Una captura directa de aire (DAC) para una huella de carbono cero

En Porsche tenemos como tradición el objetivo de inspirar a nuestros clientes y cumplir sus sueños con cada deportivo que sale de nuestras fábricas. Y como sueño propio, entre otros, tenemos la ilusión de procurar un futuro sostenible que nos permita seguir fabricando los sueños deportivos de nuestros clientes.

Hace ya casi una década que nos adentramos en la electromovilidad cuando, a finales del 2015, se tomó la decisión, valiente para aquella época, de desarrollar el Taycan, el primer deportivo 100% eléctrico de Porsche. Para otoño de 2019, cuando se inauguró la remodelación de la fábrica y el estreno mundial fue un éxito, todo el mundo sabía que el Taycan sería un acierto. Y, a finales de 2022, ya habíamos entregado el Taycan número 100.000. En 2023, hemos entregado más de 40.000 unidades durante el último año de ciclo de la primera generación del modelo. Ahora, en 2024, solo 5 años después, llega el nuevo Taycan y el nuevo Macan totalmente eléctrico y con ellos nuevos estándares técnicos, de rendimiento y de calidad. Por ejemplo, gracias a la tecnología de 800 voltios, nuestros deportivos 100% eléctricos sólo necesitan 18 minutos para cargarse del 10% al 80%. Además, en términos de conducción, el nuevo Macan es la referencia en su clase, un SUV compacto totalmente eléctrico. A ello contribuyen la ultramoderna dirección en el eje trasero y el preciso control de las cuatro ruedas. 

Nuestro objetivo es que, de aquí a 2030, más del 80% de nuestros deportivos nuevos sean totalmente eléctricos, siempre en función de la demanda y del desarrollo de la electromovilidad en las distintas regiones del mundo. Además, para que esta sostenibilidad sea real, también estamos trabajando para conseguir una cadena de valor neutra en carbono para nuestros vehículos de nueva producción en 2030.

Esta transformación con los grandes desafíos de la digitalización, la sostenibilidad y la electromovilidad es el mayor proceso de cambio de la historia de nuestra industria. Algunos ejemplos de estos retos son el aumento de la eficiencia de la electromovilidad, la expansión de la generación de energías renovables, una infraestructura de recarga a escala nacional y la descarbonización de las empresas. Se trata de mucho más que tecnologías: la organización y los procesos desempeñan un papel clave. 

Para proteger el clima y hacer de esta una transformación sostenible hemos adoptado un enfoque holístico. Nuestra hoja de ruta se centra en una doble E: electromovilidad y e-fuels. Gracias a los combustibles sintéticos renovables, los motores de gasolina pueden funcionar casi sin emisiones de CO2. La idea es tener en cuenta las flotas existentes y procurar una movilidad sostenible equitativa. Hay 1.300 millones de motores de combustión en las carreteras y además, los combustibles sintéticos también son necesarios en la aviación y el transporte marítimo. Para este proyecto contamos con la planta piloto de e-fuels en el sur de Chile que produce combustible sintético desde finales de 2022. Está diseñada para una capacidad máxima de producción de 130.000 litros, y el combustible se utilizará inicialmente para la Porsche Mobil 1 Supercup y otros proyectos emblemáticos.

Esta iniciativa de los e-fuels presentaba otro desafío, pues había que descarbonizar el proceso de descarbonización para conseguir una huella de carbono cero. Para ello se optimizó el sistema mediante la captura directa de aire (DAC). Se trata de una tecnología de futuro absolutamente relevante en el umbral del desarrollo en serie. Al extraer grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, esta tecnología puede contribuir potencialmente a alcanzar los objetivos climáticos mundiales. Actualmente, se está trabajando con socios para integrar esta tecnología DAC en la planta piloto de e-fuels.

El sistema DAC para descarbonizar la producción en serie

Porsche, junto con Volkswagen Group Innovation, HIF Global y MAN Energy Solutions, está estudiando la integración de una instalación para la captura directa de aire (DAC) en la planta piloto Haru Oni en Chile, esta serviría para extraer el CO2 necesario para la producción de e-fuels.

