Volks-Tractor: el legado más arraigado a la tierra de Porsche

Si hablamos de coches de Porsche, podemos enumerar vehículos que han cumplido, cumplen y cumplirán los sueños de miles de aficionados al mundo del motor. El icónico 911, el elegante Panamera, el nuevo Taycan… Son muchos los vehículos por los que es reconocido, pero en los más de 70 años de la historia de Porsche no ha habido solo automóviles.

Los Volks-Tractor, conocidos también como los “red noses” por su característico capó rojo, son uno de esos vehículos que Porsche ha fabricado lejos de los coches que le han dado fama. Los tractores Porsche-Diesel comenzaron a desarrollarse mucho antes de que en 1945 empezase su fabricación en la localidad austriaca de Gmünd.

Ferdinand Porsche desarrollaba su primer tractor con una idea clara, la de crear una nueva línea de negocio, pero hasta el año 1937 y por petición del entonces Ministro de Agricultura, que solicitó el diseño de un “tractor para el pueblo” que facilitara el trabajo agrícola, no se habló de los Porsche-Diesel, unos tractores que debían cumplir dos características: ser asequibles sin perder eficacia.

En el año 1938 se presentó el proyecto, que nunca vió la luz debido a la Segunda Guerra Mundial, y se sembró la semilla de lo que posteriormente se convertirían en hasta 120.000 unidades de tractores. El Porsche-Diesel alcanzaría su cenit en la década de 1950.

Tras ese primer e infructuoso momento, Porsche comenzó la fabricación de estos vehículos destinados a la agricultura en el año 1945, y en 1949 vendió las licencias para su fabricación a Allgaier Werkzeugbau GmbH. En Dornier, en el distrito de Manzell en Friedrichshafen, empezaron a fabricarse en serie.

Vieron la luz varios modelos de diferentes potencias que se desarrollaron durante las siguientes décadas. Los tractores fueron diseñados con un embrague hidráulico en motores diésel -aunque los primeros prototipos fueron con motor de gasolina-, y este embrague fue una innovación ya que además de ofrecer al conductor un cambio suave evitaba los daños en la caja de cambios. 

Uno de los tractores más conocidos, el Porsche Junior, se fabricó desde 1952 a 1963. Motor monocilíndrico de 822 centímetros cúbicos diésel, refrigerado por aire y con un total de 14 CV. El menos potente de los diseños se convirtió pronto en un tractor muy popular por su eficacia y facilidad de manejo.

También se desarrollaron vehículos agrícolas de mayor cilindrada, como el Porsche-Diesel Standard 218 de dos cilindros y 25 CV de potencia y 1625 kg de peso -la tercera generación la serie de tractores Standard de dos cilindros-, fabricada por Porsche-Diesel Motorenbau GmbH en Friedrichshafen. De la serie Standard y concretamente del modelo 218 se produjeron más de 12.000 tractores entre 1957 y 1963.

Para una mayor potencia se desarrolló el Porsche-Diesel Super, un tractor de tres cilindros y 38 CV de potencia, y el Porsche-Diesel Master con un motor de cuatro cilindros y 50 CV de potencia. Así, a finales de 1957 se fabricaban cuatro tipos de tractores Porsche: Junior, Standard, Super y Master, aunque existían numerosos subtipos, diseños y modelos de cada uno de ellos. Por ejemplo, el tractor Porsche 14 HP Junior 108 -fabricado de 1957 a 1960- contaba con un total de ocho versiones (K, KH, L, LH, V, VH, S y Junior 4 ).

Se hicieron tremendamente populares en el mercado agrícola, tanto que se llegaron a fabricar más de 120.000 unidades de tractores Porsche. Aún hoy pueden verse no solo en el Museo Porsche o como parte de colecciones privadas, también como herramienta imprescindible en granjas y ranchos de todo el mundo gracias a que siguen funcionando como el primer día. Tractores rojos que siguen realizando su labor ajenos a que se han convertido en piezas únicas. 

También tuvo su momento de gloria en el asfalto de una pista de carreras. Aunque no era un vehículo diseñado para correr, el piloto de rallyes Walter Röhrl quiso dar una vuelta en Nürburgring en un Porsche-Diesel Junior de 14 caballos de fuerza, en octubre de 2012, años después de que el último tractor de Porsche saliera de la fábrica. No fue la vuelta más rápida que hizo un vehículo en esa pista pero fue, sin duda, una imagen inédita.

A finales de 1962 Mannesmann AG decidió cesar la producción de tractores Porsche-Diesel, lo que convierte a los supervivientes en auténticas piezas de coleccionista. Un legado que no ganó carreras en pista pero que surcó la tierra como ningún otro vehículo de Porsche hizo nunca.