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Porsche y Rock, éxito y pasión

El 13 de julio es el Día mundial del Rock, la ocasión perfecta para homenajear este estilo de música que desde que nació emociona, innova sobre la norma, marca la tendencia y enamora con cada nota sin que el tiempo afecte a su espíritu trasgresor. Tal y como hace Porsche.

El espíritu rockero trasciende la música y se sumerge en un estilo de vida, en una actitud transgresora y apasionada que no entiende del paso del tiempo ni de generaciones. Del mismo modo que Porsche trasciende el coche y se sumerge en una forma de entender la vida, en una esencia innovadora y exclusiva reservada a los amantes de la deportividad y de la elegancia atemporal.

En la Historia de Porsche existe una sección destinada a estos rockeros de espíritu eternamente joven, algunos de los cuales, grandes estrellas de este estilo de música, se convirtieron pronto en grandes leyendas del Rock gracias a sus carreras musicales llenas de éxitos y de emocionantes canciones transformadas en icónicos himnos por los propios fans. Rockeros que vieron en sus Porsche a un alma gemela en forma de deportivo.

 

El Porsche 911 Carrera 4 de los 10 millones

Kirk Hammett, guitarrista de Metallica, era propietario de un Porsche 911 Carrera 4 de 1989. En 1991, el legendario guitarrista estaba tan seguro de que el legendario “Black Album” no vendería más de 10 millones de copias que se jugó su icónico deportivo a que no pasaría, tal y como Tony Smith, su tour manager, que pasaría. Hammett le aseguró que si eso pasaba le regalaría su 911.

En lo que al disco se refiere, se convirtió en uno de los álbumes más vendidos de la historia y, 30 años después, aún sigue en el Billboard 200.Solo en Estados Unidos, ha vendido 16 millones de copias. Cuando alcanzó la venta número 10 millones y una, a Tony Smith le llegó una carta con Kirk Hammett como remitente. Tal y como prometió, el sobre contenía las llaves del 911 Carrera 4.

Con el cambio de milenio, el Porsche de Kirk apareció en eBay. La descripción del producto afirmaba lo siguiente sobre el momento en el que pasó a manos de Smith: “Fue un momento muy especial para todos los involucrados que sabían el significado detrás del gesto”. A Kirk Hammett no le importó que el coche se subastara: “Estaba teniendo problemas de salud. Me llamó: '¿Te importa si lo vendo?'. Yo le dije: 'Oye hermano, te lo di a ti. Haz lo que quieras con él”, afirmaba el veterano guitarrista en una entrevista.


 

El Karma Carrera

John Oates es guitarrista, productor discográfico y uno de los músicos  con más éxito del mundo como parte del dúo Hall & Oates. Nació el mismo año que el primer Porsche 356, en 1948.

Cuando empezó a despuntar en su carrera musical pasó por delante del concesionario Porsche de Beverly Hills y allí vio un 911 Turbo rojo con llantas BBS doradas del que se enamoró y con el que acabó recorriendo con él todo Estados Unidos dos veces.

Durante una gira por Alemania, a principios de los 80, la fascinación de Oates por Porsche alcanzó su punto álgido cuando conoció al piloto Richard Lloyd. El piloto organizó una visita a la fábrica de Stuttgart-Zuffenhausen, donde Oates conoció a un empleado del departamento de pedidos especiales, el actual Sonderwunsch. Aprovechó la oportunidad para personalizar un 911 Carrera 3.2 nuevo según sus propias especificaciones, y lo encargó con un acabado de pintura en blanco perla, llantas Fuchs negras y un interior de cuero en gris tórtola.

Oates disfrutaba viajando en aquel 911, en el que incluso llevó a su ahora esposa Aimee en su primera cita. Años más tarde, cuando está reduciendo su colección, decidió deshacerse del Carrera. Pronto se arrepintió de haberlo hecho y, durante mucho tiempo, lo estuvo añorando. 

Ahora conduce otros modelos Porsche con su esposa Aimee. La colección de Oates incluye un 911 S fabricado en 1967 y un 911 Turbo (964). Aimee adquirió recientemente un Macan GTS en color verde Python. No obstante, la pareja descubrió un Porsche 911 Carrera de 1984 en una casa de subastas. Según el anuncio era una edición especial para John Oates, se trata de su antiguo 911. Aunque apenas se había conducido ni modificado, Oates encargó a Porsche Classic una ligera restauración mecánica. Tras ello le dieron un nombre a su nuevo y viejo 911: Karma Carrera. 


 

Coldplay y Porsche

Porsche también atrae a grandes músicos actuales, es el caso de Guy Berryman, bajista de una de las bandas de rock más populares y prolíficas de todos los tiempos, Coldplay, entusiasta de Porsche y amante de sus clásicos.

Guy es un respetado coleccionista de coches deportivos clásicos. Su interés por los automóviles radica fundamentalmente en la ingeniería y en los conceptos que se esconden detrás de ellos. Es comprensible que sus mayores joyas y favoritos sean Porsche. A la hora de elegir coches para su colección, Berry tiene una clara tendencia hacia el mundo clásico, especialmente hacia los modelos europeos de mediados del siglo XX, ya que, en los años 50 y 60 se creó un lenguaje de diseño casi escultórico como resultado de los dibujos que se hacían a mano y se aportaron a la industria formas muy puras.

Berryman trasciende el coleccionismo, está muy involucrado en la restauración de sus deportivos, hasta el punto de que en su propia casa tiene un gran taller que alberga numerosos proyectos. Según sus propias palabras, “Mi interés en desmontar, reparar y reconstruir tiene una clara conexión con mi pasado en ingeniería mecánica. Me fascina aprender, deconstruir. Creo que todo lo que hago en la vida de manera creativa implica mirar un objeto y deconstruirlo, ya sea mental o físicamente. Así es como funciona mi cerebro". Como parte de su proceso de colección, ha pasado años desentrañando historias perdidas, contactando a propietarios anteriores y profundizando en los archivos.

Entre los modelos clásicos de Porsche de Berryman encontramos un 911S de 1967 cuidadosamente restaurado, un 914/6 con especificaciones de GT y con un 911 totalmente original de 1968, que antaño perteneció al preparador de Porsche y fundador de Rennenhaus, Clay Grady. Un 914 de carreras con claros signos de batalla, también antiguamente propiedad de Grady, y un 356 Zagato muy poco conocido, del que solo se fabricaron nueve unidades.

"No creo que la gente conduzca sus vehículos lo suficiente", apuntaba Guy Berryman en una entrevista, "lo cual es una pena desde un punto de vista personal y cultural. Cuando finalmente acabe la era de la combustión, situaremos a los coches clásicos en contexto y los apreciaremos aún más. El paso a la electrificación es positivo, de hecho, el Taycan probablemente sea una de mis próximas adquisiciones como coche de diario, pero lo cierto es que cada vez que conduzco un clásico, me doy cuenta de que solo genera sonrisas a su paso. Son insustituibles".

 

Estas declaraciones de Guy Berryman elevan la importancia de un cambio en la movilidad por un futuro mejor sin olvidar la importancia de la esencia de Porsche en sus modelos. Nuestro sueño es seguir cumpliendo los de nuestros porschistas, manteniendo esa pureza y la tradición de crear clásicos que emocionen desde el momento de su fabricación.