Un legendario coche de carreras de fábrica en la vía pública
La crónica de cómo una leyenda del motorsport acabó circulando por la vía pública es otra historia más de como Porsche además de superdeportivos, fabrica sueños haciéndolos realidad.
La historia de cómo un Porsche 917 estuvo circulando en libertad fuera del circuito comienza antes incluso de que el piloto aficionado Claudio Roddaro lo adquiriera en 2016.
En el 2000, Claudio viajó hasta Venecia para adquirir un deportivo de otra marca, pero al llegar éste no estaba disponible. El concesionario entonces le mostró un icónico Carrera RS ligero de 1973. "La verdad es que entonces no me interesaban los Porsches. Iba a volver en él y vendérselo a un amigo, pero en los 500 km de vuelta me encantó la sensación del coche. De eso hace ya muchos años, pero nunca olvidaré volver a casa con la aguja en 240 km/h todo el camino", comentaba él mismo en una entrevista. Antes incluso de llegar a Mónaco, ya había decidido quedárselo y acabó teniéndolo durante tres años, hasta que el expiloto de F1 Jean-Pierre Jarier, le paró un día en la calle para comprárselo costase lo que costase. Fue así como Roddaro comenzó su historia de amor con Porsche.
Claudio no pudo negarse a la propuesta de Jean-Pierre Jarier y tras vender su primer Porsche clásico tuvo que llenar el vacío que el mítico Carrera dejó con un 911T también de 1973. Era tan grande su pasión y admiración por los clásicos que en pocos años ya tenía casi todos los 911 clásicos: ST, RS, SC, RSR e incluso un R. Se convertía as en un gran coleccionista. El piloto aficionado cuenta que creía haber completado su colección con un 908 LH ex-Gérard Larrousse hasta que un día alguien le adelantó con un 917. Eso le hizo pensar.
A la caza del Porsche 917
Los 917 son uno de los deportivos más codiciados. Estos Porsches de principios de los 70 se construían pensando en el ahorro de peso, por lo que se construían de aluminio, haciendo una necesidad casi inherente reparar el chasis original con los años o incluso sustituirlo. Sin embargo, Claudio sólo estaba interesado en comprar un coche original, reduciendo el ya limitado número de ejemplares disponibles.
En Nochebuena de 2016, como un regalo de Navidad, Claudio recibió una llamada del expiloto Jürgen Barth para informarle de que había encontrado un Porsche 917 adecuado y disponible. El día 25, compró el chasis 037.
El Porsche 917-037
El chasis 037 comenzó como un repuesto que se utilizaría en Le Mans 1970 en caso de que los otros coches lo precisaran, nunca se utilizó en competición. Porsche lo conservó durante unos años para mostrar cómo se canalizaba el aceite de refrigeración desde los radiadores delanteros hasta el motor trasero.
En 1978, cuando ya no era necesario para esta finalidad, el chasis fue entregado a Baur, la famosa empresa carrocera alemana, donde estuvo almacenado hasta 2003, cuando se vendió a un coleccionista estadounidense que encomendó su montaje a Carl Thompson, de Gunnar Racing en Long Beach, quien ya se había hecho cargo del inventario de Vasek Polak, el cual incluía prácticamente todos los recambios del 917 que tenía la fábrica cuando se cerró el proyecto.
En abril de 2004, más de treinta años después de que comenzara su vida, el 917-037 hizo su esperado debut público en la Rennsport Reunion de Daytona. El Porsche 917-037 rodó de nuevo, 36 años después de que se fabricara el chasis, en Le Mans, en la edición de 2006 de Le Mans Classic. Pilotado por Stéphane Ortelli, antiguo ganador de la carrera, con un acabado en blanco liso con el número 37 en el lateral.
Poco después se vendió al entusiasta americano de Porsche Greg Galdi quien fue su propietario durante diez años. Los eventos a los que Galdi llevaba su 917 eran de tipo festival y demostración, por lo que el chasis seguía intacto. Fue el Galdi quien le puso la decoración Martini de las 24 Horas de Daytona de 1971.
Homologando el Porsche 917-037
Como ávido coleccionista y piloto de Porsche de carreras poco comunes, inmediatamente después de adquirir el Porsche 917, Claudio Roddaro se dispuso a matricularlo para su uso en carretera. Por fortuna para él, existían precedentes que facilitaron su objetivo.
Un par de 917 auténticos habían sido matriculados anteriormente, uno, con el número de chasis 917-021, hacía mucho tiempo, y por poco tiempo. El otro, el famoso número 030, propiedad casi desde nuevo del difunto Conde Rossi, el noble italiano que ideó el famoso patrocinio de Martini a Porsche. Completamente plateado y tapizado en cuero ha podido circular por carretera desde que se retiró de las carreras a principios de la década de 1970. Para homologar su 917 KH, Claudio “solo” tendría que demostrar que era idéntico al coche de Rossi. Claudio no tuvo que hacer ningún cambio material en el coche, la documentación del coche de Rossi sentó el precedente para que los 917 pudieran matricularse
Llevar una rueda de repuesto es un requisito legal, pero el diseño original del 917 cuenta con un lugar en el chasis para alojarla. Lo único que le faltaba a Claudio era añadir una matrícula y unos intermitentes.
Claudio Roddaro y el Porsche 917 KH
Tras dos meses de trámites, claudio regresaba a Mónaco con su Porsche 917 resplandeciente con la auténtica decoración de carreras de Martini, las calcomanías de los patrocinadores de la época y con un par de placas de matrícula.
Su motor de 4,9 litros y doce cilindros en línea refrigerado por aire era, y es, capaz de desarrollar 600 CV, una potencia considerable incluso en la jerarquía de los superdeportivos actuales. Teniendo en cuenta que éste es un coche que pesa sólo 600kg, mucho menos de la mitad que un 911 GT3 actual, significa alcanzar los 1000 CV/tonelada.
Claudio, que compitió con el 917 KH por primera vez en el Campeonato FIA Masters Historic Sportscar de 2017, está justificadamente orgulloso de poder decir que el suyo es el único nombre que ha llevado el coche en una competición real.
Además, cuenta que Jürgen Barth le dijo que el coche solo estaba diseñado para correr 24 horas. “Le dije que eso significa que ¡me quedan 20 carreras!", contaba el propio Claudio.
A lo largo de su vida, Porsche siempre supo del paradero del coche y pudo proporcionar a los propietarios que lo solicitaron una placa de chasis que identificaba el 037 como un 917 auténtico. Esto lo convertiría en el último modelo fabricado y, dado que estaba compuesto por un 95% de piezas originales de Porsche, también en el 917 más original que existe.