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Porsche
Electromovilidad

El compromiso de Porsche y sus proveedores con el futuro

En el camino de la sostenibilidad de la industria automotriz se plantean retos tan importantes como la transición hacia fuentes de energía más sostenibles y la reducción de emisiones de carbono. No se trata de establecer récords, sino de responsabilidad. Y en ese contexto cada paso cuenta. Por eso Porsche lidera la descarbonización en el mundo de los automóviles deportivos de lujo.

 

En 2021, Porsche se fijó un ambicioso objetivo: en 2030, la empresa tendrá unas emisiones neutras de CO₂ en toda la cadena de valor. Para Oliver Blume, Presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG, "La sostenibilidad es una parte importante de nuestra Estrategia 2030 de forma holística: económica, ecológica y socialmente". Buscar la sostenibilidad no se reduce a fabricar coches eléctricos, es imperante evitar y reducir las emisiones de CO₂ durante todo el proceso, además de favorecer que los coches ya fabricados puedan seguir circulando reduciendo los niveles de emisiones.

En el corazón de la estrategia de descarbonización de Porsche se encuentra la electrificación de la marca, algo que está consiguiendo con modelos como el Taycan, el primer coche 100% eléctrico de la marca. El Taycan Cross Turismo, por ejemplo, es el primer vehículo del mundo en conseguir la neutralidad en emisiones de carbono a lo largo de toda su vida útil. Pero este paso es solo uno de tantos, porque sin una visión realmente holística el proyecto de conseguir un mundo más limpio se quedaría a medias. 

Porsche siempre ha invertido en investigación y desarrollo para llevar la innovación tecnológica al siguiente nivel. Construir una variedad de vehículos eléctricos de alto rendimiento, incorporando las últimas tecnologías en baterías, software y sistemas de propulsión eléctrica, es vital, pero también lo es que durante todo el proceso de fabricación, la cadena de valor sea lo más neutra posible con el medio ambiente. 

La descarbonización no se limita solo al producto final. Los aspectos ecológicos deben tenerse en cuenta en la construcción y funcionamiento de los edificios y sedes, en la producción y el desarrollo de los vehículos, en la logística, en las compras e incluso en la distribución de productos. Estas etapas de valor añadido requieren recursos como energía, suelo y agua y pueden generar contaminantes, emisiones, aguas residuales o desechos. Por eso Porsche se centra en reducir la huella de carbono en sus procesos de fabricación. La implementación de prácticas sostenibles, como la utilización de energía renovable en sus instalaciones de producción y la optimización de la cadena de suministro, demuestra el compromiso de la marca con la responsabilidad ambiental en todas las etapas.


Desde el año 2021, todas las grandes instalaciones de Porsche como las plantas de  Zuffenhausen, Weissach y Leipzig, son neutrales en emisiones de CO₂ gracias al uso de energías renovables y biogás para su funcionamiento. La producción del Taycan en la planta de Zuffenhausen, en Stuttgart, es neutra en emisiones de carbono desde 2019. En 2020 se extendió a todos los coches producidos en la sede central de la compañía, el 911 y los 718, y a principios de 2021, el Centro de Desarrollo de Weissach y la factoría de Leipzig, donde se construyen el Macan y el Panamera, también se sumaron a esa descarbonización en su proceso de fabricación. 


Leipzig es un ejemplo de esfuerzo y del enfoque holístico de la sostenibilidad de Porsche. Además de una producción inteligente que ahorra recursos, en la fábrica existen varios proyectos para preservar la biodiversidad, que le hicieron valedor del “Premio a la Gestión Lean & Green” en la categoría OEM de automoción. Con esta visión, Porsche ha recibido la máxima calificación Platino del Consejo Alemán de Construcción Sostenible (DGNB).


Pero la creación de una "Fábrica de Impacto Cero" en la que la huella ecológica se reduzca al mínimo, no implica solo a Porsche, sino a todos los proveedores que forman parte de este proceso, que son más de un millar. Todos los contratos que se adjudiquen para el suministro de material de producción destinado a nuevos proyectos de vehículos, deben ser a proveedores dispuestos a cambiar a energía verde certificada. Los que no lo hagan, no serán tenidos en cuenta. Así, Porsche asume la responsabilidad de asegurar que la cadena de suministro es sostenible y transparente.


Por ejemplo, para la fabricación de las baterías usadas en los coches eléctricos, Porsche exige que cualquiera que desarrolle celdas de batería para los deportivos de la marca, lo haga usando energía sostenible. Desde 2020, todos los proveedores de celdas de batería usan energía verde. "Al obligar a nuestros proveedores a utilizar fuentes sostenibles, la huella de carbono mejorará considerablemente. Y, en diez años como mucho, la propia batería se reciclará en más de un 90%. Al mismo tiempo, en las baterías del futuro reduciremos las sustancias contaminantes como el cobalto", afirma Blume.

Si hablamos de proveedores concretos, el acuerdo entre Porsche AG y Norsk Hydro ASA es el ejemplo ideal de cómo es posible trabajar juntos hacia el futuro. Con el objetivo de reducir aún más la huella de carbono, la empresa noruega Hydro será quien en 2025 aporte su aluminio con bajo contenido de carbono (el más bajo del mercado), para la fabricación de los deportivos de Porsche. Así, se consiguen reducir las emisiones a unos 3,5 kilogramos de CO₂ por kilogramo de aluminio utilizado. Una cifra muchísimo menor que la que media europea.


Otro ejemplo lo encontramos en el acuerdo con la start-up energética sueca H2 Green Steel. Con ella se cubre el suministro de acero pero reduciendo aún más las emisiones de CO₂. Ese “acero verde” podrá usarse a partir de 2026, lo que mejorará aún más el balance de emisiones de los vehículos Porsche.

No se trata sólo de evitar la contaminación, sino de compensarla. Por eso Porsche se ha comprometido a invertir en los próximos años más de mil millones de euros en generadores eólicos, energía solar y otras medidas de protección del clima. 


Otro ejemplo de cómo el compromiso de Porsche con la descarbonización se ha extendido está en la logística, una gran fuente de emisiones de CO₂, donde ha adoptado un enfoque proactivo para la protección del clima. El uso de “transportes verdes”, como trenes impulsados por energía renovable o camiones alimentados con biogás, es una manera de reducir la huella de carbono, como lo es también utilizar camiones LHV más largos de lo habitual para transportar los coches desde la fábrica, lo que ayuda a reducir el número de viajes. Además, en el plano logístico se trabaja con la iniciativa “Plástico Cero” que evita el desperdicio y se centra en la creación de envases sostenibles.. Así, los embalajes también se reducen evitando los desechables.

Porsche ve estos desafíos como oportunidades para la innovación y la colaboración con otras empresas y gobiernos para superar barreras y acelerar la transición hacia un futuro más sostenible. Únicamente trabajando juntos podremos combatir el cambio climático.