Pensar en la marca de relojes de lujo TAG Heuer es hacerlo también en automovilismo....
El reinado del Porsche 928
En el año 1977 Porsche presentó su «nuevo gran deportivo» en el Salón de Ginebra, un vehículo rompedor para su época que se convirtió en una leyenda. Y no solo porque un Porsche 928 fue el deportivo elegido para hacer de doble de sonido en la película “Regreso al futuro” o porque se convirtiera en el cochazo de “El precio del poder” o en uno de los protagonistas de la película “Risky Business”, sino porque estaba llamado a marcar un momento único en la historia de Porsche.
El concepto que Porsche perseguía con este modelo era convertir un sedán de cuatro plazas en un deportivo llamado a sustituir al 911. Y aunque no consiguió este hito y el 911 sigue siendo el el mayor representante de Porsche a día de hoy, el 928 se fabricó durante 18 años y consiguió aunar el confort de un turismo de lujo con las líneas y la potencia de un deportivo.
Con un motor delantero V8 de 4,5 litros refrigerado por agua y una disposición de cilindros en 90 °, este deportivo alcanzaba una potencia de 240 CV. Sin spoiler trasero, una característica distintiva inconfundible de ese primer 928, el diseño no perdía la fuerza de los deportivos de Porsche. Faros delanteros emergentes, doble tubo de escape y una parte trasera más redondeada eran algunas de las señas de identidad de este 928 de 240 CV de potencia.
El diseño de la carrocería del 928, firmado por Wolfgang Möbius, se centraba en la ligereza por encima de todo. Las puertas, las aletas delanteras y el capó cambiaron la chapa de acero por el aluminio, que aligeraba el peso. Bajo los guardabarros también se utilizó aluminio lo que contribuía a que este modelo tuviera la ligereza de un deportivo de características únicas.
A partir de 1980, el Porsche 928 S sí incorporaba spoilers delanteros y traseros negros para mejorar la aerodinámica, y se aumentó el motor a un 4,7 litros que a partir de 1986 alcanzó los 5,0 litros. La potencia de salida era de 300 CV, aumentando a 310 CV a partir de 1984 y 288 CV (con convertidor catalítico) a partir de 1986.
Como uno de los coches de la era transaxle de Porsche, este modelo contaba con un sistema que transmitía la potencia entre el motor delantero y el eje trasero a través de un eje de transmisión colocado en un tubo fijo. La inclusión del eje trasero bautizado como ‘Weissach’, a simple vista un sencillo gesto, conseguía un equilibrio de peso que le aportaba mayor seguridad a este deportivo. Pero la seguridad no se traducía en lentitud.
El Porsche 928 alcanzaba los 235 km/h sin perder un ápice de seguridad. En 1983 el 928S fue el coche vendido en América del Norte con la velocidad punta más alta y en 1986 se convirtió en el coche de producción más rápido del mundo con 277 km/h de velocidad máxima en las llanuras de sal de Utah, consiguiendo un récord de velocidad.
La usabilidad, la potencia, las líneas deportivas, el confort… Un todo en uno cuyas características le convertían en un coche único, y que le valieron para que en 1978 se le considerara el mejor, haciéndose con el premio a Coche del Año en Europa.
Se convertía en el primer y único deportivo en conseguir este galardón y el único Porsche de la historia que ha cumplido este sueño, al menos de momento. El Porsche Taycan conseguía clasificarse como uno de los finalistas a Coche del Año en 2020, pero el 928 sigue ostentando en Porsche el único título de Coche del Año en Europa.
El Porsche 928 cumplía con todas las expectativas que se esperaban de él. Su rugido, salvaje y ronco. Sus líneas redondeadas y muy características. Su interior tan confortable que no pensarías jamás que estabas conduciendo un deportivo. Era velocidad y seguridad al mismo tiempo. Era innovador. Vibrante. Único.
El Porsche 928 era y sigue siendo un coche histórico e imbatible. El que fue el primer y único deportivo capaz de hacerse con el título de Coche del año. Y el único Porsche que ha conseguido hacerse con el galardón. El reinado sigue siendo suyo. De momento.
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