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Steven Tyler, corazón dividido entre Porsche y Aerosmith
En todo el mundo Steven Tyler es conocido como uno de los rockeros más brillantes de la historia el vocalista eterno de Aerosmith. Sus baladas de hard rock han sido el himno romántico de una generación y aún hoy suenan en las emisoras. Seguro que conoces a alguien a quien le vuelva loco esta canción:
¿Y que les gusta a los rockeros que nunca mueren? Los coches que nunca mueren. Por eso Tyler lleva esta leyenda, el Porsche 911 Turbo Cabriolet, un descapotable que, como su música, fascina y seduce década tras década.
Tyler es neoyorkino de nacimiento, de Yonkers, ciudad del estado que se sitúa sobre el emblemático Río Hudson. Es el hijo de una secretaria y de un pianista. Como a tantos grandes del rock, contar con un amante de la música en la familia le hizo iniciarse en esta desde muy pequeño. Así, con solo seis años, Steven se unió al coro de la iglesia local, donde empezó a desarrollar su voz.
En sus comienzos profesionales, sin embargo, el cantante empezó como batería. Con 16 años debutó con la banda The Strangeurs, con la que hizo sus primeras actuaciones grupales. Algo después aparece en Chain Reaction (que surge a partir de la banda anterior, donde ya lo vemos como solista y compositor de temas.
Su trayectoria de músico en los sesenta le llevó a una revelación: si uniera el espíritu dinámico y cautivador del blues con los elementos de música más clásica de su padre, algo increíble podría nacer. Y no se equivocaba. A partir del 71, Aerosmith comenzó a dar conciertos en directo y en el 72 publicaron su magnífico álbum debut, con el nombre homónimo de Aerosmith. A partir de ahí, el grupo fue escalando poco a poco, sin parar, y para el 75 ya se mirarían frente a frente con emblemas como Led Zeppelin y Los Rolling, con quienes se les comparaba constantemente.
Aunque con algunos altibajos, idas y venidas, el grupo de Tyler siempre ha dado emoción y canciones míticas a sus devotos. En los ochenta Aerosmith terminó de asentarse como icono del rock, y finales de los noventa el tema I don’t wanna miss a thing le recordó a todo el mundo que la banda llegó para quedarse.
De su coche, qué podemos decir, el 911 Turbo lleva el apellido del deportivo perfecto. Los ingenieros detrás de esta obra pusieron todo su empeño en crear un vehículo capaz de hacer sentir las emociones más fuertes a sus dueños, y revistieron las mejores prestaciones con el diseño inimitable y atemporal de Porsche. Un vínculo con la historia que comparten la música y los coches de leyenda.
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