Son más de una veintena los motores bóxer que han formado parte de la historia viva de...
El merecido homenaje a Pedro Rodríguez
Nacido en Ciudad de México el 18 de enero de 1940, Pedro Rodríguez de la Vega fue y sigue siendo el piloto mexicano con el mejor palmarés de la historia del automovilismo y un auténtico icono del motorsport.
El apoyo de su familia fue indispensable y un impulso para su éxito cuando comenzaba a mostrar interés en la velocidad. Tanto él como su hermano Ricardo se dedicaron al automovilismo gracias a que su padre, Pedro Natalio Rodríguez Quijada, compraba y alquilaba vehículos para que ambos compitieran en diferentes premios. Su debut internacional fue en 1957 en Nassau, Bahamas, la primera de muchas carreras en su vida.
Entre 1963 y 1971 logró dos victorias y siete podios en los 55 Grandes Premios de Fórmula 1 que disputó, y se hizo un verdadero nombre en los campeonatos europeos. Allí se le conocía como “Ojos de gato” por su especial habilidad para conducir de noche y con lluvia, en las condiciones más adversas.
En sus manos, los Porsche se convertían en una prolongación de su cuerpo y tenía una capacidad única para las carreras de resistencia, donde en palabras de uno de sus compañeros de carreras, Jackie Oliver, “parecía ser el tipo de piloto que prefería adaptarse a los problemas técnicos en lugar de tratar de resolverlos”. Juntos disputaron ocho de las diez carreras del Mundial de 1971.
La gran capacidad de adaptación del piloto mexicano le sirvió para lograr un triunfo en las 24 Horas de Le Mans, cuatro en las 24 Horas de Daytona (dos de ellos conduciendo un Porsche) y once victorias en el Campeonato Mundial de Marcas, ocho de las cuales fueron con el mítico Porsche 917.
Ayudó en 1970 y 1971 a que Porsche ganara los títulos del Campeonato Mundial de Marcas, ahora Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) gracias a carreras como las 24 Horas de Daytona del 31 de enero de 1970. Corrió con un Porsche 917 KH en el equipo John Wyer Automotive Engineering junto con el finlandés Leo Kinnunen y el inglés Brian Redman. Lograron una velocidad media de 184,859 km/h en los más de 4439 km recorridos.
Con el mismo equipo compitió ese mismo año en las 6 Horas de Watkins Glen, logrando con Leo Kinnunen una velocidad promedio de unos asombrosos 189,592 km/h en la que el propio Pedro Rodríguez conseguía la vuelta más rápida de la carrera con un tiempo de 1:04.9.
En los 1000 Km de Monza del 25 de abril de 1970 y con el mismo equipo y compañero, conseguía completar la carrera en 4 horas, 18 minutos, un segundo y 700 milésimas. Su velocidad media fue de 232,649 km/h, un pequeño ejemplo de la increíble simbiosis que sentía con Porsche.
Un año más tarde repitió esa misma carrera de nuevo con el Porsche 917 KH pero con Jackie Oliver y superando la velocidad media, ahora 235,834 km/h. Consiguieron reducir el tiempo en pista a 4 horas, 14 minutos, 32 segundos y 600 milésimas. Cifras aún asombrosas medio siglo más tarde.
La última carrera que disputó con un Porsche fueron los 1000 Km de Zeltweg (Austria). El 27 de junio de 1971 conseguía con un 917 una pole position, la vuelta más rápida de la carrera y la victoria absoluta. Su historia continúa viva hoy cincuenta años después de que perdiera la vida en el circuito urbano de Norisring, en Nuremberg (Alemania), un trágico 11 de julio de 1971.
Porsche Latin America y Porsche México en colaboración con Porsche Exclusive Manufaktur, han fabricado un coche único bautizado como Porsche 911 Turbo S Pedro Rodríguez que es un merecido homenaje para el piloto mexicano.
La carrocería pintada en azul Gulf y la clásica franja naranja central son inspiración del 917 KH con el que competía Pedro Rodríguez y con el que logró ocho victorias. Viste los mismos colores pero guarda en su interior una sorpresa, un motor bóxer trasero de seis cilindros en línea turboalimentado, con 3.8 litros y 650 CV de pura magia, cortesía del 911 más potente que existe.
Con el 911 Turbo S como base, este modelo tiene una configuración, detalles y acabados irrepetibles. Las llantas de 20 pulgadas han sido diseñadas ex profeso para este coche, con una tuerca central de aluminio y acabado en negro de alto brillo. En las puertas, el número dos como el que lucía en las 24 Horas de Daytona que disputó junto a Oliver y que ambos ganaron.
Una placa con la silueta del 917 KH, los colores de la bandera mexicana, el nombre y la firma de Rodríguez o un grabado en el alerón trasero con los nombres de las ocho carreras que ganó con el 917, son algunos de los detalles que hacen de este modelo algo único.
Cuando se subaste a finales de 2021, el dinero recaudado irá a parar a diferentes causas benéficas y el legado de Pedro Rodríguez continuará vivo y más allá de la memoria. Este Porsche 911 Turbo S único es el homenaje perfecto para un piloto como Pedro Rodríguez.
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