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Solo aptos para valientes, así son los Porsche 911 GT2
El Porsche 911 GT2 es considerado el más salvaje de los Porsche y su nacimiento tiene que ver con la necesidad de adaptarse a la categoría GT2 que la FIA había creado a principios de los años 90.
El objetivo era conseguir un deportivo capaz de competir que también pudiera moverse en carretera. Un híbrido que ganara en potencia y velocidad, pero que no dejara de ser un coche de producción en serie ya que en la categoría GT2 no participaban deportivos de carreras sino vehículos de calle que se modificaban para poder competir.
El primer Porsche 911 GT2
Así, en el año 1995 Porsche lanzaba al mercado un deportivo pensado para ganar, el Porsche 911 GT2. Aunque partió de un Porsche 993 Turbo la normativa hizo que el coche cambiara la tracción integral, prohibida en por la FIA , por un turbo de propulsión. Se mantuvo el motor bóxer de seis cilindros sobrealimentado con dos turbocompresores, solo que esta vez de 435 CV. El deportivo ganaba potencia y reducía el peso, aumentando así la velocidad: 295 km/h de máxima y de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos.
Del mismo modo y con la intención de que el coche pesara aún menos, se redujo el grosor de los cristales y se utilizaron materiales ligeros como el aluminio en puertas y capó o fibra de vidrio en los pasos de rueda. El cuero de los asientos dio paso a un material compuesto más ligero. En total se consiguió reducir el peso 205 kg con respecto al 911 Turbo.
Pero no solo la velocidad hacía de este coche una versión aún más deportiva. Se acentuó el spoiler trasero, mejorando así la aerodinámica del coche, y se rediseño el paragolpes delantero para que el radiador de aceite tuviera un mayor flujo de aire. Era el coche más deportivo creado hasta la fecha, situado en la fina línea que separa un coche de competición de uno de calle. Sutil y vibrante. Un lobo con piel de cordero llamado a aterrorizar a sus rivales en pista.
Se pensó para competir en GT2, así que las comodidades como los elevalunas eléctricos o el aire acondicionado no venían de serie y aunque estaba disponible para cualquiera dispuesto a comprarlo, era un coche pensado para que un piloto profesional sacara de él el máximo rendimiento. Un coche puro, sin ayudas electrónicas, que solo en manos expertas funcionaba. El primer Porsche 911 GT2 se convirtió en los noventa en el terror de las competiciones.
El Porsche 996 GT2
Tras este primer modelo llegaba en 2002 el Porsche 996 GT2, el primero con motor refrigerado con agua. De nuevo basándose en el motor de un Turbo, esta vez del 996, se aumentó la potencia inicial consiguiendo llegar a los 462 CV. Como el primer GT2, contaba con una caja manual de seis velocidades y mayores entradas de aire en el paragolpes frontal, y en esta ocasión usaba frenos carbonocerámicos.
El alerón trasero era grande y llamativo, pensado para mejorar la aerodinámica, y se redujo unos 100 kg con respecto al Porsche 996 Turbo del que partía. Esta vez la velocidad subía hasta los 315 km/h y podía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos, lo que le convertían en el Porsche más rápido hasta la fecha.
El Porsche 997 GT2
En el año 2007 llegaba la siguiente generación del GT2, un modelo que nacía del Porsche 997. Motor bóxer biturbo de 3,8 litros, tracción al eje trasero y cambio de marchas manual que alcanzó la espectacular cifra de 530 CV de potencia. El peso volvía a bajar y se reducía en 145 kg con respecto al Porsche 997, lo que le ayudaba a alcanzar una velocidad máxima de 329 km/h y a pasar 0 a 100 km/h en 3,7 segundos.
El primer Porsche GT2 RS
Pasional, impredecible, potente… El Porsche 911 GT2 no quería parar de evolucionar y en el año 2010 nacía el primer Porsche 911 GT2 RS de la historia. Un motor biturbo de 3,6 litros y 620 CV, pero con 70 kg menos que el Porsche 997 GT2.
De 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y una velocidad máxima de 330 km/h. Cifras impresionantes que consiguieron que el Porsche 997 GT2 RS consiguiera rodar en Nordschleife en 7 minutos y 18 segundos.
El Porsche 911 GT2 RS (991)
En 2017 llegaba al Goodwood Festival of Speed este impresionante deportivo. El más potente de la historia de Porsche, con un motor biturbo y toda la fuerza que le daban sus 700 CV. Fue el primer 911 GT2 que montó una caja de cambios de doble embrague, lo que conseguía aumentar su velocidad.
Y las cifras no engañan a nadie: velocidad punta de 340 km/h, capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y el coche de producción más rápido en el circuito de Nürburgring al poco tiempo de su lanzamiento. Estaba pensado para los conductores más extremos y hasta su interior era todo un homenaje a las carreras con su alcántara rojo y el cuero negro de sus asientos.
Este último modelo cuenta además con la opción de incluir el paquete Weissach que reduce 30 kilos con respecto al modelo estándar, con un techo de plástico reforzado con fibra de carbono y titanio, o llantas de magnesio.
Lo mejor de este coche es que no será el último GT2, porque esta impresionante bestia aún tiene mucho que decir y se ha convertido ya en un modelo necesario para los conductores más valientes de Porsche.
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