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Forjando el futuro eléctrico

La vanguardia siempre ha sido una característica que Porsche ha perseguido a lo largo de su historia. Pero hay un modelo que, más que vanguardista, es la espectacular visión de un futuro eléctrico. El Mission X.

 

Peter Drucker, el consultor y profesor de negocios, tratadista austriaco, y abogado de carrera, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, afirmaba que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo. Y para Porsche esto es justo lo que significa Porsche Mission X, una reinterpretación de un Hypercar de bajo peso con puertas Le Mans y un motor eléctrico de alto rendimiento. Este prototipo de un superdeportivo biplaza eléctrico es la particular creación del futuro de la marca, la hiperelectrificación entendida como solo Porsche sabe.

El proyecto de este prototipo de hypercar futurista comenzó en 2022 con la denominación provisional XS23 y con el objetivo de definir un símbolo para el futuro de Porsche. Pero en su desarrollo no solo se darían forma a conceptos del futuro de electrificación, también se celebraría el 75º aniversario de la marca mirando a los próximos 75 años con la visión de un hypercar en la línea del 959, el Carrera GT y el 918 Spyder, pero con una propulsión puramente eléctrica.


Cuando se presentó en el Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen, lo primero que llamaba la atención era su color, un apagado Rocket Metallic desarrollado específicamente para el Mission X, que cambia de un marrón cálido y oscuro a un tono oliva frío en función de la iluminación y la perspectiva desde la que se observe. Un tono elegante, y típico en las marcas de moda de lujo por la sobriedad que transmite.

Pensemos que un coche como este, y como cualquier modelo de Porsche en realidad, debe ser capaz de capturar la esencia de la marca y de hacer que la historia se palpe en sus formas. Su carrocería plana, casi escultural y alejada de los hypercars plagados de agujeros, aúna innovación con detalles clásicos como el alerón adaptativo integrado.

Para Porsche, la competición es parte de su ADN, así que el diseño se inspiró en coches de carreras como el ganador de Le Mans 919 Hybrid, pero también iconos de la década de 1970 como el Porsche Porsche 917. Este modelo se vislumbra en las puertas tipo Le Mans que se abren hacia arriba y la luna Daytona de estos vehículos de competición para mejorar la visibilidad en las curvas cerradas.

Los faros, por ejemplo, son una reinterpretación del 906 y el 908, con una disposición vertical en lugar de la típica firma luminosa de 4 puntos de los faros principales. Así, aunque tenga una apariencia similar a la cabina de una aeronave gracias a su cúpula de vidrio con exoesqueleto de carbono, es también un guiño al pasado de Porsche. 

Ese precisamente ese gen competitivo el que le lleva hasta el circuito de Nürburgring-Nordschleife, donde se convertiría en el vehículo con homologación de calle más rápido gracias a unos valores de carga aerodinámica por encima de los que ahora vemos en el 911 GT3 RS, a su motor eléctrico, y a una inmejorable relación potencia-peso de 1:1. Un kilo, un caballo.

En las llantas vemos que las del eje trasero están dotadas de aeroblades con forma de turbina y casi transparentes que consiguen una mejor refrigeración del sistema de frenos. En un primer vistazo vemos también que en la parte posterior del Mission X, las letras Porsche transparentes e iluminadas parecen flotar. Aunque llama la atención que cuenta con el escudo Porsche modernizado de metal cepillado, con una estructura de panal tridimensional, un caballo heráldico renovado y un color dorado más sutil.

En cuanto al interior, en los bocetos ya se vislumbraba que el concepto era dar una experiencia de conducción absolutamente pensada en el piloto, pero sin la necesidad de seguir las líneas funcionales de un vehículo de competición. Aunque si cuenta con detalles como los cinturones de seguridad de seis puntos integrados en el chasis monocasco, el volante abierto por la parte superior y las levas de cambio, el objetivo es que fuera cómodo, aunque no por ello, menos rápido. En lugar de Alcantara, se utilizó tela y cuero color marrón Andalucía para los asientos adaptativos individualmente y una pantalla curva centrada en el conductor son las señas de identidad de este hypercar. 

En cuanto a la batería, tiene una “disposición e-core” que permite centrar las masas, por eso está instalada en el centro y detrás de los asientos. Si saliera a producción no podría hacerlo sin ser el doble de rápido en el proceso que el Taycan Turbo S, porque se buscaba ofrecer una capacidad de carga mejorada con su sistema de 900 voltios.


Como curiosidad, los diseñadores usaron un modelo de arcilla a escala 1:1 como si de un artesano se tratase, para comprobar de una manera física si lo diseñado a nivel digital, las formas, los ángulos, las líneas, los contornos… funcionarían también en el plano físico. 


“El Mission X proporciona un impulso decisivo para el desarrollo evolutivo de futuros conceptos de vehículos”, afirmaba en su presentación Oliver Blume, Presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG. El resultado es que este hypercar futurista que comenzaba como un sueño, está muy cerca de convertirse en realidad.