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Porsche 356
Ferdinand Porsche
James Dean
Porsche of America Corporation

Porsche, el hijo adoptivo de EEUU

Era octubre de 1950 cuando, en la capital francesa, se produjo el que sería el encuentro decisivo para la expansión de Porsche hacia el mercado americano. Ferdinand Porsche y el principal importador de automóviles de la costa este de Estados Unidos, Maximilian E. Hoffman, se reunieron para cerrar un trato comercial que llevó al Porsche 356 a la cima del panorama hollywoodiense.

Seguramente te estés preguntando ¿cómo alcanzó Porsche tanto éxito en América del Norte? ¿Cuál fue el detonante que le permitió llegar hasta donde lo hizo? Para poder explicártelo, necesitamos retroceder en el tiempo hasta llegar de nuevo a octubre de 1950. Por aquellas fechas, París acogía uno de los eventos más importantes para los amantes de los coches, el Salón del Automóvil.Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, este multitudinario evento, cerró sus puertas y no fue, hasta 1950, cuando las volvió a abrir; y de qué manera.

Durante todos esos años, muchos habían sido los avances tecnológicos que habían surgido con el fin de conseguir los mejores equipamientos para las tropas militares. Así, este Salón del Automóvil fue diferente a todos los anteriores, marcando un antes y un después en la historia del automovilismo. Por primera vez en la historia, el Grand Palais comienza a quedarse pequeño para tantos modelos expuestos y tanta afluencia de público, un hecho que evidencia la democratización del automóvil y, como consecuencia, la fabricación de un mayor número de modelos en la expansión a otros mercados hasta el momento no explorados.

Retomando esa reunión mantenida entre Ferry Porsche y Hoffman. Ambos eran considerados como dos grandes del automovilismo en esa época, uno en Europa y el otro en América. Ferry, buen conocedor de la gran red de ventas que regentaba Hoffman, propuso un trato en el que Maximilian podría vender hasta 5 coches al año en los Estados Unidos. Pero este se opuso de inmediato haciendo una contraoferta: podría vender 5 coches a la semana. Esto no convenció en absoluto a Ferry, que continuó negociando hasta que ambos lograron llegar a un acuerdo: Hoffman podría vender 15 coches al año. Y así fue.

La llegada de Porsche a USA

 

El primer paso que Hoffman dió tras aterrizar junto a Porsche en tierra estadounidense fue presentar el 356 en un showroom situado en Park Avenue, distrito centro de la ciudad de Nueva York. El objetivo de esta acción era dar a conocer tanto la marca como el modelo al público americano. Para aumentar el atractivo del 356, a Hoffman se le ocurrió presentarlo junto a los eslóganes: “Joya automovilística alemana” y “Coche para los conocedores”.

Pero esta no fue la única acción llevada a cabo para dar a conocer este modelo de Porsche. Hoffman condujo uno de los primeros 356 en el circuito de Watkins Glen levantando un gran revuelo. El vendedor americano entregó un Porsche 356 al piloto Briggs Cunningham, quien siguió participando en carreras y logrando podios, haciendo suya la frase: “Gana los domingos, vende los lunes”. Fue sin duda la mejor campaña de marketing que pudo llevar a cabo para la introducción de Porsche en el mercado automovilístico americano. Porsche se había hecho un hueco en el mundo de la competición en América.

Ferry Porsche y Max Hoffman en París

Según las victorias aumentaban, Porsche iba ganando reconocimiento y fama en los Estados Unidos. El 356 se estaba convirtiendo en un objeto de deseo para muchos americanos. En 1951, Hoffman importó un total de 32 Porsche 356, una cifra que llegó a multiplicarse casi por diez en el siguiente año, alcanzando las 283 unidades. Para 1955, las ventas habían alcanzado las 1.514 unidades solo del modelo 356.

Para el año 1952, Porsche lanzaba el primer modelo especialmente diseñado para el mercado americano, el 356 America Roadster. Así como en 1954 llegaría el 356 Speedster que se convirtió en un icono del estilo de vida de los Estados Unidos. Para 1955, más del 50% de la fabricación anual de Porsche tenía como destino Norte América.

 

Porsche conquista Hollywood

 

¿Qué hizo que Porsche se hiciera tan famoso en el mercado americano? ¿Fueron las carreras el principal motivo? No, rotundamente no. El hecho que catapultó a Porsche al estrellazo fueron las propias estrellas de cines que se paseaban al volante de los vehículos de la marca alemana. El 356 se convirtió en un objeto de culto para la sociedad americana. La percepción del público sobre Porsche fue el quid de su éxito.

Personajes tan famosos como James Dean fueron vistos en público con vehículos Porsche. Dean participó en múltiples carreras a bordo de su 356 Speedster, antes de su fatídico accidente en un 550 Spyder que le costaría la vida en 1955.

A día de hoy, EEUU sigue siendo el primer mercado exterior para Porsche con más de 200 concesionarios distribuidos por todo el territorio.

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