La dicotomía a resolver es la siguiente: para frenar el calentamiento global, es esencial reducir las emisiones y disminuir el CO2 de la atmósfera y al mismo tiempo, necesitamos ese CO2 como materia prima en muchos procesos de producción. Combinando ambos conceptos pensamos alcanzar la solución del problema, poniendo en marcha un procedimiento industrial de captura directa de aire o DAC. 

La captura directa de aire (DAC) es una tecnología importante para el futuro, para la extracción de energía y, en particular, para el clima. El CO2 puro puede utilizarse para procesos industriales o fijarse permanentemente en el suelo. También se puede emplear para producir e-fuels, algo que planeamos hacer como primer paso. Este combustible sintético es un complemento útil para una movilidad eléctrica equitativa, ya que seguirá habiendo muchos vehículos con motor de combustión en las carreteras de todo el mundo durante las próximas décadas.

Una ventaja importante de la tecnología DAC es que el CO2 se puede extraer en cualquier lugar donde haya energía renovable disponible para ello. La electricidad para el sistema de filtrado de la planta piloto Haru Oni podría generarse mediante energía eólica, por lo que procedería de una fuente renovable. Y el calor necesario podría venir del proceso de generación de hidrógeno en la propia planta.

El proceso de captura directa de aire (DAC)

Para extraer CO2 de la atmósfera, primero se limpia el aire del ambiente de grandes partículas de suciedad y se conduce a través de un material filtrante en forma de pequeñas piedras. El dióxido de carbono allí depositado se extrae del material y se recoge, ya muy purificado, para su uso posterior como materia prima.

Este CO2 extraído de la atmósfera se puede utilizar de diversas formas como parte de una economía circular. Podría emplearse tanto como materia prima en la producción de plásticos de origen no fósil, lo que serviría para almacenar CO2 a largo plazo, como para producir e-fuels. 

La captura directa de aire (DAC) en Haru Oni

Porsche estudia la manera de implementar este sistema en la planta Haru Oni situada en Punta Arenas, Chile. Hasta este momento, en esta fábrica el CO2 se obtiene de una fuente biogénica. Como alternativa a la producción de productos no fósiles (CCU o Captura y Utilización de Carbono), el CO2 puede eliminarse permanentemente de la atmósfera y almacenarse a largo plazo (CCS o Captura y Almacenamiento de Carbono).

En diciembre de 2022, la empresa de e-fuels HIF Global, en la que Porsche tiene participación, inició la producción industrial de combustibles sintéticos en la planta piloto de Haru Oni situada en Punta Arenas, Chile. Los e-fuels permiten un funcionamiento casi neutro en carbono de los vehículos con motor de combustión. Esto es así siempre y cuando se fabriquen a partir de energía limpia, con CO2 generado de forma renovable y con hidrógeno extraído del agua.

En su fase piloto, la planta tiene prevista una producción de hasta 130.000 litros anuales de e-fuels. En un primer momento, este combustible sintético se utiliza en los llamados “proyectos insignia”, como en la Porsche Mobil 1 Supercup y en los Porsche Experience Centers. Está prevista la construcción de grandes instalaciones cerca de la planta piloto Haru Oni, que aumentarían la producción de e-fuels con el tiempo.

El sur de Chile ofrece condiciones ideales para la producción de e-fuels, con fuertes vientos que soplan durante unos 270 días al año y permiten que las turbinas eólicas funcionen a plena capacidad. Además, Punta Arenas se encuentra cerca del Estrecho de Magallanes. Desde allí, la producción se puede transportar de igual manera que los combustibles tradicionales, utilizando la infraestructura existente. Los combustibles sintéticos pueden complementar razonablemente la electromovilidad. 

Sin duda. La sostenibilidad es una de las responsabilidades más importantes de nuestro tiempo. Es tarea de todos mantener un mundo habitable para las generaciones futuras. En Porsche queremos asumir la responsabilidad de un comportamiento sostenible, para el medioambiente y para la sociedad. Esto es muy importante para mí personalmente.