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1997, el año en el que Porsche voló hacia las nubes
La Pikes Peak International Hill Climb es también conocida como la Carrera hacia las nubes. Su recorrido no es otro que la subida a las montañas de Pikes Peak en Colorado Springs, en los Estados Unidos. La magia de esta espectacular carrera comienza a 2.866 metros de altura y alcanza los 4.301 metros, rozando las nubes en un trazado lleno de curvas cerradas en la que el peligro se palpa en cada movimiento del volante.
Se creó en el año 1916 y se celebra cada julio, normalmente coincidiendo con el Día de la Independencia de los Estados Unidos. Detrás de las 500 Millas de Indianápolis, es la segunda carrera más antigua de EE.UU. La espectacularidad de sus 156 curvas y sus 19.983 metros de longitud hacen de esta carrera de montaña una auténtica locura en la que los errores no están permitidos. Es una de las carreras de montaña más peligrosas del mundo, ya que su sinuoso trayecto carece de guardarraíles y la única forma de lograr la victoria es que coche y piloto sean uno.
Subir más de 1.400 metros de altitud en menos de 10 minutos no solo tiene consecuencias para el piloto, también para el propio coche. La potencia del motor se reduce hasta un 30 por ciento por que la densidad del aire disminuye con cada metro de subida, los neumáticos y el motor sufrirán cambios en la temperatura y el coche tendrá menos agarre, lo que convierte la subida en un peligroso desafío para cualquier piloto.
La primera vez que Jeff Zwart corrió en la Pikes Peak, el piloto que más veces ha corrido al volante de un Porsche en la historia de la carrera, fue en 1994. Lo hizo con el mismo 964 Carrera RSR con motor de 3,8 litros con el que había corrido el campeonato ProRally de Estados Unidos, solo que esta vez le dieron más potencia al coche usando un motor turbo de 550 CV, gracias al cual ganó en la categoría libre.
Este director de cine y piloto de carreras ha participado en la Pikes Peak hasta en 14 ocasiones, siempre con variantes del Porsche 911. Ocho de ellas consiguió la victoria en su categoría y tiene varios récords en la división ‘Time Attack’.
Usando el chasis del Porsche 911 Turbo S, el 993, la empresa RUF construyó varios CTR2 pensados especialmente para alzarse con la victoria en diferentes competiciones deportivas. El RUF CTR2 es descendiente del mítico Porsche 911 Carrera 3.2 preparado por RUF que marcó en Nürburgring un tiempo de 8 minutos y 5 segundos en el año 1987, el llamado CTR Yellowbird por su característico color amarillo.
En esta nueva versión basada en el Porsche 911 Turbo S, la potencia del motor Porsche de 3.6 litros refrigerado por aire le permitía alcanzar los 520 CV. En el año 1997 se produjeron dos versiones especiales de ese CTR2, un prototipo 'Sport' de cuerpo más ancho que se construyó según las regulaciones de la FIA y las exigencias de la Pikes Peak International Hill Climb.
Con más de 700 CV de potencia, ambos vehículos se convirtieron en poderosos aliados que fueron pilotados por los hermanos Steve y David Beddor en la mítica carrera de Pikes Peak de 1997.
A diferencia de otros competidores, estos dos automóviles eran vehículos que legalmente podían conducirse por la calle, lo que les convertía en uno de los coches que podía circular por carretera más rápidos de la década de los 90. De hecho, ambos CTR2 Sport se dirigieron a la salida circulando por la carretera como un coche más, aunque en su interior rugiera una bestia, para demostrar que un coche de calle podía hacerse con el podio en una carrera de montaña tan exigente como lo es Pikes Peak.
Steve Beddor consiguió el primer puesto en calificación general y terminó segundo en general en la carrera, y su hermano David cuarto. El prototipo que pilotaba Steve y que tenía el alma y la garra del 993, se hizo con la victoria en Virginia City Hill Climb y siguió acumulando finales a sus espaldas.
Pero la historia de Porsche y Pikes Peak no termina con los RUF. David Donner consiguió con un Porsche 911 Turbo S un tiempo de 10 minutos 26 segundos en la subida en 2014, haciéndose con la mejor marca hasta la fecha y batiendo el récord del coche de producción más rápido en completar el ascenso.
Pikes Peak es una peligrosa forma de tocar las nubes, pero tan intensa que año tras año los aficionados al motor siguen esta cita con el cielo solo apta para los más atrevidos.
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