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El sueño americano de Porsche

La pasión por el motor encuentra en las carreras y los campeonatos a sus compañeros de vida. El Campeonato Mundial de Resistencia o WEC, la Fórmula 1, la Blancpain GT Series, la Fórmula Drift, la IndyCar Series, el Campeonato Mundial de Rally o la Fórmula E son solo algunos ejemplos de campeonatos que se celebran en todos los rincones del mundo. El campeonato IMSA, una mítica competición creada en los años 70, es otro.

Porsche siempre se ha caracterizado por su alma deportiva. Las competiciones son una parte vital de su vida y de su forma de trabajar. Se refleja en el diseño de sus vehículos y en su sed de títulos, así que cuando nació este nuevo campeonato pronto se convirtió en el sueño americano de Porsche.

Creada por el dueño de la NASCAR -otro importante campeonato estadounidense-, Bill France SR, y el que fuera el director ejecutivo del Sports Car Club of America, John Bishop, este campeonato buscaba convertirse en el WEC americano. En el año 1971 comenzaba a disputarse el campeonato IMSA GT, una competición automovilística para profesionales que contaba con un reglamento similar al WEC a nivel técnico. 

En el año 1989 la familia Bishop vendía el campeonato que recorría Canadá y Estados Unidos, y que en el año 1974 también visitó México. Portland, Miami, Las Vegas, Atlanta, Halifax… Muchas ciudades vieron en sus circuitos carreras de este campeonato y muchas marcas han participado a lo largo de los años en ellas, como Porsche.

El piloto Al Holbert, nacido en Pensilvania (Estados Unidos), fue uno de los que más éxitos sumó en el Campeonato IMSA GT. Consiguió cinco títulos y 49 victorias, y en los años 1985 y 1986 lo hizo con un Porsche 962. Este prototipo fue diseñado ex profeso para la IMSA GTP y venía a sustituir al Porsche 956. Se convirtió en esos años en uno de los coches más dominantes del motorsport consiguiendo éxitos en la IMSA desde el año 1985 hasta 1988.

El Campeonato IMSA GT se disputó desde 1971 a 1998. A partir de ese año fue sustituida por la American Le Mans Series, que en 2014 se fusionó con el campeonato Grand-Am creando el Tudor United SportsCar. En el año 2016 recuperaría el sobrenombre original,  ahora IMSA WeatherTech SportsCar, un campeonato que continúa teniendo dos de las carreras de resistencia más míticas, las 24 horas de Daytona y las 12 horas de Sebring.

El Porsche llamado a conquistar Norteamérica en la serie IMSA no era otro que el 911 RSR. Un modelo que ha cumplido un récord con siete títulos ganados, cinco campeonatos en la North American Endurance Cup, 21 carreras victoriosas y 56 podios en los últimos siete años.

Ya en su debut, los pilotos Nick Tandy, Richard Lietz y Patrick Pilet consiguieron una victoria en su categoría con un Porsche 911 GT3 RSR en las 24 Horas de Daytona, y eso solo fue el principio porque en ese primer año consiguieron todos los títulos de la North American Endurance Cup. Un año más tarde el equipo de Tandy, Pilet y Lietz obtuvo la victoria general en la llamada Petit Le Mans, en Braselton. Una carrera que le permitía ganar su segundo título consecutivo de constructores, así como el campeonato por equipos. 

En la IMSA WeatherTech SportsCar de 2016 Porsche presentó el nuevo 911 RSR por primera vez y en 2019 este coche hizo historia. Fue uno de los años más exitosos para Porsche Motorsport en todo el mundo, porque no solo consiguió la victoria en Le Mans y todos los títulos del Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA, en la serie IMSA se vivió un momento memorable. Porsche quedó primero en el campeonato de constructores, ganó en la categoría de equipos y Earl Bamber y Laurens Vanthoor en un coche y Nick Tandy y Patrick Pilet en otro, lograban cinco victorias seguidas durante la primera mitad de la temporada, una racha de victorias única en la categoría GTLM.

Earl Bamber y Laurens Vanthoor consiguieron la primera victoria para un 911 de fábrica en Laguna Seca, California, un circuito de IMSA donde Porsche nunca había ganado. En su última aparición, en la carrera de Sebring y a modo de despedida, los Porsche 911 RSR de tres generaciones diferentes se dieron cita y el último modelo que correría lo hizo despidiéndose con una pintura especial de barras y estrellas como homenaje. 

El equipo estadounidense de Porsche GT se hacía con un primer y segundo puesto en la que se convertía en su última carrera en la serie IMSA, la de Sebring en el año 2020. Un hasta pronto para la IMSA que es una dulce despedida del sueño americano. Al menos por ahora.

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