos del fabricante francés Matra, aquellos con aspecto de nave espacial a ras de tierra, que las autoridades  de la carrera autorizaron a participar después del parón de cinco años que sufrió la prueba. Desafortunadamente, después de liderar la competición desde el principio, un problema de embrague en el último día del Tour obligó a Larrousse a caer sin remedio a la tercera posición de la general. 

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