El 27 de noviembre se celebrará en Los Ángeles la presentación mundial de la octava...
El 911 originaI (4ª parte): El 993, el último refrigerado por aire
El 27 de noviembre se celebrará en Los Ángeles la presentación mundial de la octava generación del Porsche 911, cincuenta y cinco años después de que debutara el modelo original. Este es un motivo suficiente para echar un vistazo a las siete generaciones previas:
Una cosa es cierta, y no sólo para los fans de los deportivos de Zuffenhausen: la cuarta generación del 911, el 993, es una de las más deseadas en la historia de este vehículo clásico. Aunque lo único que prácticamente permaneció sin cambios fue la línea de techo, el nuevo modelo impresionó cuando llegó al mercado a principios de 1993, con una apasionante interpretación del ADN de diseño del 911. El juego natural entre las formas cóncavas y convexas, los paragolpes integrados, las ventanillas empotradas y la ancha trasera con los pilotos en ángulo hicieron latir el corazón de casi todos los entusiastas de los vehículos deportivos. Incluso las nuevas aletas delanteras, con un diseño más plano que fue posible gracias a los nuevos faros polielipsoidales, encontraron la rápida aprobación de la mayoría.
El 993 también subrayó su posición de liderazgo en el segmento de los deportivos con sus características técnicas, como el chasis LSA de aluminio completamente rediseñado y que combinaba construcción ligera, agilidad y estabilidad. La suspensión multibrazo está considerada hasta nuestros días como la última evolución del eje trasero “Weissach”, que hizo historia con sus propiedades autodireccionales. El resultado fueron unas cualidades dinámicas aún superiores y un confort de suspensión mejorado.
La nueva generación también estableció una referencia con su tren de rodaje: en 1995, el 911 Turbo con tracción integral de serie incorporaba dos turbocompresores. Así conseguía una potencia de 408 caballos. Al mismo tiempo, el motor biturbo de 3.6 litros impresionaba con las más bajas emisiones de escape de toda la gama en aquellos momentos. Este motor instalado en el 911 GT2 de dos ruedas motrices, una edición limitada a 100 unidades, alcanzaba los 450 caballos de potencia.
Inicialmente, Porsche ofreció el 993 sólo como Coupé y Cabriolet. El Targa no se estrenó hasta 1995, y apareció con un nuevo concepto. En lugar del techo duro desmontable, tenía un gran techo de cristal que se deslizaba mediante un mecanismo eléctrico por debajo de la luna trasera. Hubo también otra variante, el Carrera 4S de tracción integral, al que siguió poco tiempo después el Carrera S, ambos con la carrocería ancha y el chasis del 911 Turbo. Sólo les faltaba el alerón posterior.
El motor bóxer de seis cilindros es otra de las razones por la cual el 993 se ha hecho tan popular entre los fans y los coleccionistas: fue la última mecánica del 911 con la refrigeración clásica por aire. Con una potencia al principio de 272 caballos, el modelo de dos válvulas, que equipaba de nuevo el encendido de doble bujía, ya proporcionaba 285 caballos a partir de 1995. Porsche también ofreció opcionalmente una variante de 300 CV. La transmisión manual era igualmente nueva y contaba con una sexta marcha larga, para poder alcanzar una velocidad máxima superior a los 270 km/h sin perjudicar el empuje en el resto de marchas. Y, una vez más, los cambios también se hicieron más precisos.
Al final, la apuesta total hecha por el 911 le dio resultado a Porsche con la serie 993. La etapa de los motores refrigerados por aire de este modelo histórico terminó con la cuarta generación del icónico deportivo, en 1998. La segunda era comenzaba después de 35 años. Fue el inicio de un tiempo que vería un éxito sin precedentes, para el 911 y para Porsche. De la serie 993 se produjeron un total de 68.881, entre 1993 y 1998.
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