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20 años de Cayenne: el E3 alcanza la máxima deportividad
Desde que el Cayenne llegara a Porsche en 2002 se ha convertido en uno de sus modelos más valorados. La magia de combinar la fuerza, fiabilidad y potencia con las capacidades de un todoterreno y un aspecto deportivo consiguió que los recelosos a esta nueva incorporación, se rindieran al Porsche Cayenne.
Tras las dos primeras generaciones, el inicio del cambio y la incorporación del primer eléctrico de la historia de Porsche, el Cayenne S Hybrid, el modelo continuaba su marcha y seguía evolucionando tras el gran éxito de las primeras versiones.
La tercera generación llegaba al mercado en diciembre de 2017 siguiendo con su elegante diseño, aunque con algunas modificaciones. Era más grande, aunque no lo parecía en absoluto porque sus líneas disminuían y se suavizaban, y a pesar de tener un mayor tamaño conseguía reducir el peso por debajo de las dos toneladas (1985 kg) gracias a combinar el acero con paneles exteriores de aluminio.
La línea de techo más inclinada y con caída trasera, le aportaban un aspecto más agresivo y aerodinámico, pero había un elemento que le daba un extra en cuanto a deportividad: el spoiler trasero adaptativo. El spoiler no solo tenía una función estética sino de seguridad al reducir el tiempo de frenada gracias al “Airbreak”, convirtiéndose además en uno de los componentes aerodinámicos más importantes del SUV, capaz de variar su posición según la velocidad y la forma de conducción, llevando la aerodinámica activa al más alto nivel.
El chasis también sumó novedades para conseguir que esa ligereza fuera también agilidad en la conducción, como el control dinámico de chasis (PDCC) o la suspensión neumática adaptativa (PASM). Frenos más potentes y ruedas traseras más anchas que las delanteras para conseguir que esa agilidad siempre tenga un punto de agarre firme, transmitiendo una mayor sensación de seguridad.
En un primer vistazo la deportividad se percibía en cada una de las líneas de la carrocería. Cuando te adentrabas en el interior, se notaba en la potencia de su motor. El modelo más sencillo ya cabalgaba los 340 CV con un motor V6 de 3 litros. Junto a él, el Cayenne S con motor V6 biturbo de 2.9 litros y 440 CV, el Turbo que alcanzaba los 550 CV con su motor V8 biturbo de 4 litros y el GTS, que con un motor V8 de 4 litros llegaba a los 460 CV.
Aunque la esencia en el interior del coche seguía siendo la misma, se incorporó el Porsche Communication Management (PCM) que ya se venía en el Panamera, un sistema de control muy intuitivo y que le aporta un estilo más lujoso al Cayenne.
Otro hito de esta tercera generación llegaba con el Cayenne Coupé en 2019. Esta nueva variante era más ligera, más potente y más deportiva que nunca. Un SUV jamás se había parecido tanto a un 911.
Se presentaron dos modelos, uno con motor de seis cilindros turbo con 340 CV de potencia, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6 segundos, y otro con un motor V8 de 4 litros con doble turbo que alcanzaba los 550 CV de potencia. Este segundo Cayenne era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos de pura velocidad.
En esta tercera generación no había lugar ya para los motores diésel que daban paso a opciones más sostenibles como los híbridos, también en versión Turbo. Con una potencia total de 680 CV el motor eléctrico sumaba 136 CV más al motor V8 biturbo de 4 litros. Los modelos híbridos enchufables de la tercera generación del Cayenne que se presentaban en 2019 ya podían alcanzar velocidades de hasta 135 km/h sin emisiones, y recorrer hasta 44 kilómetros en su modo eléctrico.
La electricidad impulsa a los Cayenne de una forma única que permite que el Cayenne Turbo S E-Hybrid, el híbrido enchufable y el más potente de esta tercera generación, acelere de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos. Al contar con un sistema de par motor de 900 Newton metros disponible prácticamente parado, el impulso eléctrico le aporta ese extra que consigue cifras increíbles.
Esta tercera generación apostó por la deportividad y por continuar el camino a la electrificación que había comenzado con la segunda generación y el primer híbrido de Porsche. Ahora llegaba el momento de demostrar que electricidad y deportividad no estaban reñidas.
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