Si existe un coche que define a Porsche es sin duda el 911. Un símbolo de todo lo...
Historia de una leyenda viva
Pensar en el 911 Targa es imaginarte en Sicilia, en las sinuosas carreteras de la Targa Florio. Es sentir en tu cuerpo la equilibrada potencia del motor de un deportivo único, las deliciosas líneas de sus curvas, la elegancia de su diseño. Es recordar la historia de Porsche y verla en cada molécula de un 911 nacido para ser amado. El 911 Targa se presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort en septiembre de 1965 y a día de hoy, más de medio siglo de historia después, es un auténtico objeto de deseo.
El Porsche 911 comenzaba su andadura en 1963 y dos años después lo hacía su versión Targa. No era ni un descapotable al uso ni un coupé, sino una mezcla perfecta de ambos que le convirtió en el primer cabriolet del mundo con una barra antivuelco. Lo que comenzó como una necesidad por adaptarse a los requisitos de seguridad que se exigían en Estados Unidos para los vehículos descapotables, terminaría convertido en uno de los iconos más reconocibles de Porsche.
Con este deportivo la conducción a cielo abierto era aún más segura y vibrante, y como muchos conceptos dentro de Porsche, su esencia estaba vinculada con el motorsport.
Su nombre es lo primero que llama la atención. Targa toma el nombre de la carrera italiana más famosa de la historia, la Targa Florio, una de las más prolíficas para Porsche desde mediados de los cincuenta. Al principio el 911 Targa iba a llamarse “911 Flori” pero el entonces responsable Nacional de Ventas, Harald Wagner, propuso reducir a la mínima expresión la referencia a la carrera y usar solo Targa como nombre. El término italiano significa ‘placa’ o número de matrícula, aunque hay quien dice que este detalle se descubrió tiempo después.
Bien entrado 1966, el Targa ya completaba las versiones para el Porsche 911 como una opción a caballo entre el cabriolet y el coupé que tenía un techo desmontable, una barra antivuelco y una ventana trasera de plástico que podía bajarse. Un deportivo completamente único.
Tras el éxito indiscutible de este modelo cuya belleza sigue embelesando a los porschistas, la versión se incorporó a la serie de forma definitiva y comenzaron a hacerse cambios para perfeccionarlo aún más. En 1968, por ejemplo, se incorporó de serie la ventana trasera fija de cristal de seguridad que sustituía a la de plástico, y en 1973 se añadieron a la carrocería nuevos parachoques capaces de absorber impactos a velocidades de hasta 8 km/h sin que se produjeran daños en la carrocería.
En esa segunda generación del 911, la famosa serie G, se incluyó además la opción de cambiar la barra antivuelco de acero inoxidable cepillado por una en color negro que le aportaba aún más elegancia al diseño exterior.
Pasaron los años y las generaciones del Porsche 911 se sucedieron, permaneciendo el Targa en sus series. Solo en las tres primeras generaciones del 911 se fabricaron un total de 87.663 de este modelo que afianzaban la idea de que esta original versión había llegado para quedarse.
La cuarta generación del 911 trajo consigo importantes cambios estructurales como unas aletas delanteras más anchas y planas y la desaparición de la que se había convertido en el sello distintivo del modelo, la barra antivuelco. El techo se fabricó en un cristal tintado termoaislante que se encajaba en una estructura longitudinal de seguridad.
No fue hasta la séptima generación del 911 cuando se volvió a mirar al pasado. En enero de 2014 el Targa se presentó con un rediseño que aunaba la tradición con la vanguardia. Como en el original, la característica barra ancha en la zona de los pilares B volvía, pero esta vez el techo no era desmontable. Podía abrirse y cerrarse con un único botón automático que guardaba la parte central del techo por detrás de los asientos posteriores.
El 911 Targa se presentó en septiembre de 1965, pero ha evolucionado hasta convertir su legado en historia viva de la marca. No fue un modelo simbólico, sino una historia que sigue creciendo y que es parte imprescindible del futuro de Porsche. Uno de los modelos más deseados de nuestra marca y un sueño hecho realidad.
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