Porsche está usando una estrategia híbrida en la serie actual del Panamera, que ha...
El rey de las carreteras
A Benno Oertig le encanta la variedad: el rendimiento de conducción superior de su 918 Spyder, así como poner a prueba sus habilidades de conducción en la Porsche Sports Cup Suisse.
No se suele ver a alguien en sus sesenta bajar de un Porsche Cayenne tan juvenilmente. Su atuendo – vaqueros, chaleco, camisa a cuadros y gafas de sol estilo John Lennon – le quitan por lo menos dos décadas de encima. El aspecto de este hombre dice mucho de su entusiasmo continuo por la vida. Benno Oertig vive para las dos cosas que más quiere: su hija Marina y dos elegantes coches deportivos con un legendario diseño Martini.
Nos reunimos en Freienbach, en el cantón suizo de Schwyz. Oertig abre la puerta de la entrada y revela su escondite. Suelos brillantes de color gris y paredes blancas como la nieve adornadas con trípticos a gran escala de sus coches de carreras. “A la derecha, en la parte posterior, vamos a tener una zona de taller y algunos muebles de salón”, explica Oertig, señalando a la esquina aún vacía. Para él, es el ambiente perfecto en el que prepararse para la siguiente carrera o recordar las últimas vueltas al circuito con su 911 GT3 RS. O simplemente para disfrutar de las curvas de uno de sus Porsche 918 Spyder. A Oertig le han gustado los coches desde que era un muchacho, tanto que solicitó su primera licencia de carreras en su dieciocho cumpleaños. “Éste soy yo en un Renault R8 Gordini contra el NSU TT”, recuerda. A la edad de 25 años, sin embargo, colgó el casco y los guantes y los vendió junto con el coche, invirtiendo las ganancias – “50.000 francos, que era mucho dinero en aquella época” – en su primera empresa.
Fue un adiós a su carrera como piloto; desde entonces, las finanzas y la familia se convirtieron en lo más importante de su vida, haciéndole viajar al extranjero en numerosas ocasiones. En lo más alto de su carrera, estuvo implicado en la gestión de 63 empresas en no menos de 24 países europeos. No quedaba tiempo para vueltas rápidas, pero su corazón aún latía por los coches. “En 1986, compré mi primer Porsche, un 911 Carrera de 3,2 litros con 231 HP. En aquel entonces, era el Porsche más potente de la gama después del Turbo”, dice Oertig. Y el punto de partida para una pasión de por vida.
Amor duradero por la marca
Desde ese momento, Benno Oertig nunca se perdió una generación del 911 – su garaje siempre albergaba al menos un Porsche, a veces incluso dos o tres: “La línea del modelo 964 fue una revelación – ¡tracción en todas las ruedas por fin!”. Incluso se puso al día de todos los 911 que se había perdido en los años anteriores a 1986, como el Turbo y el Carrera Cabriolet de la serie G. Actualmente, su garaje es el hogar de varios vehículos, incluyendo un 2015 Targa 4, un 2014 GT3 y el Martini GT3 RS blanco de 2016. Y, la joya de la corona, el 918 Spyder con número de serie 71 de un total de 918 unidades fabricadas. Su peso está reducido en unos 41 kilos gracias al paquete Weissach opcional con discos de freno más ligeros, rodamientos de rueda cerámicos, tornillos de titanio y plástico reforzado con fibra de carbono en lugar de aluminio en la carrocería y el interior.
“Éste es el futuro, una revolución”, dice Oertig sobre la transmisión híbrida que combina un motor V8 de alta velocidad y 887 HP con un motor eléctrico de 156 HP en el eje delantero y trasero respectivamente. “Este coche es muy fácil de manejar, muy eficiente”. Y se entusiasma aún más al decir que la distribución del par variable a las cuatro ruedas asegura una precisión increíble en la conducción y que un 911 GT3 actual es significativamente más exigente en términos de manejo.
Describe al 918 Spyder como el amanecer de una nueva era, diciendo que le encanta estar ahí justo al principio de un nuevo capítulo. En el periodo previo al lanzamiento al mercado del modelo insignia limitado de Porsche, Oertig también tuvo vínculos profesionales con Porsche.
Por fin tiempo para dedicarlo a su pasión
Con la retirada parcial de la vida profesional, ahora Oertig tiene más tiempo para sus coches: “Ahora puedo pasar el mejor tiempo de mi vida con ellos – es perfecto”. No es que haya renunciado a la emoción de la vida empresarial. Continúa trabajando en el sector inmobiliario y de capital privado, “pero para mí, ya no más para una empresa”. Dedica al menos la mitad del mes al automovilismo. Por ejemplo, conduciendo un Cayman GT4 Clubsport en la Porsche Sports Cup Suisse: “Fue como volver a mis raíces. Todos los colegas con los que había competido cuando era joven están de vuelta o siguen ahí”, dice Oertig con entusiasmo. La Porsche Sports Cup Suisse ofrece un maravilloso contraste para su 918 Spyder. El coche pone a prueba sus cualidades de conducción, ya que los errores no se pueden simplemente eliminar con un rendimiento superior: “En el Cayman GT4, tienes que estar siempre atento y centrado en todo momento”.
Paul Ricard, Imola, Hockenheim, Nürburgring – viajando allí y entrenando, Oertig pasa alrededor de 15 días al mes en la pista de carreras durante la temporada: “El subidón de adrenalina me mantiene vivo. En la pista, te acuerdas de lo mucho que necesitas la adrenalina – en la vida empresarial te olvidas a menudo”. Oertig ya tiene ganas de su 911 GT3 de 2018, con Porsche Doppelkupplung (PDK), por supuesto. “Hizo falta demasiado tiempo para que Porsche ofreciera finalmente una transmisión automática en el 964”.
¿Por qué sus décadas de lealtad a Porsche? ¿qué es lo que le atrae? “¿Sinceramente? La fiabilidad”, dice Oertig. Casi nunca ha tenido problemas con un Porsche; sus coches siempre han arrancado por la mañana sin vacilar: “Porsche es una maravilla alemana, no una diva italiana”.
Otros artículos que te interesarán
Con una línea exterior inspirada en los coches de carreras de los años 70, más...