Cuando la historia de Porsche en los circuitos ya era leyenda del automovilismo, su...
Hans Herrmann, el colonizador de Porsche en Le Mans
La primera victoria absoluta de Porsche en Le Mans llegó de la mano del gran Hans Herrmann en la ardua carrera de 1970, en la que tan sólo terminaron clasificados siete coches, tras 24 horas de lucha contra las inclemencias del tiempo.
Porsche venía compitiendo en La Sarthe desde 1951, acumulando más de una victoria, pero nunca antes había logrado imponerse en la máxima categoría. La temporada anterior (1969), también con Herrmann al volante, estuvo a punto de lograrlo, pero su Porsche 908 entró apenas 100 metros por detrás del Ford GT40 de otra leyenda del automovilismo, Jacky Ickx.
Hans Herrmann (Stuttgart, Alemania, 23 de febrero de 1928) es un expiloto especializado en Resistencia. Considerado uno de los pilotos más fiables y eficientes de la historia, ha acumulado más de 80 victorias a lo largo de su carrera, incluyendo las temidas Mille Miglia, Targa Florio, Carrera Panamericana y, por supuesto, Le Mans. Pocos tienen un palmarés como el suyo y, a sus 90 años, también es de los pocos que puede contar su fabulosa historia de primera mano.
Todo empezó con su Porsche 356 privado de 1952; desde entonces, no paró de sumar éxitos a bordo de coches fabricados en Stuttgart hasta su coronamiento final en Le Mans el año de su retiro, lo que le convirtió en uno de los pilotos con mayor prestigio de la familia Porsche. Lo dejó a la veterana edad de 42 años, tras prometerle a su mujer que lo haría después de ganar en Le Mans. Y no le quedó otro remedio, el recién diseñado con ese propórito Porsche 917K respondió a la absoluta perfección.
El Porsche 917 era un coche predestinado a ganar que, 40 años después, todavía sigue poniéndonos la piel de gallina. Sólo en los materiales empleados para fabricarlo, se emplearon más de 5 millones de marcos de la época. En su presentación en Ginebra, el Porsche 917 causó estupefacción entre la competencia. Con sólo 800 kilos de peso y un motor V12 de 4'5 litros, que entregaba 630 CV a 8.400 rpm, era capaz de salir volando hasta los 386 km/h en Hunaudières.
Herrmann compitió en una de las épocas más accidentadas del automovilismo, librándose de varios accidentes espectaculares e incluso perdiendo a compañeros por el camino. Hans im Glück (Hans en suerte, en alemán) se ganó a pulso el apodo compitiendo durante 18 años en las carreras más peligrosos del mundo y saliendo siempre ileso de todas ellas. Era capaz de combinar velocidad y sentido común como ningún otro piloto del mundo.
En 1970 ya alcanzaban velocidades máximas de casi 400 km/h, pero no disfrutaban de los avances técnicos en cuanto a seguridad y comunicación. Los pilotos tenían que valerse principalmente de su intuición y tomar casi todas las decisiones ellos solos. No era técnicamente viable recibir instrucciones del equipo durante la carrera.
Precisamente, una comprometida decisión de Hans fue lo que le relegó al segundo puesto en 1969. Tenía las pastillas de freno ya desgastadas por el metal y pensó, en pleno mano a mano con el belga, que Ickx podría tener problemas también, así que decidió entrar en boxes sin saber el precio que pagaría por ello; o, quizá, esa habilidad para sobrevivir en la pista no era sólo una cuestión de suerte.
Felizmente, pudo resarcirse, un año después, compartiendo con Richard Attwood el fantástico Porsche 917 e imponiéndose claramente, con 5 vueltas de ventaja, en una accidentada carrera donde la lluvia interpretó un papel protagonista. Eso sí, la carrera también proporcionó unas imágenes espectaculares para el montaje de la película de Steve McQueen, que fueron grabadas desde un Porsche 908/02 que compitió en las mismas condiciones que el resto.
Un récord de títulos prácticamente imbatible
En cualquier caso, el primer galardón absoluto en Le Mans por fin llegaba a las vitrinas Porsche y le otorgaba a Hans, a su vez, ‘el permiso’ para retirarse del asfalto y el título de único piloto alemán de la historia con corona en las 4 clásicas de su época: las 24 Horas de Daytona, las Doce Horas de Sebring, los 1000 Kilómetros de París y las 24 Horas de Le Mans.
Fue primero de los 19 trofeos de categoría absoluta que exhibe con orgullo el museo de Porsche y que marcó el inicio de una época dorada para nuestra compañía preferida. Pese haberse retirado de la categoría LMP1, Porsche sabe, de momento, que no tiene competencia con este récord, ya que su inmediato perseguidor, Audi, con 13 títulos, tampoco compite actualmente en la LMP1.
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