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Las joyas más exclusivas de Porsche

La exclusividad se define como algo único y hasta como un privilegio al que solo unos pocos tienen acceso. En el mundo de los coches, contar con uno exclusivo es sin lugar a dudas tener un modelo que vale su peso en oro. 

Su valor puede deberse no solo a que se trate de un modelo único en su especie, sino a que ese coche concreto sea parte de la historia. El primer Porsche fabricado, el 911 especial propiedad de Ernst Fuhrmann o el flamante Moby Dick son solo tres ejemplos del concepto al que nos referimos.

Hay ocasiones en que son coches históricos y otras en que son caprichos de sus propietarios pero sea cual sea su singularidad, provoca que su precio en subasta se dispare hasta límites insospechados, como con estos modelos que se han convertido en los más caros de Porsche.

Porsche 917/30 Spyder

El Porsche 917/30 Spyder es historia en sí mismo. En la década de los 70 este prototipo de carreras se adueñó de la CanAm-Serie y su aparición hasta obligó a que se cambiara el reglamento para que el resto de marcas tuvieran alguna oportunidad de ganar. 1.200 CV de pura potencia en un motor bóxer de 12 cilindros con sobrealimentación turbo y 5 litros que se convirtió en una auténtica leyenda. 

Apenas pesaba 820 kilos y la potencia, unida a ese ligerísimo peso, conseguían que alcanzara la escalofriante cifra de 320 km/h en apenas 13 segundos. Los colores azules y amarillos surcando su carrocería, desafiando a las leyes de la física, y el inconfundible logo de “DieHard” hacen de este modelo uno único. 

Es conocido como “el vehículo de competición más potente de todos los tiempos” y el modelo con el número de chasis 917/30-004 disparó su precio en subasta a los 3 millones de dólares.

Porsche 935 de Paul Newman

Paul Newman era un gran amante de los coches y uno de los más icónicos que condujo fue el Porsche 935 del equipo Kremer Racing. Con él debutó en las 24 horas de Le Mans de 1979 con un segundo puesto. 

Este mismo coche ganó las 24 horas de Daytona de 1981 con Bobby Rahal, Brian Redman y Bob Garretson, y en 1983 se hizo con la victoria en las 12 horas de Sebring en manos de Wayne Baker, Jim Mullen y Kees Nierop. En 2016, su subasta alcanzó un precio final de 4,4 millones de dólares.

Porsche 550 A Spyder

Nos remontamos a los dulces años 50 para recibir a este majestuoso deportivo. Pura elegancia con el corazón de un guerrero. Le apodaron “el matagigantes” porque llegó a alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h en circuitos internacionales. 

Este Porsche 550 A Spyder diseñado por Ernst Fuhrmann, tenía un motor bóxer de 1,5 litros y 110 CV. Pequeño, ligero y con una excelente aerodinámica para la época, este deportivo se coló en carreras tan importantes como las 24 Horas de Le Mans o los 1.000 kilómetros de Nürburgring donde saboreó las mieles del triunfo. 

Solo se fabricaron 40 unidades y el modelo con el número de chasis 550A-0145 alcanzó en subasta los 5,17 millones de dólares, un precio más que merecido para esta joya digna de un museo. 

Porsche GT1 Straßenversion

Su fabricación ni siquiera estaba prevista, pero era un requisito indispensable para que el modelo de competición fuese admitido para participar en las 24 Horas de Le Mans de 1997. Con un motor bóxer de seis cilindros, 3.2 litros y una potencia de 800 CV que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,6 segundos, esta versión de calle del Porsche 911 GT1 de carreras que ganó Le Mans se subastó en Florida por 5,665 millones dólares en marzo de 2017.

El Porsche GT1 Strassenversion es un coche de carreras creado para la calle que encuentra en esta frase su mejor definición posible y es uno de los modelos más exclusivos de Porsche. Cuenta con un gigantesco alerón trasero y una cuidada aerodinámica pensada para competir.

Porsche 956

Más de 10 millones de dólares costó en 2015 hacerse con este coche. En el garaje de algún afortunado se esconde un modelo del ganador absoluto de Le Mans de 1983 y un pedazo vital de la historia del motorsport y de Porsche. 

Este coche de competición con chasis número 956-003 y fabricado en 1982, es una de las 10 unidades del 956 que fabricó Porsche y cuenta con la característica decoración Rothmans. En el año 1982 Jochen Mass y Vern Schuppan consiguieron el segundo puesto en Le Mans, y ganaron las siguientes cuatro carreras del campeonato de resistencia en las que participaron.

Pilotos como Jacky Ickx o Derek Bell o Al Holbert pudieron experimentar antes que su actual propietario cómo es sentarte y conducir un ganador nato.

Porsche 917 K de la película “Le Mans”

El Porsche más caro de la historia continúa siendo el Porsche 917 K con el número de chasis 917-024. Después de 23 años abandonado, apareció en 2002 en un granero cerca de París. Tras su recuperación se vendió en 2017 por la friolera de 14 millones de dólares. 

Este modelo tiene una historia de cine. Pertenecía a la colección privada del piloto Jo Siffert y fue empleada en la película de “Le Mans” de 1971 que tenía a Steve McQueen como protagonista. Para la película, lo condujo el propio Jo Siffert como coche cámara.

Sufrir el Síndrome de Stendhal con cualquiera de estos coches es más que posible. Piezas únicas que bien podrían ser obras de arte y que sin duda, podrían estar en un museo para deleite de todos sus admiradores.

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