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Chris Labrooy

El surrealismo mágico del Porsche 911 de Chris Labrooy

Nació en una zona rural de Escocia, en la maravillosa región de Aberdeenshire, entre colinas ondulantes, castillos medievales y montañas. Chris Labrooy es un artista difícil de definir. Su trabajo, a caballo entre la fotografía, el diseño y el arte digital, se ha ganado un hueco en el complejo mundo del arte y es considerado como uno de los mejores por su brillante estilo.

Comenzó estudiando Diseño de Producto en el Royal College of Art de Londres, pero pronto se dió cuenta del atractivo del diseño digital. Pasó de hacer objetos tangibles, diseñando muebles con ayuda de herramientas 3D, a crear imágenes fotorrealistas. La tecnología y el hardware 3D dieron pasos de gigante y su avance le mostró un mundo sin límites. Con herramientas como la animación CGI (Computer Generated Imagery) era capaz de todo. 

Las posibilidades infinitas en el arte digital le permitieron desarrollar una mirada única capaz de combinar objetos cotidianos con el surrealismo más absoluto, seña de identidad de todas sus obras.

La obra e inspiración de Chris Labrooy

Chris Labrooy es color, irracionalidad, pasión, diversión y locura. Pero Chris Labrooy también es Porsche. Ambos comparten mucho más que una relación casual fruto del amor del artista por los coches. La esencia de ambos lleva unida más de una década y juntos, Labrooy y Porsche, desafían las leyes de la naturaleza con sus obras más espectaculares.

En un momento de su vida compró un Porsche Cayman de la generación 981 con transmisión PDK que condujo durante dos años, hasta que se compró un 981 GT4. El propio artista asegura que tener en su garaje un Porsche fue el detonante de su fascinación por la marca. 

Podríamos pensar que es solo un artista con una inclinación natural hacia la velocidad, las sensaciones en la carretera y el alma deportiva, pero en sus propias palabras, “los automóviles representan el último objeto de deseo. Son elementos complejos, con identidades únicas y muy específicas”, y es justo esa identidad única lo que más le atrajo del Porsche 911 que ahora copa sus obras. Sus líneas suaves y redondeadas, la capacidad para combinar deportividad y practicidad, y “una personalidad única y casi excéntrica” tal y como explica Labrooy, fueron suficientes para que el nueveonce le cautivase.

Es en estos últimos diez años cuando ha usado los coches para aventurarse en el espacio entre lo sublime y lo irreverente. Es capaz de aportar flexibilidad a los coches para provocarles posturas imposibles que se mueven entre la fotografía, la arquitectura, el mundo del motor y el arte visual más vanguardista.

Palm Springs Porsche 911

Su obra “Palm Springs Porsche 911” es un claro ejemplo de esta mezcla. Una de las imágenes que la componen es la de doce 911 Carrera RS en una piscina encajando como piezas de un puzzle. Todos sumergidos mientras el azul Miami de sus carrocerías brilla bajo el sol californiano. 

O la imagen de esa misma colección en la que vemos a un Porsche 911 entre la fachada de una casa y una estrecha pared, tratando de escalar al tejado de una forma relajada pero imposible.

Estos dos Porsche 911 Carrera RS en color rosa son otro ejemplo de su juego con los colores. Dos coches, uno subido encima del otro y sujeto por apenas unos centímetros, en el aire. El sol cae en Palm Springs y lo baña todo de un dorado tan real, que tu cerebro llega a dudar de si es o no una fotografía real.

El surrealismo se nota más aún en otra de las obras de esa misma colección en la que vemos a cuatro Porsche 911 Carrera RS de nuevo en un rosa que nos recuerda al Pink Pig, encerrados en una red como pequeños juguetes de un niño.

The Future Ain’t The Same As It Used To Be

La colección “The Future Ain’t The Same As It Used To Be” (El futuro no es el mismo que solía ser), juega con esa realidad modificada de manera aún más asombrosa. En ella, un Porsche puede mantener el metal de su carrocería y combinarse como si nada con el hinchable de un flamenco que sustituye a sus ruedas. Un deportivo casi escondido en una imagen más arquitectónica que parece sacada de una revista de diseño de interiores.

Chris Labrooy siempre ha estado unido a Porsche dentro y fuera de su faceta artística. Mientras su cabeza imagina situaciones imposibles, su cuerpo recorre las carreteras de su Escocia natal con un 718 Cayman GTS 4.0 de un color Rojo Guards intenso. 

Surcar las sinuosas carreteras mientras el rojo brilla entre verdes y colores tierra es su mejor inspiración para seguir creando un 911 tan surrealista como mágico.

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