Porsche 718 Cayman, perpetuando el espíritu deportivo

El Porsche Cayman hizo su primera aparición en escena en el 2005, en el Salón del Automóvil de Frankfurt, y empezó a producirse a finales de ese mismo año y principios del 2006. Hoy, junto con su hermano 718 Boxster y ya en su cuarta generación, ha sido reconfigurado y renombrado para dar continuidad a la era del Porsche 718.

Construidos por puro deporte, mantienen su esencia, por supuesto, con la tracción trasera y el motor en posición central, aunando el espíritu deportivo del legendario Porsche 718  de los años 50 y 60 con el automóvil del futuro.

El Cayman de primera generación tenía, en su versión básica, un motor de seis cilindros de 2,7 litros y 245 CV. En 2009, los motores crecieron un poco en músculo y pasaron a ser de 2,9 litros y 265 CV de base. También apareció por primera vez la versión Cayman R, más potente incluso que la S y con un peso aligerado de 1370 kg.

En la actualidad, con la cuarta generación ya de estos deportivos, se ha producido un cambio sustancial en la mecánica del modelo. De la tradicionalidad del motor de seis cilindros atmosférico de las generaciones anteriores, se ha pasado a montar uno de 4 cilindros turboalimentado.

Con este cambio mecánico tan significativo llegó también el renombramiento de la gama, incluyendo las tres cifras como prefijo: 718 Cayman y 718 Boxter, quedando, de esta manera, ambos unidos en una misma familia con la principal distinción de tratarse de un coche coupé o cabrio respectivamente.

La nueva denominación hace honor, lógicamente, al mítico Porsche 718, sucesor de otro icono de coche de carreras como fue el Porsche 550 Spyder. El 718 Spyder se hizo con cinco Campeonatos de Europa de Montaña y se impuso en grandes de la resistencia como Le Mans (en su clase), la Targa Florio y las 12 Horas de Sebring. Era un deportivo muy ligero (apenas 530 kilos) impulsado por un puntiagudo motor de cuatro cilindros, litro y medio y 150CV.

Manteniendo el espíritu luchador y competitivo, el Porsche 718 Cayman de cuarta generación aumenta la configuración deportiva de su chasis exhibiendo un importante cambio de fisionomía respecto a la anterior versión.

Es un diseño más llamativo. Se ha estilizado carrocería con unas espléndidas líneas y tomas de aire más voluminosas, un perfil más bajo, un morro más agudo y una óptica más moderna y elegante. La trasera también disfruta del nuevo conjunto de luces y ha pasado a tener más anchura y volumen que sus versiones anteriores.

Se han incluido también un gran número de sistemas para mejorar las prestaciones, el confort y las ayudas a la conducción. Los nuevos motores de cuatro cilindros que Porsche ha desarrollado en exclusiva para la línea 718 Turbo tienen la particularidad de contar con una válvula de descarga que regula la presión del turbo y permite tenerlo siempre disponible al instante, como en el 911 Turbo.

La potencia que desarrolla ya está en 300 CV a 6.500 rpm en su versión básica y, por supuesto, disponible la opción de acompañarlo con la excepcional caja de doble embrague PDK de siete velocidades para mayor precisión, más comodidad y menor consumo de combustible.

Porsche ha logrado consumos realmente bajos con esta combinación de motor-caja cuando se conduce suavemente: en torno a los 6’5 litros/100km en ruta a 120km/h y 8 litros/100km en ciudad. Claro que, si nos queremos divertir, es posible que estas cifras se eleven ligeramente. Si queremos disfrutar del Paquete Sport Chrono y ponerlo de 0 a 100 en 4,7 segundos, tendremos que consumir un poco más de gasolina. En cuanto a la velocidad punta, ya se pueden alcanzar los 275km/h.

Su comportamiento dinámico ha sido mejorado todavía más con una nueva suspensión, barras estabilizadoras más firmes y un nuevo reglaje de amortiguación. Se endureció también ligeramente la dirección haciéndola más directa, mejorando así notablemente la agilidad; algo que se nota cuando se conduce a altas velocidades, demostrando una capacidad de respuesta, agarre y versatilidad excepcionales. Es un deportivo que invita a disfrutar de cada curva a la vez que aleja a su conductor de la cotidianeidad de la vida.