La electrificación del legado Porsche

Heredar un Porsche es más que una cuestión generacional. Es legado. Es una forma de vivir la deportividad, de transmitir una visión y un sueño que evoluciona con el tiempo, pero no cambia en esencia. Y ese legado continúa avanzando hacia el futuro, ahora con la misión de procurar una movilidad sostenible, eléctrica e inclusiva, manteniendo el mismo carácter innovador y trasgresor que definió a las generaciones anteriores. Porque los Porsche de propulsión eléctrica también se heredan.

Cada vez son más las historias de familias en las que conviven generaciones con distintos modelos. Mientras los mayores mantienen un 911 con orgullo, los más jóvenes descubren el Taycan como su primer Porsche. A menudo es el coche elegido por quienes desean regalar ese vínculo a los suyos, perpetuando así una tradición que ahora también se expresa en clave eléctrica. El vínculo entre modelos y personas trasciende la tecnología y se ancla en valores comunes: precisión, autenticidad, disfrute y carácter.

La familia Clüver, una saga de entusiastas de Porsche que contaba su historia en una entrevista en 2023, mantiene esa tradición viva. El abuelo conserva con esmero su 911 T de principios de los setenta, mientras su hijo se desplaza a diario en un Taycan 4S de 2022, configurado en Dolomite Silver con interior Slate Grey. El nieto, de apenas 19 años, empieza a conducirlo, combinando el respeto por la herencia con una visión contemporánea de la movilidad. En la serie fotográfica y entrevista que acompaña la publicación, los Clüver subrayan que su vínculo con Porsche "va más allá de los coches: es la manera en que compartimos tiempo, viajes e historias."

El caso del piloto Timo Bernhard, leyenda de Le Mans y embajador de Porsche, también refleja esta evolución. En su colección personal conviven varios modelos históricos de competición y deportivos clásicos con un Taycan Turbo S, el cual utiliza a diario desde 2021. Bernhard afirmaba que conducirlo es "la forma más directa de entender hacia dónde vamos, sin olvidar de dónde venimos". También mencionaba cómo había comenzado a introducir a su hijo en el mundo Porsche a través del Taycan, compartiendo jornadas de pista y rutas por carretera.

Otros entusiastas de Porsche, los hermanos Lee, en California, conservan el 912 de su padre junto con un Taycan GTS que adquirieron de forma conjunta. El 912, en tono Irish Green, ha sido restaurado respetando todos sus elementos originales, mientras que el Taycan ha sido configurado en Frozen Blue Metallic como reflejo del paso generacional. "El color cambia, pero la emoción es la misma", explicaban a la revista Christophorus.

La herencia no siempre viene en forma de coches antiguos. A veces, se transmite en la forma de elegir lo que viene. Y en Porsche, los eléctricos representan una evolución natural del linaje, con la misma dedicación al detalle, la misma pasión por el diseño y la misma tradición de cumplir y fabricar sueños.

Los programas de personalización como Paint to Sample o Porsche Exclusive Manufaktur, también disponibles en modelos eléctricos, refuerzan ese vínculo. Configurar un Taycan en Oak Green Metallic, un tono clásico que se remonta a los 911 SC de los ochenta, o seleccionar interiores que remiten a los primeros 356, es una forma de proyectar la historia familiar hacia el futuro. Incluso el Macan eléctrico, desde su lanzamiento, ha ofrecido casi 60 colores especiales para conectar pasado y presente, incluyendo tonos como Racing Red, Speedy Yellow o Guards Red, todos con carga emocional e histórica.

En cifras, la electrificación también refleja esta continuidad. En 2021, más del 50% de los compradores del Taycan eran nuevos clientes de Porsche. A finales de 2024, la cifra total de unidades entregadas del Taycan en todo el mundo superó las 150.000. El Macan eléctrico, presentado oficialmente en enero de 2024, cuenta con una arquitectura Premium Platform Electric (PPE) y motores de hasta 470 kW (639 CV) en su versión Macan Turbo. Su llegada ha supuesto un nuevo punto de entrada a la gama para clientes que valoran tanto el rendimiento como la sostenibilidad.

Desde el diseño hasta la tecnología, estos deportivos eléctricos hablan el lenguaje de una nueva generación sin perder el acento original. El Taycan, con su sistema de 800 voltios, es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos (versión Turbo S), mientras que el Macan eléctrico, en su versión más potente, lo hace en 3,3 segundos. Ambas plataformas permiten recargas ultrarrápidas, una autonomía optimizada y una experiencia de conducción que mantiene intacto el espíritu Porsche.

Porque en Porsche, cada coche dice algo sobre quien lo conduce. Y cuando ese coche es eléctrico, también habla del futuro. Un futuro que no se improvisa, se hereda.