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Electromovilidad
Porsche

La importancia del aluminio en la reducción de la huella de carbono

Reducir la huella de carbono en el sector del motor supone utilizar tecnologías más limpias, promover la electromovilidad y mejorar la eficiencia energética en todas las etapas del ciclo de vida del vehículo.

Para Porsche, el aluminio es un material cada vez más en uso. Es uno de los elementos clave en los coches eléctricos por sus propiedades mecánicas en relación a su baja densidad. Para que entendamos su importancia, el aluminio supone el 30% del peso total del Porsche Taycan. Por eso, y siguiendo con su plan de sostenibilidad, el acuerdo con empresas como Hydro es de vital importancia si hablamos del objetivo de Porsche de reducir la huella de carbono de los vehículos que salen de sus fábricas.

Como ya sabemos, la huella de carbono es una medida que se utiliza para evaluar y cuantificar el impacto que diferentes actividades humanas tienen en la emisión de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2). Pero lo interesante es que esa huella abarca todas las etapas de un ciclo de vida, desde la extracción y producción de materias primas hasta el uso y disposición final de un producto pasando por la fabricación y transporte. 

Reducir la huella de carbono en el mundo del motor implica adoptar tecnologías más limpias, promover la movilidad eléctrica y mejorar la eficiencia energética en todas las etapas del ciclo de vida del vehículo. Por eso es tan importante para Porsche establecer estrategias de mitigación y reducción de emisiones tanto como lo es fabricar coches eléctricos, porque no sirve de nada hacer un vehículo más sostenible con el medio ambiente si durante su fabricación no se cuida que los procesos sean más sostenibles y bajos en carbono también.

En su camino a la electrificación, Porsche sigue sumando medidas para conseguirlo. Con la idea de conseguir que en 2030 la cadena de valor de los vehículos Porsche sea neutra en carbono, se ha buscado que el aluminio y otros materiales usados para la producción de baterías, tengan una menor huella de carbono. Por eso el acuerdo firmado entre Porsche AG y la empresa industrial noruega Norsk Hydro ASA es clave en la estrategia de sostenibilidad de la marca. 

Porsche utilizará aluminio y extrusiones de Hydro que también se suministrará a varios de sus proveedores con la intención de reducir la emisión de CO2 en todo el ciclo de vida de los coches. Como uno de los aluminios con menor huella de carbono del mercado, el aluminio Hydro Reduxa 4.0 se genera con una baja emisión de CO2 con medidas que incluyen el uso de energías renovables, prácticas de eficiencia energética y la optimización de los sistemas de transporte y logística para reducir las emisiones asociadas con la producción y distribución del aluminio. El dato más interesante es que incluyéndose en los vehículos, se prevé que Porsche reduzca las emisiones a unos 3,5 kilogramos de CO2 por kilogramo de aluminio utilizado en 2025, un 60% menos de la media que el aluminio produce actualmente en Europa. 

Pero no solo será un acuerdo comercial al uso, sino un trabajo en equipo que permita que ambas compañías trabajen juntas en materia de sostenibilidad por ejemplo en la descarbonización. Al igual que Porsche, Hydro se ha comprometido a ser neutro en emisión de CO2 en 2030 en la fabricación de su aluminio. Además, ambas compañías colaborarán en un innovador concepto de cadena de valor para los materiales de las baterías y buscarán soluciones para el reciclado de materiales de baterías.

No es lo único que Porsche ha puesto en marcha. Para lograr sus objetivos, Porsche está invirtiendo en numerosas tecnologías y soluciones sostenibles que van más allá del desarrollo de vehículos eléctricos. Porsche sigue trabajando en la implementación de medidas de eficiencia energética en sus instalaciones de producción como en su planta en Leipzig, que ya es modelo de eficiencia y sostenibilidad.

Buscar formas de reducir el consumo de energía y promover el uso de fuentes de energía renovable en sus operaciones, también supone una reducción en la huella de carbono. Y no solo en sus propios procesos de fabricación. En julio de 2021, Porsche hizo un llamamiento a sus 1.300 proveedores directos para que, en los nuevos proyectos de fabricación de componentes para la marca se utilizasen únicamente energías renovables. 

La implementación de ubicaciones de carga ultrarrápida en España y Portugal o el desarrollo de una red de carga completa y accesible para todos es otro de los objetivos de Porsche. Pero no solo se buscan soluciones para los vehículos eléctricos, también para los 1.300 millones de vehículos con motor de combustión existentes a día de hoy en el mundo.  Con la producción de los llamados e-fuels que reducirán notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero, Porsche busca transformar la industria de la automoción en todas sus formas.

La electrificación de una marca no implica solo fabricar coches. Es hacerlos tan sostenibles como el mundo necesita que lo sean. En 2025, el 50 % de los coches que venderá Porsche serán eléctricos y en 2030, la previsión es que esa cifra crezca hasta el 80 %. En ese año, Porsche ya tendrá una huella neutra de CO2 en toda la cadena de valor gracias a su planteamiento holístico, convirtiéndose así en pionera, una vez más, de la industria del automóvil.