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Crazy Taxi, pura emoción con la esencia del Porsche 356
“Yehee, come on over and have some fun with Craaazy Taxi! It’s radical! Let’s have some fun!” Con esta frase empezaba Crazy Taxi, uno de los juegos que hicieron las delicias de los jugadores más aficionados al mundo arcade y que llegó en 1999. Un año más tarde se colaría también en los mandos de la Sega Dreamcast.
A los que hayan disfrutado de la exitosa primera entrega de esta franquicia seguramente les venga a la cabeza la estética gamberra, la extraordinaria banda sonora y, como no, la opción de elegir un taxi inspirado en el Porsche 356 Speedster.
Vértigo al compás de Offspring y Bad Religion
La idea del juego no podría ser más sencilla. El jugador asumía el papel de un taxista que debía ganar el máximo dinero posible llevando a los pasajeros a sus destinos en el menor tiempo posible. Para ganar unas buenas propinas tenía la opción de realizar acrobacias locas antes de que el tiempo se agotara.
Se le dirigía al destino de los pasajeros por una enorme flecha verde en la parte superior de la pantalla, una vez suficientemente cerca del destino se podía parar dentro de una zona determinada. Una vez “hecho el trabajo”, el cliente pagaba la tarifa y se sumaba al dinero que ya habías ganado.
Las puntuaciones se otorgaban al jugador dependiendo del tiempo empleado en realizar el viaje. Si el tiempo se agotaba antes de que llegases al destino del cliente, éste saltaría del taxi sin pagar y con la cuenta atrás del temporizador tendrías que encontrar rápidamente otro pasajero para seguir en el juego.
Para los que disfrutaban de Crazy Taxi en la consola se lanzó "Crazy Box", un conjunto de minijuegos muy variados, en los que se podía, por ejemplo, llevar a un determinado número de clientes dentro de un límite de tiempo, utilizar el taxi para jugar a los bolos o hacer estallar globos gigantes en un percurso.
El juego arcade original fue desarrollado por Hitmaker. Su productor, Kenji Kanno, afirmó en más de una ocasión que la idea se le ocurrió mientras estaba en un atasco, y que su intención era únicamente explorar la "vida diaria y la rutina" de un taxista. En el desarrollo de la versión Dreamcast, los desarrolladores incluyeron un mapa más grande además del arcade, para ofrecer a los jugadores una oportunidad de “perderse” y explotar mejor los diferentes escenarios.
La adrenalina que se desprendía de la cuenta atrás del temporizador dejaba el jugador con ganas de más. La fluidez y vértigo que transmitían las ciudades del juego, con sus concurridas avenidas, cuestas y rampas, hasta el cuidado control hacían que Crazy Taxi no tuviera detalles sueltos. Todo ello amenizado por una banda sonora de lujo. Mientras conducías podías escuchar Way Down The Line o All I Want, de Offspring o Ten in 2010 de Bad Religion.
Sencillez al mando de un clásico
Uno de los puntos fuertes era, sin duda, el lujo de poder ponerse al volante de un taxi inspirado en el Porsche 356 Speedster. Fácil de conducir en condiciones normales, la tracción trasera, el motor detrás del eje trasero y el centro de gravedad muy bajo hacían que la conducción deportiva fueran francamente emocionante. Un coche lleno de historia y personalidad, que unido a la dinámica del juego se convertía en pura adrenalina.
Escrito por: Iván Burgos Murillo
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