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Porsche 986 Boxter
prototipo
Porsche museo

Porsche 986 A4 Boxster: El Concept Car que cambió a una generación

Corría el año 1993 cuando Porsche presentaba al mundo un deportivo especialmente atractivo para el público, el Bosxter Concept. Se trataba del primer Porsche moderno de calle con motor central que salía al mercado para enfrentarse a la preocupante invasión japonesa con aquellos deportivos económicos que encabezó el conocido Mazda MX-5.

En poco tiempo, y al contrario que otros proyectos anteriores, el Boxster triunfó en su irrupción al mercado y alcanzó su versión final para finales de los 90. Para el proceso de desarrollo de su producto, Porsche empleó la estrategia conocida como “esconderse a plena luz”.

Gracias a esta estrategia, los ingenieros de Porsche pudieron concentrarse en el desarrollo de su producto estrella sin la atenta mirada de periodistas o espías de la competencia. Para poder hacer pruebas en un circuito tan conocido como el de Nürburgring, sin que nadie sospechase que estaban desarrollando un nuevo Boxster, lo escondieron detrás de la carrocería de un 911 Carrera 2 Targa (964).

Montaron un motor central obsoleto de los Carrera sobre el chasis del Boxster con la potencia suficiente para acercarse al nivel que tendría la nueva versión de serie y, así, poner a punto el nuevo chasis de motor central sin problemas. Con este prototipo, conocido como Porsche 986 A4 Boxster, dieron infinidad de vueltas a Nordschleife sin que nadie pudiera imaginar que, lo que realmente escondía, era un modelo Boxster completamente nuevo.

Lo de utilizar mulas de prueba fue una práctica relativamente habitual desde finales de los años 80. La aparición de las cámaras compactas permitió a los fotógrafos espía pasar mucho más desapercibidos que antes y, en consecuencia, el camuflaje de prototipos experimentó un gran desarrollo. Se implementaron todo tipo de avances con el objetivo de disuadir a la competencia y a los periodistas del motor.

A simple vista, el Porsche 986 A4 Boxster, parecía un desfasado 964 de los años 80. El aligerado prototipo, con apenas 1200 kg de peso, lograba alcanzar los 260 km/h. El capó trasero debía esconder un motor bóxer de 3,2 litros del Targa, pero lo que había en su lugar era un hueco vacío con el transeje de la caja de cambios y una tabla de madera que escondía la ubicación real del motor, aunque este fuera, en realidad, uno de sustitución, por así decirlo.

Sin la molesta y atenta mirada de los curiosos, Porsche pudo desarrollar a fondo a través de este prototipo un nuevo tren delantero único para el Boxster y la caja de cambios, que fueron los componentes que testaron a fondo de forma prioritaria. Así mismo, Porsche también diseñó la batalla y algunos principios de la aerodinámica del 985 A4 con el Boxster del mañana muy presente.

El viejo motor de 3.2 litros de seis cilindros procedente del 964 tenía la potencia suficiente (207CV) para hacer rodar al prototipo. Finalmente, lo presentaron el día de su lanzamiento con un motor bóxer inyección de 2,5 litros y 204 CV, una cifra prácticamente idéntica. No fue por casualidad, obviamente. Estaba programado que el nuevo Boxster contara con una potencia similar pero en un motor más pequeño, ligero y eficiente.

El prototipo tenía un diseño interior también muy similar al 964, a excepción de los instrumentos de medición y la evidente diferencia que se escondía tras los asientos delanteros. El caso era que, si nadie se fijaba en el exterior del vehículo, era muy poco probable que alguien pudiera descubrir el secreto que albergaba el interior del prototipo.

El 986 A4 Boxster rodó miles de kilómetros de test entre los años 1993 y 1996, incorporando nuevas modificaciones a su chasis poco a poco, hasta hacer efectivo el imponente Porsche Boxster de primera generación.

La estrategia funcionó a la perfección. Nadie logró descubrir nunca lo que aquel aparente 964 escondía, permitiendo a Porsche un inusitado desarrollo del Boxster, triunfante y plácido a partes iguales. Las mulas de prueba suelen ser destruidas una vez ha concluido el proyecto, pero, en esta ocasión, como salió tan bien la jugada, Porsche conservó el prototipo secretamente. Hoy descansa en el museo de Zuffenhausen para los que quieran conocer de primera mano su apasionante historia. Curiosamente, el Porsche Boxster fue diseñado por Harm Lagaay, el mismo diseñador cuyo lápiz trazó las líneas del Porsche 989, del que ya os hemos hablado.