El primer deportivo de competición fabricado en exclusiva por Porsche fue el...
El Porsche 550 Spyder que inspiró la serie Sauter Bergspyder
El Porsche 550 ha sido muchas cosas a lo largo de su historia. Fue pionero al nacer como el primer Porsche diseñado por y para competir. Fue ganador, convirtiéndose en manos del piloto Umberto Maglioli en el vencedor de la Targa Florio del año 1956. Fue el icónico “Little Bastard” en manos de James Dean, y es uno de los automóviles clásicos con más réplicas de la historia.
Nacido como inspiración del Porsche 356 Speedster, se fabricó siguiendo un diseño mucho más bajo pensando en aumentar su velocidad. Por eso se decidió eliminar su techo y darle un nombre, “Spyder”. El Porsche 550 era pequeño y extremadamente rápido para la época ya que contaba con propulsión trasera y estaba dotado de una extraordinaria ligereza.
Pesaba únicamente 550 kilos que le convertían en una pequeña fiera difícil de domar hasta en las manos más expertas. Con solo 110 CV era capaz de alcanzar los 220 km/h sin ninguna dificultad. Su aerodinámica era la clave de su velocidad. Se fabricó desde 1953 a 1956 y en ese tiempo, se convirtió en un clásico de la marca alemana que aún hoy, es recordado por sus características formas.
Pero el Porsche 550 Spyder no es solo un coche clásico, ni podemos decir que solo haya formado parte de la historia de Porsche. También fue el alma que insufló vida a un coche único en su especie, el Sauter-Porsche Bergspyder.
Para entender la historia de este deportivo de carreras hay que remontarse a un apellido vinculado al mundo del motor desde hace décadas. En concreto haremos un viaje para visitar a Kurt Sauter, piloto y mecánico apasionado de los coches de competición para carreras de montaña.
El joven suizo trabajaba para Heinrich Saute en la ciudad de Basilea. De él aprendió todo lo que debía saber para transformar a los coches en máquinas de ganar. Se convirtió en un experto en hacer modificaciones que crearan modelos mucho más competitivos, y terminó heredando la empresa Heinrich Saute. El primer vehículo especial Sauter se construyó en 1948 con un motor Fiat 1100. Era el propio Kurt quien conducía los coches modificados por él.
En 1955, cuando ya se había retirado de la competición, recibió una petición muy especial. El piloto Heini Walter y Werner Brandli necesitaban un coche que fuera tan eficaz en pista como en una carrera de montaña, y tanto Walter como Sauter lo tuvieron claro: el diseño del Porsche 550 Spyder. Era indispensable para conseguir el objetivo de ganar en el Campeonato de Europa de Montaña que se celebraría en el año 1957.
Inspirado en el Porsche 550, el Bergspyder contaba con un chasis optimizado y el motor de un Porsche Carrera Type 547. Poco peso y mucha velocidad. Acortando la distancia entre ejes y aligerando aún más su peso, Kurt Sauter fabricó los nuevos “Bergspyders”. Los chasis, muy similares a los de los primeros Porsche 550, sufrieron una pequeña modificación que durante la carrera tuvo un papel fundamental, agregó un aro adicional detrás del tablero. Sauter utilizó barras de Volkswagen, más ligeras, pero el aspecto final era muy similar al de un Porsche 550 Spyder.
Este deportivo biplaza con corazón de Porsche fue el ganador en Dübendorf Slalom, quedó tercero en la Carrera de Montaña de Olton-Villars, y primero en la MithoIz Kandersteg. El coche daba la talla hasta que en una colina en St. Ursahne-Les Rangiers se salió de la pista y ese aro extra que puso Sauter, salvó la vida del piloto suizo Heini Walter. Una modificación que le salvó la vida en una época en la que casi el 100% de los accidentes eran mortales.
Las condiciones extremas de este tipo de circuitos requerían manos expertas y una inspiración que naciera de un campeón nato, el Porsche 550 Spyder. Así nació un coche único que años después, es admirado por los amantes de la montaña, los coches y el riesgo.
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