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Steve McQueen
Porsche 908
12 Horas de Sebring

Historia del póster "McQueen drives Porsche"

Este cartel de Porsche es uno de los más raros y deseados por los coleccionistas de la década de los años 70. El afiche muestra en grande el rostro del actor Steve McQueen y, justo debajo, conduciendo a bordo de su Porsche 908. Con este coche, McQueen logró tres victorias (una de clase y dos absolutas) en su carrera paralela como piloto profesional: las 12 Horas de Sebring, Holtville y Phoenix; todas ellas en 1970, antes del rodaje de la película, tal y como aparecen reflejadas en la imagen.

La estampa la produjo Porsche para reconocer el enorme mérito del, a la vez, actor y piloto de carreras. Es un cartel tan codiciado por los coleccionistas porque es muy posible que Porsche lo realizara con el consentimiento de Steve, por supuesto, pero sin obtener previamente la licencia oficial de los representantes de McQueen y, por eso, muchos de ellos fueron destruidos o retirados de la circulación.

No se conocen los números exactos de su producción, pero hoy en día es una lámina bastante rara y, como todos los artículos relacionados con el actor, muy solicitada. Como consecuencia, cada vez son más difíciles de encontrar y su precio en el mercado cada vez es mayor.

Son de sobra conocidos los problemas que tuvo McQueen para desarrollar su carrera deportiva. Aseguradoras y productoras le ponían trabas por igual debido a la gran siniestralidad de las carreras en aquella época. Pero, para él, era como tener que elegir entre su pasión, lo que le gustaba hacer realmente, y lo que solo le aportaba fama y dinero.

Él tenía muy claro, desde el principio, que las iba a compatibilizar en la medida que le fuera posible. Los primeros ingresos que consiguió trabajando como actor los destinó casi inmediatamente a las carreras de coches: se compró un Porsche 908 tras seguir los consejos de Johnny von Neumann, el distribuidor de Porsche en California.

Su primera toma de contacto con el 908 fue en el circuito de Willow Springs, al sur de California; fue una de la larga lista de competiciones en las que participó a lo largo de su vida hasta poner el broche de oro final a su carrera con la película Le Mans.

Willow Springs sirvió como pruebas para que el equipo afinara el coche y lo hiciera más competitivo para febrero de 1970. La siguiente parada fue una pista poco conocida llamada Holtville, su primera gran carrera a bordo del Porsche 908, coche del que terminó enamorándose. Venció marcando, además, el récord de la pista en el sentido  de las agujas del reloj. Conseguía así su primer gran logro, predicado en el cartel como ganador absoluto de la prueba.

Después de sus extraordinarios primeros pasos con el Porsche 908, disputó otra carrera en Phoenix con victoria y otro récord de vuelta más. Steve iba muy en serio, tenía verdadero talento pilotando y, gracias al índice de su rendimiento, el 908 se clasificó para la siguiente carrera del calendario: las 12 Horas de Sebring.

Durante el 12 de marzo de 1970, se llevó a cabo una de las carreras más disputadas en la historia de las 12 Horas de Sebring, enfrentando al legendario Mario Andretti contra el advenedizo equipo del actor y su compañero Peter Revson. Su fama le motivó lo suficiente para hacer campaña de su ‘Little Porsche’ 908 (pequeño Porsche) ante un escenario aparentemente invencible con los mejores coches y conductores del mundo.

Cuando el número de coches se redujo, el equipo de McQueen y Revson se encontraba luchando por la victoria a falta de 30 minutos para la conclusión de la carrera. Para mayor emoción, en la vuelta 227, el Ferrari 512 S nº 19 de Andretti se tuvo que retirar por problemas con la caja de cambios. Mario, literalmente, saltó al Ferrari nº21 del equipo y condujo como poseído para cruzar la línea de meta apenas unos segundos por delante del Porsche McQueen-Revson.

A punto estuvieron los estadounidenses de lograr una hazaña sin precedentes y dejar en evidencia a Ferrari y su piloto estrella. Para colmo del italiano, McQueen pilotó, por culpa de un accidente de moto, con un pie roto aquella carrera de resistencia de 12 horas. El equipo tuvo incluso que adaptarle la escayola para que no se le cociera el pie con el calor del coche. Todo el revuelo que se formó en torno al ‘Little Porsche’ no era en absoluto del agrado de la escudería italiana, que tuvo que ver con estupefacción cómo estuvieron a punto de llevarse la victoria.

Aquella carrera también colmó la paciencia de las aseguradoras, que obligaron a McQueen, por enésima vez, a dejar de correr si quería llevar a cabo la producción de su ansiada película. Por otro lado, el ‘Pequeño Porsche’ nº 48 fue el coche cámara que grabó las imágenes reales de la carrera que se usaron posteriormente en las secuencias de pista de la película. Este mítico póster es lo mínimo que Porsche le podía dedicar a un hombre tan apasionado por las carreras como amante de la marca. Lo demostró haciendo lo que le daba la gana. Siempre; eso sí, conduciendo un Porsche.

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