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Porsche 959

Un deportivo llamado a redefinir la tecnología

Existen vehículos que son historia en sí mismos, bien sea por sus logros en el mundo de la competición, por sus innovaciones tecnológicas o por lo que su creación aporta al mundo. El Porsche 959 es historia por las tres cosas. Lanzado en los años 80, este deportivo revolucionó la industria gracias a su impresionante desempeño, su tecnología avanzada y su estilo inconfundible.

 

Helmut Bott nació el 18 de mayo de 1930 en Stuttgart, Alemania, y se unió a Porsche en 1956. Y aunque puede que le conozcas por su participación en el diseño, construcción y evolución de los Porsche 917, no fue su único hito en la marca. A principios de los años 80, y con la idea de que Porsche consiguiera la homologación FIA de Grupo B para competir en el Mundial de Rallyes, comenzó a bocetar sobre el 911 algunos cambios, como que el deportivo contase con tracción a las cuatro ruedas para participar en el Dakar. 

Ese nuevo deportivo comenzó llamándose Porsche C29 y luego, Porsche Gruppe B Prototype. Aunque su nombre final fue otro: Porsche 959. Al principio el objetivo era poder homologar un Porsche 959 de rallyes para competir, pero lo cierto es que el Grupo B fue prohibido por la FIA antes de que lograran entrar en competición, lo que no le impidió hacerse con algunas victorias. 

Basado en el 911, este modelo se limitó a una serie exclusiva de solo 292 unidades fabricadas entre 1986 y 1988 de las cuales solo 29 eran Sport. Salió a la venta por 420.000 marcos alemanes, pero tras su paso por el Salón del Automóvil de Frankfurt no tardó en agotarse. El motivo es que era la materialización de la ambición de Porsche de llevar la tecnología de carreras a las calles. Y sus resultados eran asombrosos. Ningún coche de los ochenta era tan avanzado como el Porsche 959.

Partiendo del chasis del Porsche 930 Turbo, diseñaron una carrocería aerodinámica optimizada de kevlar y poliuretano, con un mayor ancho de vías y un coeficiente aerodinámico de 0,31, que se completaba con llantas de magnesio y neumáticos runflat fabricados por Bridgestone solo para este modelo. 

Su espectacular alerón se integraba en la carrocería del vehículo haciendo que desapareciera de la vista desde algunos ángulos. Sus líneas fluidas, su carrocería baja y sus prominentes tomas de aire le dieron una apariencia impresionante, pero con un objetivo. El Porsche 959 quería convertirse en el coche más rápido del mundo. Durante 1986, el año de su lanzamiento, lo fue gracias a su velocidad punta de 317 km/h, una cifra impresionante si pensamos en la década en la que se fabricaba.

El sistema de tracción integral del Porsche 959 se convirtió en una característica distintiva del coche. Se le llamaba PSK (Porsche-Steuer Kupplung) y era un sistema integral capaz de distribuir el par automáticamente entre el eje delantero y trasero y de forma totalmente automática. Un sistema revolucionario que le permitía adaptarse a cualquier terreno con una mayor estabilidad.

Pero no es lo único innovador que hace al Porsche 959 tan especial. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 3.7 segundos gracias a que su motor era una obra de arte de la ingeniería. Un motor plano biturbo de seis cilindros, 2.8 litros y 450 CV con culatas de cuatro válvulas refrigeradas por agua, dos turbocompresores de dos etapas KKK, doble intercooler y un sistema de inyección electrónica Bosch Motronic. 

Su chasis regulado electrónicamente tenía una configuración electrónica capaz de controlar el tren de rodaje con un botón, y un sistema de suspensión adaptativa, tecnología que a día de hoy es considerada innovadora y compleja y que Porsche incorporaba de serie en el Porsche 959.  

Con René Metge y Dominique Lemoyne como pilotos, el Porsche 959 solidificó su estatus al hacerse con la victoria en el Dakar de 1986. Además, se convirtió en vehículo de competición para la categoría IMSA GTX de las 24 Horas de Le Mans y René Metge y Claude Ballot-Léna se hicieron con la victoria de clase.

Su tecnología avanzada y un rendimiento excepcional, sentaron las bases para los futuros deportivos de Porsche. Hoy es una joya codiciada por los coleccionistas, pero el Porsche 959 redefinió los estándares de rendimiento y tecnología en su tiempo. 

 

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