La exclusividad se define como algo único y hasta como un privilegio al que solo unos...
El único Porsche 935 Street, un sueño cumplido
Perseguir los sueños es algo que Ferry Porsche hizo durante toda su vida. De hecho, suya es la mítica frase asociada al primer Porsche, el 356, que dice “miré a mi alrededor y no encontré el deportivo de mis sueños, así que decidí construirlo yo mismo”.
Con ese mismo pensamiento, el de construir los sueños de los clientes, desde principios de los años 50 Porsche dedicó parte de su trabajo en pedidos especiales, aunque hasta la década de 1970 dichas peticiones especiales de los clientes hacían en su mayoría referencia a ajustes de estilo deportivo. Fue en la década de los 80 cuando nació Porsche Exclusive, un departamento dedicado exclusivamente a peticiones especiales que modificaban vehículos, como la Mansour Ojjeh.
Mansour Akram Ojjeh es un empresario francés nacido en Arabia Saudita qu es el CEO del grupo TAG, la conocida empresa propietaria de la marca de relojes TAG Heuer. Su empresa posee el 14,32% del Grupo McLaren, incluidos los activos de McLaren Automotive y el equipo de Fórmula Uno McLaren. Ojjeh, desde el año 1982, fue clave en el desarrollo de McLaren y hasta formó parte de la junta directiva del grupo hasta que cedió su puesto a su hijo.
Siempre le gustó el mundo del motorsport y por eso se fijó en la magia que desprendía el salvaje Porsche 935, un coche de carreras basado en el Porsche 930 Turbo de calle. Con el 935, Porsche presentó una versión de carreras del 911 con una potencia de 600 CV (casi 441 kW) que en el año 1976 le permitió hacerse con otro título en el Campeonato Mundial de Marcas. Inspirado en el 911 Turbo, el Porsche 935 contaba con una aerodinámica más trabajada y pensada para las carreras, que incluía un alerón trasero doble y el morro plano característico.
En el año 1977, y tras aumentar la potencia del motor hasta los 630 CV gracias a un segundo turbocompresor, el Porsche 935 revalidó el título del Campeonato Mundial de Marcas y Rolf Stommelen se proclamó además campeón en el Campeonato Alemán de Automovilismo con un equipo privado y un 935. Hasta el año 1981 el Porsche 935 dominó las carreras tanto con pilotos oficiales como en equipos privados, y en manos de pilotos tan conocidos como Jacky Ickx, Klaus Ludwig o Bob Wollek, el 935 se colocó en el podio en numerosas ocasiones.
Tal éxito no pasó desapercibido para Mansour Ojjeh. Como él, muchos se enamoraron de las formas y la aerodinámica del Porsche 935, pero lejos de los que otros intentaban modificar un Porsche 911 Turbo para que su aspecto se asemejara a ese “flatnose”, el empresario decidió acudir a la fuente para conseguir un auténtico 935. En el año 1983 consiguió su propio Porsche 935 de carreras, uno que se convirtió en el único modelo del 935 aprobado para la carretera. Un coche capaz de ganar Le Mans que podría lucir por las calles de la ciudad sin ningún tipo de problema.
El encargo de ese Porsche 935 Street tan especial debía combinar la potencia y la garra de un coche de carreras, pero manteniendo los estándares de lujo que tenían los coches Porsche, algo que no resultaría nada sencillo.
Para ese 935 Street Exclusivo se utilizaron piezas de diferentes coches. La carrocería comenzó siendo la de un Porsche 930 pero ajustada al máximo para que se convirtiera en un coche de carreras. El motor turboalimentado de 3.3 litros era del Porsche 934 que se modificó para conseguir que alcanzara los 375 bhp. La suspensión, los frenos y la jaula de seguridad eran de un 935 y el acabado y el interior se hizo completamente al gusto de Ojjeh.
Tenía un total de 550 modificaciones, como la carrocería en un color rojo brillante -tonalidad exclusiva para él-, asientos de cuero en color crema, detalles de madera en los paneles, un sistema de sonido Clarion o un juego de ruedas de llanta dividida BBS. El aspecto de un Porsche 935 ligeramente modificado y la potencia de un coche de carreras. Un vehículo único que lucía imponte en los viajes por la Costa Azul, que era para lo que lo usaba Mansour Ojjeh.
El 935 Street tenía la homologación para circular por la calle y Mansour Ojjeh, directivo de McLaren, conducía un Porsche. Sin duda una contrariedad nacida de la profunda admiración de Ojjeh por la marca. Tanto confiaba en Porsche que fue el artífice del programa de los motores TAG-Porsche que McLaren usó para ganar los mundiales de F1 entre los años 1984 y 1986 con Niki Lauda y Alain Prost al volante.
Este Porsche 935 Street Exclusivo, único en su especie, no fue otra cosa que el sueño de un hombre que Porsche quiso hacer realidad.
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