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Porsche
Porsche Taycan
Porsche Classic

Un salto en el tiempo

Una de las claves del éxito es recordar siempre de dónde vienes además de a dónde vas. No solo para tener siempre los pies en el suelo, sino porque en el pasado se encuentra en muchas ocasiones la inspiración para el futuro. Así lo ve Porsche que ha querido rememorar una icónica imagen de la década de los sesenta, actualizando la escena pero manteniendo la misma esencia que entonces.

En 1960 Egon Zimmermann saltó sobre un 356 B en una fotografía que pasó a conocerse como “El salto”. Se hizo en el Paso Flexen, cerca de la estación de esquí de Zürs en Austria, y justo después de que el paso fuese despejado tras una avalancha. Las altas paredes de nieve contrastaban con el deportivo, parado en mitad de la carretera. Sobre ella se podía ver al autriaco Egon Zimmermann, corredor de esquí alpino y medallista de oro olímpico, saltando en una impactante imagen.

Hans Truöl, fotógrafo alemán especialista en fotoperiodismo y en fotografiar deportes de invierno, fue el encargado de captar ese momento e inmortalizarlo. Ahora, más de sesenta años después, el espíritu y los ideales de esa fotografía siguen intactos. Perseverancia, trabajo, deportividad.

Este proyecto retrospectivo no solo es un nostálgico homenaje sino una demostración de que lo funcionaba entonces puede funcionar ahora. La unión de tradición y vanguardia se ha realizado con el deportivo más innovador de Porsche como elemento central, y con la ayuda del embajador de Porsche Aksel Lund Svindal, el noruego dos veces campeón olímpico, que ha reproducido a la perfección el salto de la imagen en blanco y negro.

Svindal y Zimmermann no solo comparten logros olímpicos, ambos llevaban el mismo dorsal de competición durante sus épocas de mayor éxito deportivo, y ambos proyectaron con su salto ese espíritu luchador. La imagen que tanto impactó en los sesenta se repite ahora con diferentes protagonistas.

“Con la nueva versión damos continuidad a la historia y tendemos un puente entre ayer, hoy y las innovaciones del mañana”, enfatizó Lutz Meschke, vicepresidente y miembro del Consejo de Dirección de Porsche como responsable de Finanzas y Tecnologías de la Información, cuando la nueva fotografía se presentó. 

Y no solo eso, el proyecto es una metáfora de los riesgos que una marca debe correr para mantenerse viva y un retrato de la valentía necesaria para seguir adelante pase lo que pase. Ese riesgo es algo que Porsche siempre ha tenido en su ADN, el afán por evolucionar y continuar que se refleja en el coche que ocupa la posición central de la versión más moderna de ese “salto”.

El Porsche Taycan, el primer 100% eléctrico de la marca, es el sucesor natural del 356 y un reflejo vivo de todo lo que ha cambiado desde que se hiciera esa primera fotografía en 1960, como la potencia que ha pasado de los 60 CV del primero a los impresionantes 408 CV del Taycan. Pero también es un vistazo a aquello que se ha mantenido a lo largo de los años. Las líneas delicadas y elegantes, el espíritu deportivo, la pureza, el confort.

Entre los gigantescos muros de nieve vemos que el futuro es eléctrico igual que vimos que el pasado era imparable. La imagen, una perfecta unión entre tradición y evolución, es un salto en el tiempo. Una obra de arte en sí misma.

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