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La colección cementerio: los 13 Porsche 928 varados en el olvido

Trece Porsche 928 permanecieron durante años expuestos a la intemperie en una finca olvidada del desierto californiano. Este hallazgo, tan inusual como simbólico, recupera la historia de uno de los modelos más valientes de Porsche y refleja cómo incluso los deportivos menos comprendidos pueden convertirse en iconos con el paso del tiempo.

Las leyendas de Porsche suelen escribirse en los circuitos, en el campo de la innovación o a través de deportivos que marcan época. Pero hay otras leyendas que surgen en lugares inesperados, como una misteriosa colección compuesta por trece Porsche 928 abandonados en una parcela del desierto californiano, donde el polvo, el sol y el silencio se han convertido en sus únicos compañeros.

Fue a finales de 2021 cuando las imágenes comenzaron a circular por la red. Se trataba de una hilera de Porsche 928 alineados en una finca rural, visiblemente dañados por el tiempo y expuestos a la intemperie. El hallazgo, publicado por primera vez en redes sociales por un entusiasta de los deportivos clásicos.

 

Un modelo adelantado a su tiempo

El Porsche 928 no es un modelo cualquiera. Nacido en 1977 como una apuesta revolucionaria, fue el primer Gran Turismo de motor delantero y V8 de Porsche, y también el primero en ser nombrado “Coche del Año en Europa” (1978). Pensado inicialmente para sustituir al 911, el 928 terminó siendo un modelo de nicho, valorado por su comodidad, equilibrio y potencia. A lo largo de su vida comercial entre 1977 y 1995, Porsche produjo más de 60.000 unidades del 928, en versiones como el Porsche 928 S, el Porsche 928 S4, el Porsche 928 GT y el Porsche 928 GTS.

Su arquitectura transaxle, el diseño futurista, los faros escamoteables y la refinada dinámica de conducción lo convirtieron en un deportivo atípico, pero con una personalidad única. Aunque no tuvo el éxito comercial del 911, con el tiempo se ha revalorizado, y hoy en día es uno de los modelos más apreciados por los coleccionistas con ojo clínico.

El 928 fue el deportivo que se atrevió a cambiarlo todo: la posición del motor, el enfoque de uso, la estética y hasta la forma de entender el lujo en un deportivo alemán. Su motor V8 en posición delantera representaba una ruptura con la tradición del motor trasero bóxer de Porsche, abriendo un nuevo capítulo técnico para Porsche. En lugar de centrarse en la conducción extrema, el 928 apostó por el confort a alta velocidad, una suspensión de sofisticación inédita y un interior que priorizaba la ergonomía y la calidad de materiales. Fue una reinterpretación completa de lo que podía ser un deportivo, y en esa osadía reside buena parte de su legado.

 

El hallazgo en Moorpark, California

La colección fue descubierta en la localidad de Moorpark, a unas 40 millas al noroeste de Los Ángeles. El terreno, cercado y de difícil acceso, pertenecía a un coleccionista privado que falleció años atrás. Según diversas fuentes cercanas al entorno, este aficionado había reunido los 928 con la intención de restaurarlos o aprovecharlos como base para piezas. Algunos informes apuntan a que llegó a tener cerca de 20 unidades, de las cuales trece quedaron finalmente expuestas y abandonadas.

Las fotos revelaban un estado desigual. Algunos con la pintura aún visible bajo la capa de polvo, otros con cristales rotos, neumáticos reventados o interiores descompuestos. No se trataba de 928 en condiciones de concurso, pero sí de piezas con un valor histórico evidente. Versiones S4, GTS e incluso algunas con elementos raros, como llantas específicas, colores poco habituales o interiores personalizados.

 

Rescate o desintegración

La publicación de las imágenes provocó un debate intenso entre aficionados de todo el mundo. Algunos soñaban con una operación de rescate colectivo; otros temían que el óxido, la exposición y el vandalismo acabaran por destruirlos para siempre. Durante meses, el lugar fue visitado por curiosos y fans, aunque nunca se llegó a hacer pública la identidad del propietario o del heredero legal.

Lo que sí trascendió es que, tras la viralización del caso, varias unidades fueron finalmente trasladadas por un taller especializado de California. Las informaciones más fiables indican que algunas están en proceso de restauración, mientras que otras podrían haberse destinado a la venta por piezas. El futuro exacto de cada una sigue siendo incierto, pero lo importante es que el mundo Porsche volvió a poner los ojos sobre el 928, y lo reivindicó como lo que siempre fue: un icono adelantado a su época.

 

La paradoja del 928

La historia de esta colección abandonada es, en cierto modo, una metáfora del 928 en sí. Un modelo incomprendido en su momento, que se mantuvo en segundo plano durante décadas, pero que hoy reaparece en el radar de los entusiastas más exigentes. Este hallazgo no solo evidenció el valor que aún puede tener una unidad olvidada, sino también la conexión emocional que muchos aficionados tienen con los Porsche menos obvios.

El 928 fue el deportivo que se atrevió a cambiarlo todo: desde la posición del motor hasta la forma de entender la experiencia de conducción. Y aunque su legado no siempre ha sido celebrado con la misma intensidad que el del 911, episodios como el de Moorpark sirven para poner en valor su importancia dentro de la familia Porsche.