Celebrando el espíritu de Porsche con un viaje por carretera con las ocho generaciones...
1974, el año en que nace la leyenda del Porsche 911 Turbo
En 1948, Ferdinand Porsche fabricó el que fue predecesor del modelo más icónico de nuestra marca, el 911. El 356 nacía en ese año y su evolución tras años de victorias en carreras nos lleva hasta 1974, 26 años después de que el sueño de “Ferry” Porsche se hiciera realidad.
Tras diez años fabricando los 911 con motores atmosféricos, Porsche decidió dar un paso más en su historia y comenzar a fabricar su primer automóvil con turbo. La segunda generación del 911, conocida como 930, llegó con un motor más grande y una renovación estética y tecnológica con un chasis totalmente nuevo que marcaría un antes y un después en el modelo más reconocible de la marca de Stuttgart.
A finales de 1973, en el Salón del automóvil de Frankfurt, se mostró por primera vez un prototipo del Porsche 911 Turbo y durante el Salón del Automóvil de París, en 1974, se presentó de forma oficial.
En esta aparición fue conocido como 930 Turbo, y pasó a ser el deportivo más rápido de la marca alemana. Su potencia, tamaño y aceleración lo hacían uno de los más exigentes a la hora de conducir. Una pieza pensada para los pilotos más expertos.
Algunos llegaron a ponerle el sobrenombre de “el hacedor de viudas” o Widowmaker por la repentina potencia que el turbo concedía al coche y su pequeño tamaño, que le hacía llegar hasta los 260 caballos y lo convertía en una pieza solo al alcance del manejo de los mejores conductores.
Después del BMW Turbo 2002 de 1972, el Porsche 930 fue el segundo automóvil producido en serie con este tipo de motorización y el primer automóvil deportivo equipado con un turbocompresor.
Tenía un motor de tres litros refrigerado por aire que era capaz alcanzar los 246 km/h y pasaba de cero a cien en 6,1 segundos, marca que aún hoy sigue siendo impresionante y que le colocaba muy por delante del 911 Carrera. Se mejoraron los frenos, la suspensión y se añadió una caja de cambios de cuatro marchas, además de reducirse su peso hasta los 1060 kg.
Estéticamente era más ancho que sus predecesores. Contaba con un alerón de aspecto salvaje con rejillas de toma de aire y un labio de goma gruesa en sus bordes al que se apodó “cola de ballena”.
Este precioso alerón, heredado de su predecesor el Porsche Carrera RS, sigue siendo a día de hoy una marca distintiva de los modelos de 911 Turbo. Para distinguirlo del RS, que comenzó a fabricarse en 1972, solo hay que fijarse en las delicadas letras que adornan los pasos de rueda traseros y que rezan “Turbo”. Ellas marcan el inicio de uno de los modelos más importantes para Porsche.
El año de su lanzamiento solo se fabricaron 56 unidades, lo que le convierte en una de las versiones más cotizadas y exclusivas jamás fabricadas, y a día de hoy es una pieza de coleccionista al alcance de solo unos pocos.
En ese mismo año, 1974, la mítica escudería Brumos Porsche fundada por el piloto estadounidense Peter Gregg, logró con una de estas joyas dos triunfos. El propio Peter fue quien se hizo con la victoria con un 930 Turbo en la Trans-Am y por segundo año consecutivo, además de ganar el IMSA GT también de EEUU.
Este modelo turbo es, sin duda, uno de los más destacados de la serie 911 no solo por su nuevo motor, sino porque establece nuevos referentes tecnológicos en la historia del 911. El Porsche 930 Turbo es una reliquia de los primeros días del turbocompresor que nos recuerda lo importante y hermosa que fue esa tecnología.
Desde el año 75 al 89 el 911 Turbo tuvo diferentes versiones con varias mejoras en el motor y en la estabilidad del vehículo, llegando a alcanzar el del año 84 los 330 caballos y una velocidad máxima de 278 kilómetros por hora.
Pero es el del año 74 el que marcó el inicio. Y es el que siempre estará en la memoria de los amantes del Porsche 911 Carrera Turbo. Tanto es así que LEGO lo ha añadido a su gama de juguetes, junto al 911 GT3 RS y el 911 RSR, por ejemplo. Ahora el 930 Turbo de 1974 está disponible en un kit de 180 piezas que forman un coche que hizo historia y que es sin duda, uno de los mayores símbolos de Porsche.
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