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Porsche según Daniel Arsham, el arte según Porsche

El arte es parte de nuestra esencia. Nuestros deportivos han sido admirados tanto por su ingeniería como por su belleza, inspirando a artistas que ven en ellos mucho más que máquinas. Daniel Arsham es uno de ellos. Conoce su visión de lo que representa Porsche y tres de sus obras maestras.

Desde sus inicios, Porsche ha cultivado una estrecha relación con el mundo del arte y el diseño. Más allá de su ingeniería de precisión, los deportivos Porsche han sido siempre piezas admiradas por su estética, equilibrio y pureza formal. Un Porsche se conduce, pero también se siente y admira y qué es el arte sino aquello que evoca un sentimiento al admirarlo. Esta conexión natural con el arte ha llevado a Porsche a colaborar con diferentes artistas a lo largo de toda su historia y de ser la musa de creadores durante toda la historia de los mismos.

Este es el caso de Daniel Arsham, un artista estadounidense nacido en 1980 que ha desarrollado una carrera que fusiona arte, diseño y cultura pop, destacando por su enfoque en la "arqueología ficticia".

A los 12 años, su hogar fue destruido por el huracán Andrew, un evento que marcó profundamente su vida y se refleja en su obra artística, especialmente en su enfoque en la erosión y el paso del tiempo. Se formó en la Cooper Union de Nueva York y se graduó en 2003, donde recibió el Gelman Trust Fellowship Award., Arsham comenzó trabajando en instalaciones y escultura con un marcado interés por el tiempo, la erosión y la historia material de los objetos. Su fascinación por Porsche se remonta a su infancia: creció admirando los deportivos de Porsche especialmente por el modelo 911 Turbo.  Esta pasión fue creciendo con los años, hasta convertirse en una fuente constante de inspiración en su obra artística.

Su aprecio por el diseño de Porsche se basa en la coherencia y evolución de su lenguaje visual. Arsham ha destacado cómo la silueta del 911 ha mantenido características clave desde 1965, permitiendo que modelos de diferentes décadas compartan una identidad reconocible. Para él, conducir un Porsche es como viajar en el tiempo, ya que cada modelo encapsula la esencia de su era.

Su colaboración con Porsche ha dado lugar a obras que reinterpretan modelos icónicos de la marca, explorando temas como el paso del tiempo y la imperfección.

 

Porsche 356 Bonsai: La belleza de la imperfección

El Porsche 356 Speedster es uno de los primeros modelos producidos por la marca, lanzado inicialmente en 1948. Con su carrocería ligera, líneas fluidas y un diseño minimalista, simboliza los orígenes deportivos de Porsche. Este modelo ha sido venerado durante décadas como un icono del automovilismo clásico y representa la esencia del diseño funcional y atemporal.

El proyecto "356 Bonsai", presentado en 2022, es una reinterpretación de un Porsche 356 Speedster de 1955, propiedad de Arsham. es una reinterpretación de un Porsche 356 Speedster de 1955, propiedad de Arsham.

El art car está inspirado en el concepto japonés de wabi-sabi, que valora la belleza en la imperfección y la transitoriedad. Arsham despojó al deportivo de su pintura, dejando al descubierto las soldaduras y marcas del tiempo. El interior fue revestido con tejidos teñidos con índigo y técnicas de bordado sashiko, reflejando la artesanía japonesa. En la rejilla del motor, añadió un relieve de bronce patinado en forma de bonsái, simbolizando la conexión entre la naturaleza y la máquina.

Aunque exteriormente pueda parecer desgastado, el 356 Bonsai está perfectamente puesto a punto. Todos los componentes relacionados con su funcionamiento, incluido el motor con su numeración original, han sido restaurados hasta el estado en que salió de fábrica.

 

Porsche 930A: Legado y futuro

El Porsche 911 Turbo, el 930, fue introducido en 1975 y revolucionó la industria con su combinación de rendimiento impecable y diseño elegante y eficiente. Fue el primer modelo de Porsche en incorporar un turbocompresor, sentando las bases para las generaciones futuras del 911. El 930 es uno de los deportivos más emblemáticos de los años 80 y símbolo de la potencia contenida en una silueta reconocible al instante.

Arsham eligió este modelo porque fue el primer Porsche Turbo que vio en su infancia, y para él representa una mezcla de nostalgia, potencia y diseño puro. El proyecto refleja su estilo característico de intervenir objetos icónicos con una estética que combina pasado y futuro.

El "930A", creado en 2020, es una restauración personalizada de un Porsche 911 Turbo de 1986 y fue realizada en colaboración con expertos de Porsche. Arsham combinó elementos del automovilismo clásico de Porsche con referencias personales, creando una obra que homenajea tanto a Porsche como a su propia historia.

Está particularmente orgulloso del diseño exterior del 930A. Mientras que es común que un coche deportivo esté adornado con logotipos y nombres de marcas, Arsham y su equipo diseñaron la librea del 930A en colaboración con el artista David Gwyther, más conocido como Death Spray Custom (DSC), quien aplicó los logotipos a mano en un homenaje a la tradición de las libreas pintadas a mano.Los logotipos hacen referencia al pasado de Arsham: colaboradores anteriores, representaciones en galerías y carreras futuras ficticias.

Mientras que el interior mezcla cuero italiano y lona de algodón, evocando los interiores de los 911 japoneses de los años 80. Cada detalle, desde las llantas hasta el pomo de la palanca de cambios, fue cuidadosamente seleccionado para reflejar esta fusión de influencias.

 

Porsche 904 GTS: Arte en movimiento

El Porsche 904 GTS fue desarrollado en 1963 como un deportivo de competición homologado para la carretera. Con su carrocería de fibra de vidrio y un diseño elegante firmado por Ferdinand Alexander Porsche, el 904 encarna el vínculo entre estética y funcionalidad. Este modelo marcó un hito en la historia de Porsche tanto por su innovación técnica como por su belleza escultórica, convirtiéndolo en una elección natural para la intervención artística de Arsham.

En colaboración con Team Ikuzawa, Arsham diseñó en 2024 una decoración personalizada para un Porsche 904 GTS, presentada en el Goodwood Revival, para un Porsche 904 GTS. La estética combina motivos lunares y solares, reflejando temas recurrentes en la obra de Arsham y la herencia japonesa de Team Ikuzawa. El vehículo fue pilotado por Emanuele Pirro y su hijo Goffredo, destacando la unión entre arte, historia y competición automovilística.

Además de estos tres art cars, Daniel Arsham también ha realizado otras piezas inspiradas en Porsche o con un Porsche como protagonista como su reinterpretación del Porsche 911 en 2019 como una escultura erosionada dentro de su serie “Future Relic”. Y ha realizado diferentes colaboraciones lanzando sus propias miniaturas como un modelo a escala 1:12 del Porsche 911 Turbo "930A" junto con Schuco o, en 2024, una versión a escala 1:64 del Porsche 356 Bonsai con Hot Wheels.